Espa?a, condenada por no investigar las torturas al director de ¡®Egunkaria¡¯

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo, ha condenado a Espa?a por no investigar suficientemente la denuncia de torturas del entonces director del diario vasco Egunkaria, Martxelo Otamendi, tras su detenci¨®n incomunicada ordenada por un juez de la Audiencia Nacional a ra¨ªz del cierre del peri¨®dico. El tribunal declara que el Estado espa?ol vulner¨® el art¨ªculo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que proh¨ªbe el trato inhumano o degradante, y recuerda que la detenci¨®n bajo r¨¦gimen de incomunicaci¨®n precisa de medidas de vigilancia jurisdiccional apropiadas para evitar abusos sobre la integridad de los detenidos.

El TEDH condena Espa?a a indemnizar a Otamendi con un total de 24.000 euros, 20.000 por da?os morales y 4.000 por gastos del procedimiento. La sentencia es de una sala de siete jueces, por lo que hay un plazo de tres meses para recurrir ante la Gran Sala de 17 jueces y en caso contrario, ser¨¢ firme.

Martxelo Otamendi, entonces director de Egunkaria, fue detenido en la noche del 20 de febrero de 2003, en el marco de una investigaci¨®n por su supuesta pertenencia y colaboraci¨®n con ETA y permaneci¨® incomunicado durante cinco d¨ªas. En los d¨ªas siguientes a su detenci¨®n, Otamendi fue examinado en cuatro ocasiones por un forense. En sus informes, el m¨¦dico relat¨® que Otamendi se hab¨ªa quejado de haber tenido que permanecer de pie durante periodos prolongados, haber sido amenazado de torturas, haber recibido golpes intimidatorios en sus ¨®rganos genitales y otros malos tratos.

Ante el juez de instrucci¨®n denunci¨® que se le hab¨ªa impedido dormir, que le hab¨ªan obligado a hacer flexiones durante dos horas, haber sufrido insultos hom¨®fobos y que hab¨ªa sido desvestido y obligado a adoptar una posici¨®n sexual. Tambi¨¦n denunci¨® que le colocaron un objeto met¨¢lico sobre la sien que habr¨ªa hecho un ruido semejante a una detonaci¨®n de pistola y que le cubrieron la cabeza con una bolsa de pl¨¢stico.

La denuncia de Otamendi por malos tratos durante su incomunicaci¨®n sufri¨® diversas vicisitudes procesales hasta que una juez de instrucci¨®n de Plaza de Castilla orden¨® comparecer al forense. Este declar¨® que hab¨ªa encontrado a Otamendi perfectamente consciente y orientado y sin signos aparentes de agotamiento. El forense a?adi¨® que el detenido siempre hab¨ªa rehusado dejarse examinar y asegur¨® que recogi¨® textualmente en su informe las palabras del preso. Tambi¨¦n declar¨® que tuvo la impresi¨®n de que las alegaciones de malos tratos no se correspond¨ªan con lo que hab¨ªa visto.

La denuncia de Otamendi fue archivada provisionalmente en 2004 y sus sucesivos recursos, rechazados. El Tribunal Constitucional no admiti¨® a tr¨¢mite su recurso de amparo. En abril de 2010, Otamendi y otros cuatro directivos de Egunkaria fueron absueltos de pertenecer a ETA.

El Tribunal de Estrasburgo observa que el primer juez de instrucci¨®n se mostr¨® pasivo ante las sevicias denunciadas por Otamendi, y que sus demandas de ser escuchado en persona y de que declarasen los agentes de la Guardia Civil implicados y la persona que comparti¨® la celda con ¨¦l no fueron tenidas en consideraci¨®n por otros jueces.

Estima el tribunal que las investigaciones llevadas a cabo no profundizaron suficientemente ni fueron efectivas para cumplir los requisitos el art¨ªculo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. La Corte subraya que a pesar de la insistencia del recurrente de denunciar los malos tratos, la desestimaci¨®n de su denuncia se produjo sobre la base de los informes m¨¦dicos y la declaraci¨®n del forense, sin que Otamendi fuera interrogado personalmente.

Para el TEDH, los medios de prueba suplementarios solicitados por Otamendi habr¨ªan podido contribuir al esclarecimiento de los hechos y en particular, el interrogatorio de los guardias encargados de su vigilancia.

M¨¢s gen¨¦ricamente, el TEDH insiste en la importancia de adoptar las medidas recomendadas por el Comit¨¦ Europeo de Prevenci¨®n de la Tortura para mejorar la calidad del examen forense a las personas incomunicadas.