El voto clave de ¡®la comandante Robles¡¯
Pronunciar su nombre provoca reacciones. Ella lo sabe, pero parece no importarle: ¡°Siempre me ha dado igual lo que la gente diga, hago lo que creo que tengo que hacer"
![Patricia Ortega Dolz](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fa33dfeb6-4026-4031-a4a6-7d2d5d5e7732.png?auth=3021d96c3c521439c6dab41a89dbc6ab0069d6810cb6ad96f2259133dd6ae86e&width=100&height=100&smart=true)
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Nadie podr¨ªa imaginar que detr¨¢s de esa chaqueta de flores chillonas, de esa melena morena que moldea con garbo y de esos ojos que casi parpadean aposta; nadie podr¨ªa pensar que tras esa calculada coqueter¨ªa parlanchina de risa f¨¢cil se esconde ¡°la comandante Robles¡±. As¨ª la conocen muchos. Tambi¨¦n por ¡°Marga¡±, o Margarita, a secas. Y para Espa?a, en general, es Margarita Robles (Le¨®n, 1957), vocal y pieza clave del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el m¨¢ximo ¨®rgano de la judicatura, que hoy tratar¨¢ in extremis de elegir un nuevo presidente, despu¨¦s de que el dimisionario Carlos D¨ªvar lo haya dejado en los huesos del prestigio con sus viajes a Marbella, sus hoteles y sus cenas para dos a costa del erario p¨²blico.
Pronunciar su nombre provoca reacciones, algunas hasta cut¨¢neas. Ella lo sabe, pero parece no importarle: ¡°Siempre me ha dado igual lo que la gente diga, hago lo que creo que tengo que hacer, guste o no guste¡±, suelta con su voz de campanilla, repanchingada en el sill¨®n de su despacho. Dice que esa actitud es similar a la que le llev¨® a dejar de beber a los 18 a?os vodka con lima, ¡°la bebida de moda¡± que tomaban sus amigas: ¡°Nunca me ha gustado el alcohol, no bebo m¨¢s y se acab¨®¡±. Y as¨ª va Robles por el mundo, llevando a gala su ¡°independencia¡± y haciendo amigos y enemigos. No se ha casado con nadie en su vida. Es soltera: ¡°Ni aguanto ni me aguantan, supongo¡±. Tambi¨¦n pol¨ªticamente: ¡°No soy de ning¨²n partido¡±. Con ese talante fue como, siendo una de ¡°las chichas de Juan Alberto Belloch¡±, en su etapa (1993-1996) de biministro de Interior y Justicia con Felipe Gonz¨¢lez, y ella secretaria de Estado de Interior (junto a Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, de Justicia, y Paz Fern¨¢ndez, de Prisiones), hurg¨® ¡°hasta el final¡± en los huesos de los GAL, destapando las torturas sufridas por los etarras Jos¨¦ Antonio Lasa y Jos¨¦ Ignacio Zabala cuando sus restos fueron encontrados. As¨ª tambi¨¦n, con su reconocida ¡°cabezoner¨ªa¡± e ¡°inflexibilidad¡±, hasta enchironar al general Enrique Rodr¨ªguez Galindo, ¡°que escribi¨® un libro [Mi vida contra ETA] y fue muy respetuoso conmigo¡±, apostilla ella. Y as¨ª fue tambi¨¦n como persigui¨® a Luis Rold¨¢n hasta Laos y lo trajo de vuelta al trullo: ¡°?C¨®mo ¨ªbamos a dejar que, mientras se malviv¨ªa en los cuarteles, ese se?or se estuviera llevando el dinero de la Guardia Civil?¡±. Ella se pregunta y ella se responde: ¡°Hab¨ªa que traerlo como fuera¡±. Y, del mismo modo, cort¨® el grifo de los ¡°chantajes¡± de los polic¨ªas Jos¨¦ Amedo y Michel Dom¨ªnguez, protagonistas de la guerra sucia: ¡°Con el chantaje, tolerancia cero¡±, recalca. Y, en estas, un alto cargo de las fuerzas de seguridad del Estado espet¨®: ¡°La peque?ita los tiene cuadraos¡±.
Si Ferr¨¢ndiz opta a la presidencia, yo votar¨¦ por ¨¦l. Me ayud¨® mucho
Como con Juan Alberto Belloch, que acab¨® como el rosario de la aurora (¡°hay cosas que no puedo aceptar y lo dejo ah¨ª¡±), son muchos los que fueron sus amigos (incluso padrinos) y luego enemigos. Esa fama le precede. De algunos padrinos, como Jos¨¦ Blanco (exministro de Fomento y ahora investigado por cohecho y tr¨¢fico de influencias), de quien se dice que fue el que la aup¨® como vocal del Consejo, se desprende ella misma: ¡°Le conozco por una amiga, pero no es mi padrino¡±.
