Navarro: yerno ideal, candidato verde
El candidato del PSC afronta las elecciones del 25-N en el peor momento para el partido "El traje le viene muy grande¡±, lamenta un dirigente socialista
El Partit dels Socialistes (PSC), partido hermano del PSOE en Catalu?a, afronta las elecciones auton¨®micas del 25 de noviembre en el peor momento de su historia y con los peores augurios en las encuestas. Y todo ello no solo porque los socialistas catalanes han quedado atrapados entre la reivindicaci¨®n de un Estado propio de CiU y el espa?olismo del PP, sino porque nunca como ahora el PSC hab¨ªa presentado a un candidato tan desconocido entre la ciudadan¨ªa como Pere Navarro, ni con tantas apreturas de calendario.
¡°El traje le viene muy grande. Pero lo peor no es eso, sino que no hay tiempo para entallarlo¡±, confiesa un dirigente socialista para referirse a su candidato y a la situaci¨®n que atraviesa el PSC desde que Artur Mas anunci¨® que adelantaba las elecciones a mitad de legislatura. Navarro no lleva ni 10 meses al frente de los socialistas catalanes y de sopet¨®n se ha encontrado en mitad de la plaza para sortear un toro bravo cuando hasta ahora apenas hab¨ªa lidiado con vaquillas.
Su trayectoria pol¨ªtica arranca en 1977, cuando empez¨® a militar en las Juventudes Socialistas de Catalu?a (JSC) en el Instituto Arraona de Terrassa, la cuarta ciudad de Catalu?a. All¨ª naci¨® en 1959, all¨ª creci¨®, all¨ª se cas¨®, all¨ª ha vivido toda su vida y all¨ª ha desarrollado toda su carrera pol¨ªtica, desde que en 1987 se estrenara como adjunto a la Concejal¨ªa de Urbanismo hasta que en 2003 le gan¨® unas primarias a Manuel Royes ¡ªel primer alcalde de la democracia, que llevaba 24 a?os en el cargo¡ª y se convirti¨® ¨¦l en alcalde.
Tras nueve a?os al frente del Ayuntamiento, Navarro ha anunciado que dejar¨¢ la vara de mando pasadas las elecciones auton¨®micas para dedicarse en exclusiva a la pol¨ªtica catalana. Algo que no hizo, por ejemplo, Joaquim Nadal, candidato del PSC a la Generalitat en 1995 y que compatibiliz¨® la alcald¨ªa de Girona con el cargo de jefe de la oposici¨®n en el Parlamento aut¨®nomo. La renuncia a la alcald¨ªa de Terrassa no ha sido f¨¢cil para Navarro, seg¨²n comentan en su entorno, pero con ello quiere dejar claro su compromiso con el PSC y que asume los riesgos personales que corre.
Los 52 diputados que logr¨® el PSC en 2003, cuando Pasqual Maragall alcanz¨® la presidencia de la Generalitat, quedaron reducidos a 28 en 2010. Fue el peor resultado de la historia para los socialistas catalanes y aquella misma noche Jos¨¦ Montilla anunci¨® que ni siquiera tomar¨ªa posesi¨®n de su esca?o y que dejar¨ªa el liderazgo del partido. Esos 28 esca?os se antojan ahora impensables de igualar y muchos dirigentes socialistas no tienen reparos en afirmar que ya firmar¨ªan 24 o 25 diputados. Si los resultados electorales confirman ese pron¨®stico u otro peor parece cantado un congreso extraordinario que podr¨ªa desembocar en el relevo de Pere Navarro, poco m¨¢s de un a?o despu¨¦s de hacerse con el liderazgo del PSC.
Si algo indigna al presidenciable socialista a la Generalitat es la deslealtad. Por eso ha vivido con especial amargura las cr¨ªticas en los medios de comunicaci¨®n del llamado sector catalanista del PSC o las rupturas de la disciplina de voto en el grupo parlamentario a prop¨®sito del pacto fiscal o de la resoluci¨®n sobre la independencia. ¡°Hablemos m¨¢s de los problemas de la gente y menos de los nuestros¡±, no se cansa de repetir Navarro a los suyos, sin demasiado ¨¦xito.
El entorno del dirigente asegura que su firmeza de convicciones y su lealtad se valora como un activo en el PSOE, y de ah¨ª la modulaci¨®n del discurso que est¨¢ haciendo el secretario general, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, proponiendo modificar la Constituci¨®n y avanzar hacia la Espa?a federal que reclama Navarro con tanta insistencia.
