Las otras realidades de Escocia y el Quebec

Catalu?a no es Escocia ni Quebec, pero es innegable que se parecen y que los procesos de secesi¨®n que viven esos territorios son referencia para el incierto panorama que se abrir¨¢ tras las elecciones del 25-N. Artur Mas prometi¨® convocar una consulta pero hasta llegar ese d¨ªa no est¨¢ nada claro el punto de partida ni qu¨¦ camino legal ha de seguirse. Si se toma como referencia la Constituci¨®n, el debate se acaba pronto por la rigidez para reformarla y su contenido. El art¨ªculo 92 prev¨¦ que un refer¨¦ndum ha de ser convocado por el Rey, a propuesta del Presidente del Gobierno y previo permiso del Congreso y el art¨ªculo 2 consagra la invocada indisoluble unidad de la naci¨®n espa?ola. Con los planteamientos que defienden PP y PSOE, en Espa?a resulta impensable que un presidente de Gobierno pueda pactar con el de la Generalitat un proceso como el escoc¨¦s. Y el Ejecutivo de Rajoy ya ha avisado que se opondr¨¢ por todos los medios al refer¨¦ndum y que Mas podr¨ªa cometer un delito si convoca una consulta al abrigo de una ley del Parlamento catal¨¢n.

El Reino Unido no tiene constituci¨®n escrita pero s¨ª est¨¢ vigente desde 1707 un tratado de uni¨®n de Inglaterra con Escocia y eso ya la hace distinta a Catalu?a. En el caso brit¨¢nico, la competencia para convocar un refer¨¦ndum corresponde al parlamento ingl¨¦s, pero en el acuerdo firmado el d¨ªa 15 entre el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron y el ministro escoc¨¦s, Alex Salmond, se ha cedido esa potestad al parlamento regional. En esa consulta, que se celebrar¨¢ antes de que finalice 2014, solo habr¨¢ una pregunta y no varias, como pretend¨ªan los escoceses, y su redactado deber¨¢ ser claro e inequ¨ªvoco. No es eso lo que ocurrir¨ªa en Catalu?a si Mas cumpliera el anuncio de la pregunta que someter¨ªa a refer¨¦ndum: ¡°?Desea que Catalu?a sea un nuevo Estado de la Uni¨®n Europea?¡±. Pero si triunfa la secesi¨®n, eso de entrada no ser¨ªa as¨ª. Mas ha admitido que en ese caso Catalu?a quedar¨ªa fuera de la UE, pues la incorporaci¨®n debe ser aprobada por unanimidad por todos los socios y Espa?a ya ha dicho que vetar¨ªa el ingreso. No debe olvidarse tampoco el precedente yugoslavo. Tras crearse la federaci¨®n de Serbia y Montenegro, este ¨²ltimo territorio reclam¨® a la UE un refer¨¦ndum. Le fue negado pero al final lo autoriz¨® el Consejo de Europa. En 2006, el 55,5% de la poblaci¨®n apoy¨® la independencia. Montenegro se declar¨® independiente 12 d¨ªas despu¨¦s.

La Corte Suprema de Canad¨¢ emiti¨® en 1998 un dictamen en el que sostuvo que la pregunta de un refer¨¦ndum ha de ser clara e inequ¨ªvoca. En 1995, los ciudadanos del Quebec hab¨ªan contestado esa enrevesada cuesti¨®n: ¡°?Acepta que Quebec se convierta en un Estado soberano despu¨¦s de ofrecer formalmente a Canad¨¢ una nueva asociaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica en el ¨¢mbito del proyecto de ley sobre el futuro de Quebec y del acuerdo firmado el 12 de junio de 1995?¡±. El ¡°no¡± se impuso por 50.000 votos (50,58% frente a 49,2%). Ese dictamen de la Corte de Canad¨¢ ha producido una "juridificaci¨®n internacional del derecho de secesi¨®n", en palabras del exdiputado de ERC Joan Ridao, profesor de Derecho Constitucional. Ha servido de referencia para lograr el acuerdo entre los gobiernos de Londres y de Edimburgo y sent¨® las bases legales en Canad¨¢ para que el Gobierno central y el regional negocien si los quebequeses expresaran una voluntad clara de separarse. En el caso catal¨¢n resulta indiscutible que esa voluntad se expresar¨¢ en las elecciones del 25-N. Frente a la rigidez constitucional espa?ola, los jueces canadienses establecieron que hasta que no se pactasen los t¨¦rminos de la secesi¨®n seguir¨ªa vigente la Constituci¨®n canadiense, todo lo contrario de lo que ocurre en Espa?a, donde el marco constitucional se invoca como un obst¨¢culo insalvable. Quiz¨¢s por eso, Mas ya ha llegado a reclamar a Rajoy que si quiere rebajar el sentimiento independentista reforme la Constituci¨®n para buscar un encaje de Catalu?a.