Primera de su promoci¨®n. Por cierto, la misma que la de su tambi¨¦n primero amigo y luego enemigo Baltasar Garz¨®n, ¡°que fue el n¨²mero diez¡±, recuerda, y a quien dice tener ¡°aprecio y respeto¡±, frente a la idea generalizada de que ella ¡°se lo carg¨®¡±. ¡°Es muy duro lo que le ha pasado, a veces cae quien no tiene que caer, yo solo plante¨¦ una duda jur¨ªdica¡±.
Primera mujer en presidir una Sala de lo Penal y tambi¨¦n primera presidenta de una audiencia provincial en Barcelona, adonde se fue a vivir con sus padres a los 12 a?os. Fue precisamente en la capital catalana donde conoci¨® al que ahora ella postula como futuro presidente del CGPJ, el magistrado del Supremo Jos¨¦ Ram¨®n Ferr¨¢ndiz. ¡°Me ayud¨® mucho en mis comienzos¡±, justifica. ¡°Si opta a ser presidente, yo votar¨¦ por ¨¦l¡±, a?ade. Que quede claro: Robles vota por Ferr¨¢ndiz, aunque nadie lo entienda, aunque ella sea miembro fundador de la asociaci¨®n progresista Jueces para la Democracia (JPD) y (aunque sin carn¨¦s ni militancias) haya estado m¨¢s cerca de las l¨ªneas socialistas y ¨¦l pertenezca a la conservadora Asociaci¨®n Profesional para la Magistratura (APM). Ella, ¡°aunque podr¨ªan ser otros muchos¡±, le quiere a ¨¦l. Luego desglosa las cualidades de un ¡°buen¡± presidente del Consejo: ¡°Doy por sentado que es una persona con prestigio jur¨ªdico, pero adem¨¢s capaz de plantar cara al poder Ejecutivo, valiente y emp¨¢tica¡±. Un perfil que no encaja te¨®ricamente con su candidato, a ojos de quienes conocen a Ferr¨¢ndiz en la distancia corta y le describen como ¡°huidizo, un t¨¦cnico que maneja bien la herramienta, integrista, asocial, con un sentido del humor en peor estado que la prima de riesgo¡ Casi preferir¨ªa a D¨ªvar¡±, dice un hist¨®rico magistrado del Supremo. Ah¨ª es nada.
El presidente tiene que ser alguien que plante cara, valiente y emp¨¢tico
El caso es que lo que ahora le preocupa m¨¢s a esta se?ora es que hoy salga un presidente: ¡°Es nuestra primera obligaci¨®n, no podemos consentir m¨¢s injerencias pol¨ªticas que debilitar¨ªan m¨¢s la instituci¨®n¡±, dice sin negar el malestar que le producen las iniciativas de Alberto Ruiz-Gallard¨®n al frente del Ministerio de Justicia: ¡°Entre Caama?o [anterior ministro], que escuch¨® y recogi¨® propuestas del Consejo, y este, que ni ha preguntado, no hay color¡±.
Ha sido criticada hasta la saciedad, dentro y fuera de los muros de esa jaula de grillos que es el Consejo, por su demostrada capacidad para urdir alianzas con el diablo. Fue partidaria de una soluci¨®n dialogada al conflicto vasco y ahora dice, sin pelos en la lengua: ¡°Todos sabemos que Otegi no tendr¨ªa que estar en la c¨¢rcel¡±.
Robles describe la situaci¨®n del Consejo como ¡°de emergencia: nunca hab¨ªa sucedido algo as¨ª¡±. Pero est¨¢ por ver que los 20 vocales que volver¨¢n a sentarse hoy en el pleno consigan elegir presidente. Robles es de la opini¨®n de que este Consejo naci¨® muerto el d¨ªa de 2008 que el Gobierno propuso a D¨ªvar como presidente y todos los vocales, con sus votos a favor, corearon el s¨ª bwana. ¡°Le vot¨¦ porque me pareci¨® que tuvo coraje en alg¨²n momento, pero me ha defraudado¡±, dice para explicar su rechazo manifiesto despu¨¦s (solo cinco vocales de los 20 reprobaron a su ahora expresidente).
De todas las urticarias y rechazos que provoca por su fama de maniobrera, Robles se defiende siempre con lo mismo: los votos. ¡°Hacen falta 12 y yo tengo uno, aunque consiguiera convencer a cuatro faltar¨ªan ocho. Pensar que yo puedo manipular tanto es considerar que demasiada gente es demasiado tonta¡±. Ahora su voto ya est¨¢ claro. Y despu¨¦s, que la busquen en Alaska. Literalmente.
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