Merkel da a Rajoy tiempo para negociar

Mariano Rajoy tiene desde ayer otro argumento para dejar pasar un poco m¨¢s de tiempo antes de acudir al fondo de rescate. Mientras Mario Draghi redoblaba la presi¨®n desde Fr¨¢ncfort ¡ªel dinero est¨¢ listo pero tienen que pedirlo y aceptar las condiciones, vino a decir¡ª, Angela Merkel evitaba en Madrid presionar a su socio espa?ol. Al contrario, incluso mostraba que ella, como Rajoy, no parece tener ninguna prisa. Pol¨ªticamente no le conviene acelerar. Antes que nada, tiene que ver qu¨¦ resuelve sobre el nuevo fondo de rescate, el MEDE, el Tribunal Constitucional alem¨¢n, el d¨ªa 12. Despu¨¦s, el 14 y 15, en Chipre, Luis de Guindos se ver¨¢ con sus colegas del Eurogrupo, y ah¨ª podr¨¢ palpar el ambiente que hay sobre el rescate espa?ol. Pero la visita de Merkel a Madrid, por lo que se vio en la rueda de prensa y rematan diversas fuentes, dej¨® una sensaci¨®n clara: Merkel necesita tiempo mientras a¨²n se digiere en su opini¨®n p¨²blica, su partido y su coalici¨®n de Gobierno el rescate bancario a Espa?a y tanto ella como Rajoy tienen mucho inter¨¦s por cambiar la imagen de tensi¨®n entre ambos Gobiernos. Merkel se esforz¨® por aplaudir a Rajoy y sus reformas, por darle aire, por mostrar confianza en el euro y la econom¨ªa espa?ola. Y Rajoy asegur¨® ante ella que seguir¨¢ haciendo reformas, que har¨¢ los deberes, como suele decir, y se vendi¨® como un pol¨ªtico convencido de que la v¨ªa alemana de recortes es la adecuada. Merkel cabeceaba con aprobaci¨®n mientras por sus auriculares le traduc¨ªan las palabras de Rajoy sobre la necesidad de recortar el d¨¦ficit y no gastar lo que no se tiene.

?Y del rescate? Rajoy lo tiene pr¨¢cticamente asumido, aunque si puede retrasarlo lo har¨¢ y si pudiera evitarlo, tambi¨¦n. Y Merkel pareci¨® darle ese tiempo, sobre todo para negociar las condiciones. Rajoy quiere que no haya ninguna nueva, como mucho una supervisi¨®n m¨¢s estricta. Y Merkel evit¨® la presi¨®n: ¡°No hemos comentado nada en la reuni¨®n sobre posibles condiciones¡±, dijo primero. ¡°No he venido a decir qu¨¦ reformas se tienen que hacer en Espa?a o no, tengo plena confianza en el Gobierno espa?ol, estoy impresionada con las medidas que est¨¢ tomando¡±, remat¨® despu¨¦s, cuando le preguntaron si cre¨ªa que Rajoy deb¨ªa tocar las pensiones. Es lo que m¨¢s teme el presidente. Ayer recurri¨® a su habitual ¡°no tengo ninguna intenci¨®n de cambiar el statu quo en este momento¡± cuando le preguntaron si las congelar¨¢ para 2013 ¡ªun ahorro de 4.000 millones de euros¡ª. Todos esos ¡°intenci¨®n¡± y ¡°en este momento¡± han precedido a decisiones duras.

Moncloa insiste en que estudiar¨¢ todo con mucha calma. ?Pero hay tiempo? ?Se han olvidado las urgencias de octubre, un mes en el que hay que salir al mercado para buscar m¨¢s de 24.000 millones de euros? Rajoy vive cada vez m¨¢s al d¨ªa, la prima de riesgo, como sucedi¨® antes con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, marca su estado de ¨¢nimo y sus decisiones. Y ahora est¨¢ bajando. Much¨ªsimo. Tanto, que ayer cerr¨® por debajo de los 450 puntos, muy lejos de los 650 que alcanz¨® en julio. En ese ambiente, la tentaci¨®n para el presidente de dejar pasar el tiempo a ver si las cosas mejoran es enorme. Y en caso de duda, ¨¦l casi siempre ha optado por esperar en su trayectoria pol¨ªtica.

