Europa debe escuchar
Europa debe asimilar que el ajuste presupuestario no aporta los resultados pretendidos
Ayer, con dificultades para que algunos de los expertos convocados llegaran a tiempo al lugar de la reuni¨®n en el centro de Madrid, tuvo lugar un encuentro organizado por la Fundaci¨®n Friedrich Ebert. El enunciado, ¡°Crisis en Europa: escenarios y desenlaces posibles¡±. Maria Joao Rodr¨ªguez, Klus Busch y Jos¨¦ Manuel Campa trataron de identificar en una primera instancia los escenarios posibles en los que podr¨¢ desembocar la actual crisis de la eurozona. En un segundo bloque, Fernando Fern¨¢ndez y yo mismo intentamos destacar las especificidades que en el seno de esa crisis reviste el caso de la econom¨ªa espa?ola.
Al menos dos conclusiones, aun a riesgo de simplificar en exceso, podr¨ªan f¨¢cilmente asumirse por los diversos participantes: la necesidad de fortalecer la hoy m¨¢s que cuestionada din¨¢mica de integraci¨®n europea, y la no menos imperiosa de que la superaci¨®n de la particular crisis espa?ola habr¨¢ de venir igualmente de la mano de Europa. Entre ambas conclusiones mediaron no pocas consideraciones de pol¨ªtica econ¨®mica, no todas similares en su inspiraci¨®n ideol¨®gica, o amparadas en similares diagn¨®sticos. Pero lo relevante es que la generalidad de los que participamos en la discusi¨®n conven¨ªamos en las manifiestas dificultades que Europa ¡ªsus instituciones y los Gobiernos nacionales¡ª tienen para abordar la gesti¨®n de la crisis m¨¢s seria de la historia comunitaria. La desafecci¨®n de los ciudadanos en toda la regi¨®n, la crisis de legitimidad democr¨¢tica que las instituciones comunitarias est¨¢n sufriendo, puede ser particularmente intensa en Espa?a, uno de los pa¨ªses m¨¢s decididamente europe¨ªsta de la UE.
Y es que es dif¨ªcil encontrar en la moderna historia econ¨®mica de nuestro pa¨ªs un momento en el que sea tan manifiesta y prolongada la erosi¨®n de bienestar de una parte creciente de la poblaci¨®n, la que dispone de menor capacidad defensiva y de negociaci¨®n. Es precisamente la que menos ha contribuido a generar los desequilibrios y excesos que desencadenaron esta crisis. El segmento de la poblaci¨®n que antes de su emergencia hab¨ªa resultado menos beneficiado de la distribuci¨®n de rentas generadas por la larga etapa expansiva que concluy¨® en 2007. Lo peor de todo ello es que tampoco es f¨¢cil encontrar precedentes en los que esas desgarradoras consecuencias sociales se encuentran sin apenas apoyos en las expectativas de reversi¨®n a corto plazo de la situaci¨®n creada.
La tutela a la que se encuentran sometidas las autoridades espa?olas, la intervenci¨®n de hecho de la econom¨ªa espa?ola, est¨¢ presidida por unas exigencias de ajuste presupuestario que, adem¨¢s de muy dif¨ªcil cumplimiento, est¨¢n destruyendo potencial de crecimiento de forma muy significativa. Y tampoco favorecen precisamente la definitiva normalizaci¨®n de nuestras condiciones de financiaci¨®n en esos mercados de bonos a los que, en ¨²ltima instancia, se dirigen los ejercicios de austeridad.
Europa debe escuchar. Sus instituciones, pero de forma destacada el Gobierno alem¨¢n, deben asimilar la evidencia de que el ajuste presupuestario indiscriminado y excesivamente concentrado en el tiempo, con bastante independencia del origen de los desequilibrios financieros, no aporta los resultados pretendidos. Destruye posibilidades de recuperaci¨®n y, tambi¨¦n, erosiona la solvencia p¨²blica y privada. Tambi¨¦n, y no menos importante, acerca a millones de ciudadanos a una situaci¨®n de frustraci¨®n creciente. A un cuestionamiento de la propia idea de Europa. Distribuir en el tiempo los esfuerzos de saneamiento financiero, y definir pol¨ªticas de est¨ªmulo del crecimiento econ¨®mico, son hoy exigencias prioritarias. Ser¨ªa un error interpretar el seguimiento de la huelga de ayer como un escrutinio del grado de irritaci¨®n de una sociedad. La desafecci¨®n, la frustraci¨®n, afecta a un contingente mucho mayor.
La otra de las conclusiones que se deduce de la gesti¨®n de esta crisis, y transmitida tambi¨¦n en esa jornada organizada por la fundaci¨®n alemana es que la neutralizaci¨®n del deterioro inmediato no puede supeditarse a la definici¨®n de horizontes de perfeccionamiento de la integraci¨®n europea a largo plazo. Lo urgente ahora es frenar la profundizaci¨®n de la recesi¨®n y la superaci¨®n de esas tasas de paro superiores al 25%. De la sensibilidad y habilidad de las instituciones y Gobiernos depende que tambi¨¦n sea compatible con lo importante: avanzar hacia los Estados Unidos de Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.