La oleada de inmigrantes en balsas de juguete dispara el precio de las barquitas

Una flotilla de balsas de juguete ha zarpado en las ¨²ltimas semanas de Marruecos con peque?os grupos de subsaharianos a bordo. Sentados en la borda, reman a la desesperada, casi siempre de d¨ªa, luchando contra las olas y el viento y achicando agua. Un viaje peligroso en una embarcaci¨®n que est¨¢ pensada para jugar en la orilla. El m¨¦todo es arriesgado, pero barato, y tiene una ventaja: los inmigrantes organizan el viaje por su cuenta y esquivan a las mafias, que cobran una media de 900 euros por persona para hacer la traves¨ªa en una patera a motor. Los bazares del norte de Marruecos han visto el negocio y han disparado el precio de las lanchas.

Los intentos de cruzar la franja de mar que separa Espa?a de Marruecos se han disparado desde septiembre. Unos 600 sin papeles han sido interceptados intentado entrar clandestinamente en Europa desembarcando en las playas del Estrecho. En lo que va de a?o, Cruz Roja de Tarifa (C¨¢diz), punto de llegada m¨¢s habitual de los inmigrantes, ha atendido a 1.172 subsaharianos. Solo el viernes pasado fueron rescatadas 49 personas en balsas de juguete.

Los inmigrantes que han sido salvados en algunas de esas barquitas inflables ya han contado al llegar a tierra que las hab¨ªan comprado ellos mismos, reparti¨¦ndose el coste entre sus ocupantes (de cuatro a diez, seg¨²n los casos), normalmente, del mismo pa¨ªs. Una de esas balsas, de unos dos metros de eslora, cuesta en Espa?a, en cualquier tienda de juguetes o bazar, unos 80 ¨® 100 euros. Las m¨¢s baratas y peque?as salen a 30 euros. En las tiendas del norte de Marruecos costaban m¨¢s o menos lo mismo. Pero la alta demanda y la extrema necesidad de los compradores han surtido efecto. Ya se venden hasta por 400 euros, seg¨²n han contado a la Cruz Roja algunos de los salvados. La m¨¢s usada hasta el momento ha sido la Seahawk III, pensada para tres personas. Sin embargo, la han llegado a utilizar hasta 10.

Las balsas, en cualquier caso, convierte a los inmigrantes clandestinos en aut¨®nomos. Ya no tienen que recurrir a las mafias, cuyo precio por viaje (en el que el patr¨®n logra un gran beneficio pero se arriesga a acabar en la c¨¢rcel) ronda los 900 euros. Y, adem¨¢s, son dif¨ªciles de detectar por el r¨¢dar. Son las ¨²nicas ventajas. El resto son inconvenientes que ponen en riesgo la vida.

La mayor¨ªa de los rescatados han contado que no ten¨ªan ni idea de navegar, ni de que las distancias son tan enga?osas en el mar. La traves¨ªa es de 14 kil¨®metros en el tramo m¨¢s corto, pero tambi¨¦n es el itinerario m¨¢s vigilado (y suelen zarpar de d¨ªa para guiarse visualmente) y peligroso por el continuo trasiego de grandes buques. Las balsas hinchables no est¨¢n pensadas para un trayecto tan largo, y menos en una zona de corrientes y vientos cambiantes que obligan a corregir continuamente el rumbo. La propulsi¨®n es dura con unos remos de madera deficiente y palas de pl¨¢stico. M¨¢s a¨²n si la barca va al l¨ªmite de flotabilidad y con sobrepeso: est¨¢n pensadas para llevar a bordo una media de 200 kilos. La mayor¨ªa toma la precauci¨®n de llevar un salvavidas: una goma de neum¨¢tico hinchada.