Frente a independencia, nuevo pacto
Dos discursos paralelos en el Encuentro Catalu?a-Espa?a. ?nico acuerdo: dialogar
Despu¨¦s de las manifestaciones, los gritos y la campa?a electoral, llega el momento de gestionar el desencuentro entre las fuerzas vivas de Catalu?a y del resto de Espa?a. Las elecciones que abocaron a la victoria/derrota del presidente de la Generalitat, Artur Mas, dan paso a una etapa pol¨ªtica marcada por el pacto entre CiU y ERC. En medio de ese proceso, y por si faltaba yesca en el fuego, el ministro de Educaci¨®n, Jos¨¦ Ignacio Wert, arrim¨® una propuesta que las fuerzas vivas de Catalu?a valoraron como un ataque al sistema de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica. En ese convulso contexto, EL PA?S y la cadena Ser convocaron a personalidades de la vida pol¨ªtica, econ¨®mica y cultural en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona, el jueves pasado. Bajo el t¨ªtulo de la jornada, Encuentro Catalu?a-Espa?a, se debat¨ªa en realidad sobre la pregunta: qu¨¨ fem?, ?qu¨¦ hacemos?
Las respuestas evidenciaron la contundencia con que Artur Mas, Jordi Pujol, Josep Antoni Duran i Lleida o Joan Ridao dan por agotado el modelo de relaci¨®n existente con el resto de Espa?a y la coincidencia en situar el punto de ruptura en la sentencia del Tribunal Constitucional de 2010, que anul¨® parte del Estatuto de 2006. Casi todos los participantes catalanes en esa jornada insistieron en que la sentencia fue una bofetada a la ¨²ltima propuesta de arreglar amistosamente los problemas con las instituciones espa?olas. Si alguna duda quedaba sobre la voluntad de poner rumbo al refer¨¦ndum sobre la independencia, qued¨® despejada. Altos cargos del Gobierno central trataron de rebajar la virulencia y la urgencia del problema planteado. No lo hizo as¨ª el secretario general del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, quien opt¨® por un camino distinto: renovar el pacto constitucional para conseguir una Espa?a m¨¢s federal y resolver por esa v¨ªa los fracasos derivados del recorte que la sentencia del Tribunal Constitucional aplic¨® al Estatuto catal¨¢n de 2006.
No era f¨¢cil que hubiera acuerdos. Los nacionalistas e independentistas reprocharon a las fuerzas pol¨ªticas estatales haber cerrado las puertas, roto los puentes; la mayor¨ªa de ellos tampoco aceptaron que exista m¨¢s de una voluntad en el seno del pueblo catal¨¢n, al menos en t¨¦rminos significativos. El catedr¨¢tico y ensayista Jos¨¦ ?lvarez Junco apreci¨® ¡°dos discursos en paralelo que no llegan a encontrarse¡± y dej¨® ver la incomodidad que le causa ver reducido el problema Catalu?a-Espa?a a un ¡°nosotros¡± y un ¡°vosotros¡±, como si no hubiera pluralismo ni diversidad. Nueve horas intensas de debates arrojaron un solo punto de acuerdo: la necesidad de seguir dialogando, tal y como lo reconoci¨® el presidente de EL PA?S, Juan Luis Cebri¨¢n, al t¨¦rmino de las sesiones.
?Nadie en Espa?a?
Tras la apertura del encuentro por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, la primera parte del debate reuni¨® a Jordi Pujol y Felipe Gonz¨¢lez. El expresidente de la Generalitat confirm¨® su apuesta personal a favor de la independencia si se convoca un refer¨¦ndum, argumentando que ¡°en Espa?a no hay nadie¡± interesado en atender las propuestas de Catalu?a.
