Los secretos del general Prim
Dos universidades estudian el cad¨¢ver del pol¨ªtico y militar espa?ol En los ¨²ltimos a?os, estaba ¡®aparcado¡¯ en una c¨¢mara frigor¨ªfico del tanatorio de Reus
Un manto de nieve cubr¨ªa las calles de Madrid el 27 de diciembre de 1870. Mientras el fr¨ªo helaba cada rinc¨®n de la capital, el Congreso bull¨ªa de actividad: Espa?a se preparaba para la inminente llegada de Amadeo de Saboya, destinado a ocupar el trono en una reci¨¦n aprobada monarqu¨ªa constitucional. Juan Prim y Prats, presidente del Consejo de Ministros, estaba exultante porque el Parlamento acababa de dar luz verde a los ¨²ltimos flecos referentes a la realeza. As¨ª, solo deb¨ªa concentrarse en preparar el viaje a Cartagena, donde desembarcar¨ªa el Monarca. Eran las siete y media de la tarde cuando el general, nacido en Reus en 1814, sali¨® del Congreso.
Los dos caballos de su berlina verde le esperaban a las puertas del edificio y el general subi¨® al carruaje con su ayudante personal, Nand¨ªn, y el coronel Moya. El camino a recorrer era el de costumbre: cruzar por la calle del Turco (hoy Marqu¨¦s de Cubas), hasta llegar a sus aposentos, ubicados en el Ministerio de Guerra, actual Palacio de Buenavista. Sin embargo, la tragedia se precipit¨® al llegar a la primera traves¨ªa: El general y sus acompa?antes depart¨ªan dentro de la berlina con las ventanas alzadas para impedir la entrada del fr¨ªo cuando dos carruajes les cerraron el paso.
Los veh¨ªculos estaban desplegados en el centro de la calle del Turco, con lo que el cochero tuvo que detener la berlina. Desde los otros carruajes descendieron tres hombres armados. ¡°B¨¢jese usted, mi general, que nos hacen fuego¡±, le dijo Moya, que iba sentado en el asiento delantero. La advertencia fue in¨²til, en mil¨¦simas de segundo el carruaje fue rodeado por los asaltantes, que dispararon a bocajarro. Los vidrios de la berlina estallaron en mil pedazos y uno de los agresores aprovech¨® para introducir su arma en el interior del carruaje. Aunque el ayudante personal de Prim intent¨® protegerlo, el general recibi¨® al menos ocho detonaciones, quedando herido su rostro, una mano y un hombro. Nand¨ªn tambi¨¦n fue herido por los trabucazos. La emboscada dur¨® apenas unos minutos, pero las consecuencias fueron funestas: cuando el conductor pudo reaccionar asestando un latigazo a los caballos, Prim estaba malherido.
Los m¨¦dicos intervinieron al general durante toda la madrugada; le amputaron la primera falange del dedo anular de la mano de derecha y extrajeron siete balas. El trabucazo en el hombro era el m¨¢s cr¨ªtico y aunque las heridas en apariencia no eran mortales, acabaron por infectarse. Tan solo tres d¨ªas despu¨¦s del atentado el general mor¨ªa de sepsis porque se inyectaron en su pecho trozos del abrigo de piel de oso con el que iba ataviado en el momento del incidente.
A partir de ah¨ª, se sucedieron los enigmas: la polic¨ªa recopil¨® decenas de pruebas y declaraciones, pero los instigadores de la muerte nunca han sido identificados con claridad. La cr¨®nica es la que ha prevalecido durante los 140 a?os posteriores al fallecimiento del general. Sin embargo, nuevas pruebas cient¨ªficas podr¨ªan reescribirla. Desde el pasado fin de semana un equipo de historiadores y forenses de las universidades Camilo Jos¨¦ Cela de Madrid y Rovira i Virgili de Tarragona pretenden ¡°cambiar la historia¡± a base de pruebas. Est¨¢n analizando los resultados de un estudio forense practicado a la momia de Prim en el hospital Sant Joan de Reus, y parten de la hip¨®tesis de que el general, figura clave en la pol¨ªtica del siglo XIX, muri¨® en el acto y no tres d¨ªas despu¨¦s del atentado. De confirmarse la muerte instant¨¢nea el caso deber¨¢ seguir investig¨¢ndose: el Gobierno del general Serrano habr¨ªa mentido al retrasar la muerte de Prim, lo que se a?ade al hecho de que nunca qued¨® esclarecido el complot ni qui¨¦nes fueron sus instigadores.
