El animal pol¨ªtico por excelencia deja su h¨¢bitat
Si algo sorprende en el repentino abandono de la pol¨ªtica de la presidenta de la Comunidad de Madrid es precisamente que lo haga en un momento vital para Espa?a
Tan extra?o como si el le¨®n se mudara de la selva, el animal pol¨ªtico por excelencia de la vida p¨²blica espa?ola deja su h¨¢bitat natural. Si algo sorprende en el repentino abandono de la pol¨ªtica de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, tras casi 30 a?os en cargos p¨²blicos, es precisamente que lo haga en un momento vital para Espa?a y en el que tantas puertas se abren en el futuro de su propio partido, si el desgaste de Mariano Rajoy contin¨²a por los efectos de la crisis y los recortes.
Porque a la 'lideresa' ¡ªt¨¦rmino acu?ado expresamente para definir su manera especial de dirigir el PP madrile?o y el Gobierno aut¨®nomo sin distinci¨®n alguna entre ambos¡ª se le puede reprochar el populismo, su liberalismo selectivo o incluso cierta chuler¨ªa y displicencia ante los rivales, pero nunca su capacidad para ver de lejos por d¨®nde cambia el viento. Con la bandera al hombro de las posturas m¨¢s derechistas dentro de su propio partido, entregada a su p¨²blico sin remordimientos ni complejos, Esperanza Aguirre siempre ha sabido subirse al tren de la actualidad, antes de que la mayor¨ªa de sus colegas supiera siquiera d¨®nde se compraba el billete.
Desde que en 1983 entrara de concejal en el Ayuntamiento de Madrid, ha demostrado una capacidad pol¨ªtica ins¨®lita y genuina: ha sido edil de Gobierno en la capital de Espa?a, ministra, senadora, la primera mujer en presidir el Senado, diputada regional, una de las pocas mujeres en presidir una comunidad aut¨®noma ¡ªtres legislaturas seguidas¡ª y en dirigir la m¨¢s importante agrupaci¨®n de su partido con mano f¨¦rrea durante casi 10 a?os.
Los madrile?os la recordar¨¢n por haber sido la art¨ªfice del plan de reciclado de basuras de la capital, por haber llevado metro y tranv¨ªa hasta el ¨²ltimo rinc¨®n, hiciera falta o no, y, sobre todo, por su capacidad para hacer parecer que invert¨ªa mucho en el servicio p¨²blico, mientras desmantelaba un sistema sanitario y educativo que funcionaba muy bien, para crear en paralelo un mercado privado que antes no exist¨ªa ni ten¨ªa clientes.
Pero, sobre todo, ha sido protagonista en momentos gloriosos, en un sentido relacionado con la capacidad de dar espect¨¢culo, para la historia de Espa?a y singularmente de su partido. Del pulso al que someti¨® al ahora presidente del Gobierno en aquel tenso congreso de Valencia, a su apote¨®sica comparecencia en calcetines, pasando por su llegada al poder tras el tamayazo o la velocidad con la que supo poner un cortafuegos cuando el caso G¨²rtel estall¨® dentro de su c¨ªrculo de colaboradores personales. De rueda de prensa en rueda de prensa en la que no dejaba indiferente a nadie. All¨ª ante los micr¨®fonos y las c¨¢maras, es donde Esperanza Aguirre ha demostrado su capacidad innata para la pol¨ªtica. No ha tenido nunca pudor en colocarse ante las c¨¢maras si la ocasi¨®n lo requer¨ªa, no ha dejado nunca una mano sin estrechar ni un ciudadano al que atender si se dirig¨ªa a ella y, salvo excepciones, ha hablado siempre de todo lo que se le ha preguntado. Consciente de que m¨¢s que el mensaje en s¨ª, importa mucho que llegue lejos, ha tratado siempre magn¨ªficamente a los periodistas y a los reporteros gr¨¢ficos ¡ªa la gran mayor¨ªa los conoce por su nombre¡ª. Guardo una an¨¦cdota personal que define mucho su olfato pol¨ªtico y su agudo sentido de la comunicaci¨®n. En la campa?a electoral de mayo de 2007, en uno de los actos de partido, me dijo al finalizar su comparecencia: "No me importa lo que escribas, pero sacadme bien en la foto".
Esperanza Aguirre se va. Dejar¨¢ su acta de diputada regional y su despacho en la Puerta del Sol. Cuesta creerlo. Alega razones personales: sean estas solo relacionados con su vida privada o con sus vivencias pol¨ªticas, solo ella lo sabe. Opino que, si fuera por un agravamiento de su enfermedad, lo habr¨ªa dicho. M¨¢s bien parece que es un buen momento para jubilarse por la puerta grande. Se marcha con tres victorias en las tres ¨²ltimas citas electorales a las que se ha presentado, cada una con m¨¢s votos que la anterior, y ya ninguna posible p¨¦rdida de votos por el desgaste del PP empa?ar¨¢ su trayectoria. Le deja m¨¢s de dos a?os al presidente en funciones, su n¨²mero dos, Ignacio Gonz¨¢lez, para darse a conocer entre los madrile?os, as¨ª que nadie puede culparla de dejar al partido en la estacada. Y, sobre todo, hace tiempo que Aguirre hab¨ªa perdido la opci¨®n de postularse para suceder a Rajoy en la direcci¨®n de su partido: no est¨¢ en el lugar adecuado y hay otros m¨¢s j¨®venes mejor situados. Sin aspiraciones m¨¢s altas, es dif¨ªcil mantenerse mucho tiempo en la cresta de la ola.
Para lo bueno y para lo malo deja un espacio vac¨ªo en la arena pol¨ªtica espa?ola. Hay que quitarse el sombrero porque ha sido ella quien ha decidido el momento para dejar caer el tel¨®n.
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