Gonz¨¢lez se resisti¨® a dar por terminada la convivencia entre Catalu?a y el resto de Espa?a: ¡°Yo no me resigno¡±. ?l y Pujol fueron contrincantes durante mucho tiempo ¡ªGonz¨¢lez ganaba las elecciones generales en Catalu?a y Pujol las auton¨®micas¡ª, pero tambi¨¦n mantuvieron una buena relaci¨®n de confianza mutua. El expresidente del Gobierno se mostr¨® combativo: eso de que los catalanes se vayan de Espa?a afecta a todos los espa?oles, no solo a los catalanes. Introdujo as¨ª el problema de cu¨¢l es la comunidad pol¨ªtica afectada por la eventual consulta: ?Solo los catalanes? ?Deber¨ªan ser consultados todos los espa?oles? Gonz¨¢lez lo tiene claro: ¡°Si alguna vez decid¨ªs¡±, le dijo a Pujol, ¡°yo quiero votar¡±. El expresidente de la Generalitat lo ve exactamente al contrario: hay que consultar a los catalanes, que de acuerdo con su inveterado criterio son las personas ¡°que viven y trabajan en Catalu?a¡±. Todo ello sin perjuicio de admitir la dif¨ªcil viabilidad de la independencia. A Felipe Gonz¨¢lez le parece muy importante el respeto a las reglas del juego: ¡°Hemos luchado durante much¨ªsimo tiempo para tenerlas y las hemos pactado. Y nadie puede decir que se las salta si no le permiten que cambie¡±.
Pujol no es ni ha sido independentista, pero ahora votar¨ªa a favor de la independencia. ¡°Por eso no hay que preguntar¡±, le dijo Felipe Gonz¨¢lez
El director de EL PA?S, Javier Moreno, pregunt¨® si la desconfianza hacia el conjunto de Espa?a pod¨ªa deberse a la ocupaci¨®n de casi todo el poder de las instituciones espa?olas por un solo partido (el PP): a Pujol no se lo parece. Est¨¢ convencido de que el anticatalanismo es ¡°una actitud espa?ola muy general¡±. El director de EL PA?S, que moderaba esta parte del debate, cont¨® unas conversaciones mantenidas el d¨ªa anterior con Pujol y con Gonz¨¢lez. Y que el expresidente de la Generalitat le hab¨ªa dicho que nunca hab¨ªa sido independentista y ahora tampoco, pero que votar¨¢ a favor de la independencia si hay un refer¨¦ndum. En voz baja, apenas audible para el auditorio, Felipe Gonz¨¢lez le dijo a Pujol: ¡°Por eso no hay que preguntar¡±, como indicando que las consultas las carga el diablo. ?Queda tiempo para encontrar soluciones? Pujol insisti¨® en que no ve a nadie que quiera aprovecharlo. Y Gonz¨¢lez: ¡°El problema es que no tenemos otro remedio que entendernos: si no, va a ser un desastre para los unos y para los otros¡±. Y otra vez Jordi Pujol: ¡°La iniciativa, para entendernos, debe ser de ustedes¡±.
Catalanismo herido
Los dos altos cargos del Gobierno central que asistieron al encuentro desmintieron que se haya roto algo irreparable. Para el subsecretario de Presidencia del Gobierno, Jaime P¨¦rez Renovales, ¡°meterse en la deriva del refer¨¦ndum sin saber adonde va puede generar frustraci¨®n¡±. Record¨® que lo que se plantea con ello es un cambio en la Constituci¨®n y que esta atribuye al conjunto de los espa?oles la capacidad para reformarla. Asegur¨® que hay cosas sobre las que ponerse de acuerdo ¡ªcit¨® la reforma de la Administraci¨®n o la reducci¨®n del gasto corriente¡ª, sin ir a ¡°soluciones maximalistas¡±.
El secretario de Estado de Cultura, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, trat¨® de rebatir una idea reiterada por otros asistentes: siempre ha habido alguien al otro lado de la puerta para escuchar sobre los problemas de Catalu?a. A su juicio, la relaci¨®n entre cultura e identidad tiene que ser inclusiva y no excluyente, y defendi¨® un concepto de ciudadan¨ªa republicana. ¡°No me gustan los conceptos de cultura basados en el romanticismo, porque excluyen la raz¨®n¡±. Y argument¨® que la relaci¨®n admirativa en el conjunto de Espa?a hacia Catalu?a solo se perdi¨® durante el periodo franquista.
Entre murmullos de reprobaci¨®n a Lassalle en la sala, ?lvarez Junco pidi¨® que se le reconociera que lleva raz¨®n cuando dice que el catal¨¢n ha pervivido en ¡°la Catalu?a espa?ola¡±, mientras ha desaparecido en ¡°la Catalu?a francesa¡±, lo cual demuestra estrategias diferentes de los Estados espa?ol y franc¨¦s respecto a la lengua catalana; aunque no por falta de voluntad aniquiladora por parte del Estado espa?ol ¡ªpuntualiz¨®¡ª sino por debilidad.
