Un Gobierno calcinado

Mucho antes de que la prima de riesgo financiera se hiciese famosa entre el com¨²n de los mortales, en nuestro pa¨ªs ya era conocida otra prima de riesgo, en este caso la que va vinculada a la escala de probabilidad de incendio que suele acompa?ar cada verano a la informaci¨®n meteorol¨®gica (aunque no es exclusiva del per¨ªodo estival). Y con ambas ha acabado por ocurrir lo mismo, que de tanta familiaridad en el trato nos hemos acostumbrado a convivir con ellas y ya no les prestamos mayor importancia. Es por tanto un ¨ªndice que mantiene en alerta m¨¢s al administrador que al administrado, o al menos as¨ª deber¨ªa ser.

Resulta llamativo comprobar con qu¨¦ presteza los responsables de la pol¨ªtica econ¨®mica acuden a colocar cortafuegos, sin reparar en costes, cuando la prima de riesgo alerta de la alta probabilidad de incendio financiero. Consejeros, Presidentes de CCAA, los Ministros del ramo, la Vicepresidenta, y hasta el Presidente del Gobierno, movilizan todos los recursos disponibles de las Administraciones perif¨¦ricas y de la central para evitar la propagaci¨®n del fuego monetario; otra cosa es que lo consigan, pero lo importante es aparentar que el primero que acude a sofocar las llamas es quien tiene la responsabilidad pol¨ªtica de hacerlo. Pero quiz¨¢s lo m¨¢s rese?able es el frenes¨ª legislativo con el que el Partido hoy en el Gobierno se emplea para intentar convencernos de que, tanto Decreto desplegado no tiene otra finalidad que la de evitar que los rescoldos que van quedando, tras cinco a?os de una crisis voraz que ha ido calcinando hect¨¢reas de Estado del Bienestar, vuelvan a reavivarse consumiendo el menguado bosque de derechos ciudadanos que a¨²n se conservan verdes.

Justo lo contrario de lo que acontece con los embates especulativos que se desencadenan contra el Estado Ambiental. Aqu¨ª el Gobierno del PP no s¨®lo no hace acto de presencia para hacer frente a los efectos, sino que, sea por acci¨®n o por omisi¨®n, su pol¨ªtica podr¨ªa ser considerada como altamente inflamable. ?C¨®mo si no deber¨ªamos calificar la decisi¨®n del Gobierno de la Generalitat Valenciana justo en este a?o de ascenso del PP al Gobierno de Espa?a, de desactivar mediante una Ley Auton¨®mica la legislaci¨®n estatal que proh¨ªbe la recalificaci¨®n de suelos incendiados durante los treinta a?os posteriores al incendio? ?Y c¨®mo, el aquietamiento del Gobierno de Mariano Rajoy, que no movi¨® un dedo para impedir tama?o desatino, cuando tan celoso se demuestra en embridar a las Autonom¨ªas por cuestiones educativas o sanitarias, por poner alg¨²n ejemplo? (Por cierto, la Comunidad Valenciana est¨¢ siendo la m¨¢s castigada por las llamas. ?Casualidad?).

?Qu¨¦ calificativo merece la decisi¨®n del Ministro Ca?ete de borrar de los Presupuestos de 2012 la pr¨¢ctica totalidad de partidas destinadas a las pol¨ªticas de prevenci¨®n en materia de incendios, justo el a?o en que todas las proyecciones clim¨¢ticas avanzaban un escenario de alt¨ªsimo riesgo, como desgraciadamente los hechos est¨¢n demostrando, haciendo o¨ªdos sordos a las advertencias que el Grupo Socialista le ha venido haciendo de forma reiterada y en distintos ¨¢mbitos? ?Alguien puede entender la reducci¨®n en un 85% de la dotaci¨®n para la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, a la vista de los resultados?

Debemos concluir que el PP ha hecho en estos meses justo lo contrario de lo que deber¨ªa haberse hecho en materia de incendios, ha desactivado todas las pol¨ªticas de prevenci¨®n que hab¨ªan ido teji¨¦ndose en los ¨²ltimos a?os, ha desguarnecido de forma temeraria los efectivos de lucha contra el fuego, y est¨¢ desmontando meticulosamente la legislaci¨®n ambiental que se hab¨ªa construido para hacer frente al agente incendiario m¨¢s peligroso ("la especulaci¨®n").

Y lo m¨¢s lamentable de todo ello es el desd¨¦n con el que el Ejecutivo hace dejaci¨®n de sus responsabilidades. Estamos ya sin duda ante una verdadera cat¨¢strofe nacional. Espa?a ha perdido en unos pocos meses una parte considerable de su mejor patrimonio natural. Y durante todas estas largas semanas de infierno para decenas de miles de afectados y millones de afligidos, el Gobierno ha estado huido.

El f¨²tbol o los toros han ocupado una posici¨®n de privilegio entre las prioridades del Presidente y de su Gabinete, mientras bomberos, brigadas de extinci¨®n, ej¨¦rcito y fuerzas del orden, voluntarios y vecinos de muchas poblaciones amenazadas, alcaldes y concejales de otros tantos municipios damnificados, luchaban a brazo partido contra la voracidad de unas llamas que se muestran implacables hasta el extremo de cobrarse las vidas de quienes se han llevado la peor parte de un verano, el del 2012, que ya ser¨¢ recordado como dram¨¢tico durante largo tiempo.

No est¨¢ al alcance de ning¨²n gobierno la posibilidad de dome?ar los caprichos de la naturaleza, y siempre ser¨¢n limitados los recursos disponibles para prevenir riesgos y minimizar da?os. Pero lo que no se le perdona a ning¨²n responsable pol¨ªtico, es que no est¨¦ al lado de los ciudadanos que le otorgaron su confianza cuando m¨¢s apoyo y solidaridad necesitan. Las llamas no s¨®lo han arrasado decenas de miles de hect¨¢reas de suelo en este verano; me temo que han calcinado el poco cr¨¦dito de confianza ciudadana que le restaba al Gobierno de Rajoy.

Hugo Mor¨¢n es secretario de Ordenaci¨®n del Territorio y Sostenibilidad de la Ejecutiva Federal del PSOE