¡°En los 10 d¨ªas que no hemos estado ha muerto un ni?o por malnutrici¨®n¡±

Albert Sterm, cooperante de M¨¦dicos del Mundo, presenci¨® el secuestro de Ainhoa Fern¨¢ndez de Rinc¨®n, Enric Gonyalons y la italiana Rossella Urru la noche del 22 de octubre de 2011. ?l dorm¨ªa en uno de los apartamentos contiguos al de los cooperantes secuestrados, en Rabuni (Argelia), la capital administrativa de la Rep¨²blica saharaui. No quiere hablar del tema. Apenas se le arranca que escuch¨® los tiros, que fue un ataque r¨¢pido y que avis¨® con una llamada de emergencia, como le dicta el protocolo de su organizaci¨®n. Se percibe su incomodidad al recordarlo y se nota que la experiencia le dej¨® el miedo en el cuerpo. Hoy, 10 meses despu¨¦s, duerme en el mismo lugar. Ha sido evacuado por ¡°riesgo inminente de secuestro¡±, seg¨²n el Gobierno, pero ha vuelto apenas 10 d¨ªas despu¨¦s. Lo explica con un duro ejemplo: ¡°En los d¨ªas que no hemos estado se nos ha muerto un ni?o por desnutrici¨®n¡±.

Los cooperantes espa?oles decidieron volver a los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia) el pasado martes, desoyendo la advertencia del Ministerio de Exteriores. Una treintena de ellos regresaron en un viaje simb¨®lico que hoy termina, pero cuatro se quedan de forma permanente, a pesar de que el Gobierno insiste en el peligro y desaprueba su decisi¨®n.

Los dos trabajadores de M¨¦dicos del Mundo en Tinduf llevan a cabo un seguimiento de los ni?os saharauis desnutridos. M¨¢s del 20% de los ni?os menores de cinco a?os en los campamentos sufre malnutrici¨®n cr¨®nica moderada, seg¨²n la Media Luna Roja Saharaui. Albert y su compa?era, que prefiere no revelar su nombre, defienden que su decisi¨®n de volver inmediatamente a su trabajo tiene s¨®lidos argumentos: los de la emergencia humanitaria. ¡°Lo hacemos por compromiso y responsabilidad. Yo he estado en pocos sitios donde la gente fuera tan vulnerable como aqu¨ª¡±, apunta el cooperante.

¡°Una evacuaci¨®n chapuza como esta ha paralizado nuestro proyecto. La distribuci¨®n de alimentos frescos a los 180.000 saharauis que viven aqu¨ª va a tener un retraso de unos 15 d¨ªas¡±, critica Jes¨²s Mart¨ªn, cooperante de Mundubat. El reparto de la ONG vasca, que se realiza cada mes, es la ¨²nica entrada de productos frescos que llega a los refugiados. Los trabajadores humanitarios coinciden en que no podr¨ªan realizar su trabajo desde Argel o la ciudad de Tinduf, donde Exteriores insta a que lo hagan. ¡°Es inviable¡±, zanja Albert.

Pero tampoco perciben que el riesgo en los campamentos sea suficiente para una decisi¨®n tan dr¨¢stica como la evacuaci¨®n. ¡°Seguimos sin entender los motivos. Yo he estado en Palestina o en Somalia en contextos de mucha violencia. No noto que esto sea Afganist¨¢n¡±, defiende el cooperante de M¨¦dicos del Mundo. Lo que s¨ª perciben, sin embargo, es un sentimiento de orfandad del pueblo saharaui tras la marcha de los cooperantes espa?oles. Pepe Oropesa, el ¨²nico espa?ol que renunci¨® a la repatriaci¨®n, se ha convertido casi en un h¨¦roe nacional. El primer ministro se desplaz¨® a agradec¨¦rselo en persona. El cari?o le ha desbordado: ¡°Los saharauis me piden por la calle que me haga fotos con ellos¡±.