Ord¨®?ez a Lasarte: ¡°Se lo dije, quien te tendr¨ªa que perdonar est¨¢ muerto¡±
La hermana del concejal del PP asesinado por ETA ha dado detalles de su encuentro en prisi¨®n con el terrorista arrepentido
¡°?No va a ser posible exigir a pistoleros o antiguos jefes de ETA que identifiquen a autores de atentados como requisito para reinsertarse? ?Alguien puede creer que solo el autor del asesinato tiene conocimiento del mismo?¡±. Con estas dos preguntas, Consuelo Ord¨®?ez, la hermana del concejal del PP en San Sebasti¨¢n asesinado en 1995, dej¨® clara la intenci¨®n de su entrevista el viernes con uno de los responsables de aquel crimen, Valent¨ªn Lasarte. No fue a escuchar su petici¨®n de perd¨®n, que recibi¨® y en la que admiti¨® que puede haber arrepentimiento sincero, sino a pedirle ¡°que colabore con la justicia en la identificaci¨®n de otros terroristas y con ello, en la resoluci¨®n de cr¨ªmenes sin resolver¡±. Sin esto, la petici¨®n de perd¨®n ¡°no me vale¡±, dijo.
¡°Somos privilegiados los que sabemos qui¨¦nes son los asesinos, y est¨¢n en la c¨¢rcel¡±, dijo ayer. Asegur¨® que ni en su caso ni en los restantes puede ser suficiente ¡°el simple hecho de firmar un papel¡± o ¡°una mera formalidad¡± para reconocer ¡°privilegios¡± a los terroristas presos. ¡°Es necesaria una implicaci¨®n cierta¡± que, a juicio de Consuelo Ord¨®?ez, solo puede manifestarse de modo v¨¢lido a trav¨¦s de ¡°la colaboraci¨®n con las autoridades¡±.
Cara a cara y sin barreras f¨ªsicas por medio, sentados en dos sillas sin ni siquiera una mesa entre ambos, se desarroll¨® su encuentro "de dos horas y media o dos horas tres cuartos¡±, calcul¨®, con el hombre que inform¨® de los movimientos de Gregorio Ord¨®?ez. El pol¨ªtico frecuentaba el bar de la familia de Lasarte, en pleno de centro de San Sebasti¨¢n, cuya barra atend¨ªa ¨¦l tambi¨¦n. Consuelo no conoc¨ªa de entonces al terrorista, pero Lasarte s¨ª le ha seguido la pista desde la c¨¢rcel: conoc¨ªa la ruptura de una relaci¨®n sentimental suya. ¡°Sab¨ªa que se acab¨® porque aquel chico no pudo soportar la presi¨®n en su pueblo por salir conmigo¡±, dijo Ord¨®?ez a EL PA?S. ¡°Me pidi¨® perd¨®n, y puede que est¨¦ de verdad arrepentido¡±, admiti¨®, aunque tambi¨¦n se?al¨® que estaba obligado a hacerlo.
¡°Las normas no se las ha inventado ¨¦l, ni tampoco lo he hecho yo. Pero ni a ¨¦l le hace falta reunirse conmigo para reinsertarse ni a m¨ª me hace falta para nada que me pida perd¨®n¡±. De hecho, se lo neg¨®. ¡°Ni perdono ni olvido¡±, dijo. ¡°Es imposible que yo pueda perdonarle un delito cuyo resultado es la muerte, irreversible. ¡®El que te ten¨ªa que perdonar est¨¢ muerto¡¯, le dije. ¡®No te puedo perdonar¡±.
La cita con el etarra, que le ha ocasionado ¡°un sufrimiento a?adido¡±, la concibi¨® como ¡°un altavoz¡± para la reclamaci¨®n del Colectivo de V¨ªctimas del Terrorismo en el Pa¨ªs Vasco (Covite): la colaboraci¨®n con la justicia como requisito para la reinserci¨®n. Rechaz¨® el plan del Gobierno y calific¨® su comportamiento como ¡°indigno¡±. Otro tanto, y con m¨¢s dureza, hizo con la Direcci¨®n de Atenci¨®n a las V¨ªctimas del Terrorismo del Gobierno vasco. ¡°Ni los inventores del plan ni ahora el Ministerio del Interior nos han consultado. Y han hecho caso omiso a nuestra petici¨®n fundamental¡±, denunci¨®. ¡°Nos quieren enredar con perdones y arrepentimientos¡± cuando ¡°lo que realmente nos consuela a todas las v¨ªctimas es saber la verdad sobre qui¨¦nes mataron a nuestros familiares y que los autores sean condenados y cumplan las penas que merecen¡±. Lasarte est¨¢ cumpliendo ¡°justa condena¡±, recalc¨®, ¡°por los asesinatos que reconoci¨® ante Garz¨®n y ayer, en repetidas ocasiones, ante m¨ª¡±. Call¨®, en cambio, cada vez que Ord¨®?ez le pregunt¨® por qu¨¦ no ratificaba sus declaraciones en los juicios de otros terroristas. ¡°Intuyo que es por miedo, pero me da igual, el caso es que no est¨¢ colaborando¡±, zanj¨®.
Ord¨®?ez se apart¨® de toda tentaci¨®n de acercamiento o comprensi¨®n: ¡°Yo no he ido a juzgar su conciencia o su actitud¡± ahora, sino ¡°sus cr¨ªmenes¡±. Le pregunt¨® cu¨¢ndo entr¨® en ETA, las zonas por las que ¡°sal¨ªan a matar¡± y le ley¨® 14 cr¨ªmenes perpetrados en esas zonas a¨²n sin esclarecer. Silencio. Una carta entregada el viernes al tambi¨¦n arrepentido Kepa Pikabea podr¨ªa propiciar otro encuentro de este tipo.
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