Los empresarios optan por la autonom¨ªa fiscal, no la soberan¨ªa
Las grandes compa?¨ªas catalanas exigen cesiones a Rajoy y flexibilidad a Mas
Artur Mas se gan¨® a los empresarios en el minuto cero, cuando en el debate de investidura como 129? presidente de la Generalitat colg¨® al ejecutivo que iba a formar la etiqueta de business friendly. Las patronales catalanas enseguida aplaudieron una agenda que fijaba una estricta pol¨ªtica de austeridad, la supresi¨®n del impuesto de sucesiones y una mayor participaci¨®n del sector privado en los servicios p¨²blicos. Cuando, pocos meses despu¨¦s, Mas pidi¨® a los empresarios que se sumaran a la presi¨®n para llegar a un entonces impreciso ¡°pacto fiscal¡± con el Gobierno central, estos no dudaron y abrazaron esa idea de inmediato. Pero la manifestaci¨®n del martes abri¨® un escenario completamente diferente. Ahora sobre la mesa ya no solo hay esa propuesta de pacto que tom¨® la forma del concierto econ¨®mico, sino una amenaza de secesi¨®n. La respuesta de las patronales de momento ha sido el silencio, pero en privado ya han hecho llegar a Mas el mensaje de que siga el mandato del Parlamento catal¨¢n, que le encomienda negociar el concierto fiscal, y no el de la calle, que le pide romper con el Estado.
El empresariado catal¨¢n hab¨ªa mantenido tradicionalmente un perfil p¨²blico bajo. Nada de pol¨ªtica. Fue en un sonado acto en la escuela de negocios IESE, en marzo de 2007, cuando la patronal irrumpi¨® en escena reclamando la descentralizaci¨®n del aeropuerto de El Prat. Desde entonces, los empresarios se han mojado en asuntos como la aprobaci¨®n del Estatuto y la reclamaci¨®n de un sistema de financiaci¨®n que permita reducir el d¨¦ficit fiscal del Estado con Catalu?a, que la Generalitat cifra en 16.500 millones de euros anuales. De ese cheque en blanco solo se desmarc¨® el C¨ªrculo de Econom¨ªa, presidido por el exministro Josep Piqu¨¦, que apost¨® por un nuevo modelo de financiaci¨®n pero rechaz¨® dos de los fundamentos de la propuesta del concierto econ¨®mico: la bilateralidad y la llave de la caja. Pero ese soberanismo de las patronales no va m¨¢s all¨¢ del bolsillo. ¡°Nunca vamos a permitir una ruptura del mercado interno espa?ol¡±, explica un directivo de la patronal Fomento que pide el anonimato.
En la mente de los empresarios est¨¢ todav¨ªa el boicoteo al cava y otros productos catalanes de 2004. Las tensiones pol¨ªticas en el proceso de negociaci¨®n del Estatuto provocaron una p¨¦rdida de clientes que el sector sostiene que tal vez nunca volver¨¢n a consumir ese producto. A pesar de que la econom¨ªa catalana tiene un alto grado de apertura y de que exporta m¨¢s al extranjero que al resto de comunidades, Espa?a supone el 47,1% de su mercado. Y en Catalu?a tienen su sede social grandes corporaciones que, si bien est¨¢n internacionalizadas, cuentan con centros productivos y fuertes ventas en otras comunidades o participaciones en empresas del resto de Espa?a. De casi todos los sectores: La Caixa, Banc Sabadell, Puig, Mango, Agbar, Agrolimen, Planeta, Vueling, Damm, Grifols, Freixenet, Seat...
En la mente de los empresarios est¨¢ todav¨ªa el boicoteo al cava y otros productos catalanes de 2004
En la manifestaci¨®n no estuvieron las patronales. Tampoco las de las pymes, entre las cuales muchas abordan la situaci¨®n con menos temores. El secretario general de la patronal Cecot, David Garrof¨¦, explica que en la pr¨®xima junta deber¨¢n abordar el nuevo escenario de las relaciones Catalu?a-Espa?a. ¡°Hay una parte importante del empresariado que vende solo en Catalu?a y que no puede deslocalizarse que fue a manifestarse. Pero no es un debate de 24 horas, debe tratarse con tiempo¡±, asegura. Eusebi Cima, de Fepime, hace suyo el lema de una pancarta que vio en la manifestaci¨®n contra la sentencia del Estatuto del Constitucional en julio de 2010. ¡°Si no nos quieren, nos tendremos que ir¡±.
La mayor¨ªa de las grandes compa?¨ªas, en cambio, quieren evitar a toda costa un conflicto enconado entre Barcelona y Madrid, y un grupo de directivos, seg¨²n fuentes empresariales, ya ha trasladado a ambos Ejecutivos su opini¨®n. A Mariano Rajoy le han sugerido que haga un gesto y abra una negociaci¨®n con la Generalitat. Y a Mas, flexibilidad, en especial con el calendario para llegar a un pacto. El empresariado no duda de que el plan A de Mas es el concierto econ¨®mico, a pesar de la presi¨®n de la calle, pero teme que Rajoy solo piense en las elecciones gallegas y despache a Mas con un no. En ese caso, advierten estas fuentes, Mas volver¨ªa con poco margen y se abrir¨ªa un escenario con riesgos y consecuencias ahora incalculables para ambas partes. Entonces, dicen, ser¨¢ la hora de recuperar un perfil p¨²blico bajo.
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