Su llegada al liderazgo del PSC fue un tanto inesperada, pues el relevo natural de Jos¨¦ Montilla parec¨ªa Miquel Iceta, curtido en mil batallas pol¨ªticas, que se fogue¨® siendo asesor de Narc¨ªs Serra en el Ministerio de Defensa y acab¨® negociando el Estatut. Sin embargo, Navarro apareci¨® como el candidato renovador que iba a romper con aquella etapa e Iceta entendi¨® que deb¨ªa dejarle paso porque su oponente ten¨ªa el apoyo de la mayor¨ªa de las federaciones socialistas controladas por Jos¨¦ Zaragoza, entonces secretario de organizaci¨®n del PSC y ahora diputado en el Congreso.
¡°Seguramente pensamos que abr¨ªamos una nueva etapa. Y a lo mejor la abrimos en falso¡±, pronostica un dirigente socialista sobre el futuro del PSC. Navarro gan¨® el congreso con el 75% de apoyo de los delegados y ha sido elegido candidato a la Generalitat con m¨¢s del 73% de los votos del consejo nacional del PSC, pero nadie puede decir que haya cuajado un liderazgo.
¡°Es verdad que le ha faltado tiempo, pero desconoc¨ªa las claves de la pol¨ªtica catalana. No ha entendido que no puede dirigir el PSC como si fuera un alcalde, que el primer a?o piensa qu¨¦ va a hacer, el segundo lo planifica, el tercero lo ejecuta y el cuarto vende su obra de gobierno¡±. La cita es de un dirigente del PSC e ilustra el principal reproche que se le hace a Navarro: no haber tomado decisiones desde el primer momento para dar imagen de l¨ªder. Por ejemplo, renovando en los primeros d¨ªas el grupo del PSC en el Parlamento catal¨¢n, como hizo Rubalcaba cuando gan¨® el congreso federal, en lugar de tardar nueve meses. Dicho todo esto, hasta sus cr¨ªticos admiten que Navarro afronta su candidatura en el peor momento de los socialistas en Catalu?a y en el conjunto de Espa?a.
Si algo caracteriza a Navarro es que es un hombre cl¨¢sico, que no tradicional, muy arraigado a los suyos y a su entorno. Conoci¨® a ?ngels Palacio cuando ¨¦l estudiaba Biolog¨ªa y ella Derecho en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, y juntos siguen despu¨¦s de 30 a?os de vida y militancia. El car¨¢cter extrovertido de ella, funcionaria de la Diputaci¨®n de Barcelona desde hace m¨¢s de veinte a?os, representa para ¨¦l un apoyo imprescindible que le reporta confianza y seguridad y contrarresta la timidez de ¨¦l.
¡°Pere es el yerno ideal, el vecino que todos quisi¨¦ramos¡±, dice otro dirigente socialista. Y en ese buen talante de Navarro coinciden sus adversarios pol¨ªticos. ¡°Todo eso es verdad, pero le falta un hervor¡±, tercia otro para referirse a la imagen sosa que transmite el candidato. ¡°Su imagen es la de un motor di¨¦sel de los de antes, que algunos interpretan como debilidad, pero no es verdad¡±, sostiene un colaborador. ¡°Algunos dicen de m¨ª que el problema es que soy demasiado buen t¨ªo, y quiz¨¢s tengan raz¨®n¡±, ha llegado a decir Navarro de s¨ª mismo.
Tras ser elegido alcalde sigui¨® viviendo en su discreta casa pareada en el centro de Terrassa. Los coches nunca han sido su debilidad (s¨ª las motocicletas). Y si hay algo inalterable para ¨¦l es su matrimonio y sus dos hijas.
Dicen quienes le tratan que escucha mucho pero que cuando toma una decisi¨®n es dif¨ªcil que cambie de parecer y la defiende con ¨ªmpetu. Es un hombre sobrio que no tiene reparos en almorzar con un men¨² de 11 euros, y obstinado en sus costumbres. Por ejemplo, su estilo de vestir, imposible de retocar por quienes le rodean. ¡°Yo soy as¨ª y as¨ª seguir¨¦¡±, afirma Navarro, como en su d¨ªa cantaba Alaska. Navarro aparenta ser ¡ªy, seg¨²n los suyos, es¡ª, ante todo, un hombre sin aristas, cabal, algo necesario en pol¨ªtica, pero seguramente insuficiente.
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