Pero la reuni¨®n ten¨ªa otros objetivos. Rajoy quer¨ªa mostrar al mundo que Alemania conf¨ªa en Espa?a, con una gran reuni¨®n de empresarios de ambos pa¨ªses. Merkel ven¨ªa a supervisar las reformas, y dijo que el presidente le hab¨ªa informado, sobre todo del saneamiento de los bancos, lo que m¨¢s preocupa en Alemania porque han puesto su dinero, y tambi¨¦n de las autonom¨ªas, sus rescates y recortes. ¡°A todos los niveles tiene que cambiar algo, no solo el estatal¡±, asegur¨® la alemana.

Rajoy y Moncloa, que prepararon con cuidado la visita, s¨ª lograron lanzar esa imagen de que Alemania conf¨ªa en Espa?a. Adem¨¢s, se cerr¨® que en febrero de 2013 habr¨¢ una cumbre bilateral en Alemania. Pero la canciller busc¨® adem¨¢s otra cosa: mejorar su imagen. En privado, a los empresarios, les dijo que no quiere ser la mala, pero que hay que hacer m¨¢s reformas. Y en p¨²blico, ante la prensa, habl¨® directamente a los espa?oles pidi¨¦ndoles comprensi¨®n, algo inusual. Parec¨ªa muy consciente del deterioro de imagen que est¨¢n sufriendo tanto ella misma como Alemania en pa¨ªses del sur de Europa por la dureza de sus posiciones. A los espa?oles les pidi¨® que la entiendan, y a Rajoy y otros, sin citarlos, que no la usen como excusa: ¡°Es muy f¨¢cil echarle la culpa a una tercera persona de las reformas duras, pero esto no nos va a ayudar en Europa¡±.

El mensaje a los ciudadanos fue a¨²n m¨¢s contundente: ¡°Tenemos gran respeto a lo que se est¨¢ haciendo en Espa?a. Muchos alemanes pasan aqu¨ª sus vacaciones, hay puentes muy s¨®lidos que no van a cambiar. Todos tenemos que entender que ning¨²n pa¨ªs quiere imponer algo dif¨ªcil porque s¨ª. Alemania sabe lo que es esto. Hace unos a?os ten¨ªamos cinco millones de parados. Nosotros tambi¨¦n pasamos por estas reformas. No se trata de complicarles la vida a los dem¨¢s, sino de saber si en 20 a?os Europa va a ser puntera o va a depender de continentes. Ese es mi trabajo, y es duro, pero debemos unirnos. 80 millones de alemanes no podemos hacer nada en el mundo si no vamos con los socios europeos¡±.

La reuni¨®n empresarial y la cita pol¨ªtica sirvieron para lanzar otro mensaje: Alemania no quiere ni puede dejar caer a Espa?a, la cuarta econom¨ªa del euro. Las interrelaciones son demasiado importantes. Los bancos alemanes tienen enormes pr¨¦stamos en Espa?a. Las empresas alemanas, grandes intereses. Y tambi¨¦n al rev¨¦s, como es el caso de ACS.

La reuni¨®n se program¨® as¨ª con la intenci¨®n, aparentemente lograda, de mejorar el clima entre los dos pa¨ªses, relajar la tensi¨®n de los ¨²ltimos meses, ofrecer la imagen de Espa?a como pa¨ªs serio y acercarse a Merkel. Con esa sensaci¨®n concluy¨® un d¨ªa en el que la mujer m¨¢s poderosa de Europa pas¨® por Madrid y mostr¨® en todo momento esa fuerza. A su estilo, con discreci¨®n. Pero todo depend¨ªa de ella. Tanto que, cuando el coloquio con los empresarios se alargaba, la vieron levantarse e ir a hablar con el moderador. Cinco minutos despu¨¦s, el acto hab¨ªa concluido. Y los empresarios se fueron comentando su autoridad.