¡°El sumario apunta diversos nombres sobre los autores materiales, pero nunca fueron condenados, consiguieron salir del pa¨ªs. La trama ten¨ªa mucha financiaci¨®n¡±, explica Carles Tubella, comisario del A?o Prim 2014. Los enigmas reaparecen cuando en su ciudad natal y en Madrid se preparan actos para conmemorar los 200 a?os del nacimiento del general, que no reposa tranquilo desde 1971. Aquel a?o, su cuerpo momificado fue trasladado a Reus desde el Pante¨®n de Hombres Ilustres de Madrid en medio de una gran expectaci¨®n. Centenares de vecinos salieron a la calle a recibir los restos. Pero la pasi¨®n se desinfl¨®. Tanto es as¨ª que en 2010 la momia del general fue relegada a una c¨¢mara frigor¨ªfica del tanatorio municipal. Fue all¨ª donde los integrantes de la Sociedad Bicentenario del General Prim 2014 constataron su deterioro. En los pr¨®ximos meses se intentar¨¢ enmendar la situaci¨®n: recomponer el mausoleo, el f¨¦retro y el cuerpo ¡°para dotarlo de la dignidad que hasta ahora no ten¨ªa¡±, cuenta Tubella.
El primer estudio de los forenses arroja nuevos datos sobre el atentado que sufri¨® el general al salir del Congreso
Maite Toneu, portavoz del Centro de Restauraci¨®n de Bienes Muebles de la Generalitat, explica la parte m¨¢s compleja de la operaci¨®n que se hizo el pasado 28 de septiembre: extraer el cuerpo embalsamado de Prim de dos ata¨²des de madera y plomo. Este ¨²ltimo material es muy t¨®xico, lo que oblig¨® a aspirar las part¨ªculas. Despu¨¦s, practicaron radiograf¨ªas al cad¨¢ver y lo desnudaron. ¡°Lo limpiamos porque estaba lleno de polvo, pero su vestido podr¨¢ ser exhibido¡±. El estudio se complet¨® con un TAC, una exploraci¨®n radiol¨®gica y una endoscopia.
Por el momento los an¨¢lisis han ratificado que los trabucazos no le afectaron ¨®rgano vital alguno, seg¨²n explica Delf¨ªn Villala¨ªn, portavoz del equipo investigador. Aun as¨ª, los forenses han localizado un orificio que podr¨ªa haberle producido una fuerte hemorragia y causado la muerte en el acto. ¡°Se dijo que hab¨ªa muerto por una bala envenenada y esto es una curiosidad filol¨®gica: en la ¨¦poca esta palabras significaban bala mortal¡±, desvela Villala¨ªn. En el ata¨²d, adem¨¢s, se han encontrado tres frascos de vidrio: dos, escondidos en las axilas de Prim, y el otro, en la entrepierna. Los frascos parecen contener un l¨ªquido, huesos de una mano y ¨®rganos. ¡°Podr¨ªa ser un rito mas¨®nico o que el embalsamador conserv¨® parte de los ¨®rganos, a¨²n no lo sabemos¡±, explica Villala¨ªn.
El proceso, que costar¨¢ 70.000 euros, est¨¢ financiado por la Universidad Camilo Jos¨¦ Cela y la Diputaci¨®n de Tarragona. Hasta dentro de tres meses, aproximadamente, no se conocer¨¢n los resultados del estudio, pero lo que ya es seguro es que la momia de Prim ser¨¢ expuesta en 2014, seg¨²n ha anunciado el alcalde de Reus, Carles Pellicer. Se espera que para entonces el misterio de muerte del general que no quiso que reinaran en Espa?a ¡°nunca, nunca, nunca¡± los Borbones, ya haya sido desvelado.
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