Rubio Llorente propone regular la consulta sobre la independencia por una ley de las Cortes. ¡°Una decisi¨®n as¨ª necesitar¨ªa una gran mayor¨ªa¡±
No paraban de saltar chispas en esta parte del debate dedicada a la lengua, que varios de los presentes resaltaron como la clave del catalanismo. Ni faltaron alusiones al reciente intento del Gobierno central para alterar algunas caracter¨ªsticas del modelo de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica en la escuela. A la catedr¨¢tica Victoria Camps le gustar¨ªa escuchar razones suficientes para mantener el ¡°monoling¨¹ismo en la escuela p¨²blica¡±, cuando la sociedad catalana es perfectamente biling¨¹e. ¡°?Y por qu¨¦ no triling¨¹e? ?Por qu¨¦ no fijarse en los modelos del Pa¨ªs Vasco o de Galicia?¡±, insisti¨® Victoria Camps. El consejero de Cultura, Ferran Mascarell, reaccion¨® a esas preguntas: ni la escuela catalana es monoling¨¹e, ni hay razones para fijarse en lo que hacen vascos o gallegos, cuando el modelo educativo catal¨¢n se ha construido ¡°de abajo arriba¡±, a partir de propuestas de la comunidad educativa. Albert Rivera, de Ciutadans, aprovech¨® para terciar a favor del modelo triling¨¹e, para el que ¡°no hay voluntad pol¨ªtica¡±.
Las alusiones al pasado y su influencia en la sensaci¨®n actual de ruptura salpicaron toda la reuni¨®n. Ferran Mascarell intent¨® teorizarlo: ¡°Sobre el pasado hist¨®rico, tenemos interpretaciones diferentes. Sobre el presente pactado, hemos de constatar que, despu¨¦s de cien a?os de hacer propuestas y proyectos para Espa?a, hemos fracasado. Y ahora somos ya muchos los que pensamos que no puede haber ya proyecto cooperativo con Espa?a; y si lo hay, ser¨¢ pactando de t¨² a t¨²¡±.
Pacto constitucional
Frente a las ideas nacionalistas, el secretario general de los socialistas, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, contraatac¨® con un proyecto para renovar el pacto constitucional. El l¨ªder del PSOE desarroll¨® algunos detalles de las ideas federalistas que el PSC y ¨¦l mismo lanzaron a la arena de la campa?a electoral catalana. ¡°El debate del derecho a decidir no nos lleva a ninguna parte¡±, afirm¨® Rubalcaba en el encuentro de Barcelona. Reconoci¨® que ese concepto es imbatible como eslogan pol¨ªtico, ¡°pero de la misma forma que Catalu?a pide que Espa?a le acepte como es, el resto de Espa?a tiene su punto de vista sobre c¨®mo debe ser Espa?a¡±.
No se trata de reabrir el mapa auton¨®mico: hay 17 comunidades ¡°y as¨ª va a ser¡±. Su propuesta de explorar una reforma constitucional consiste en deslindar las competencias del Estado federal, para que queden plasmadas de forma mucho m¨¢s precisa en la Constituci¨®n y no a la intemperie de tantas interpretaciones conflictivas. Todo en el bien entendido de que el pacto deber¨ªa ser leal, para no hacerse la vida imposible unos a otros. ¡°Merece la pena seguir viviendo juntos¡±, insisti¨®.
Sentado junto a Rubalcaba, el exsecretario general de ERC, Joan Ridao, admiti¨® que el Estatuto catal¨¢n de 2006 ¡°fue un intento de reformar la Constituci¨®n por la puerta de atr¨¢s, y fracas¨®¡±. Pero consider¨® ¡°extempor¨¢nea¡± la idea de ponerse ahora a cambiar la Constituci¨®n, porque ¡°el federalismo est¨¢ pensado para aquellos que quieren unirse y en estos momentos Catalu?a est¨¢ en otra fase¡±. En ese debate les acompa?aba el presidente de Uni¨°, Josep Antoni Duran i Lleida: ¡°Yo defiendo el derecho a la autodeterminaci¨®n¡±, advirti¨®, ¡°pero soy muy consciente de que en Catalu?a hay mucha gente para la que su naci¨®n es Espa?a. En el Parlament hay una mayor¨ªa para el derecho a decidir. Hay que saber si hay una mayor¨ªa para la independencia¡±. Eso s¨ª, ni Felipe Gonz¨¢lez ni los dem¨¢s espa?oles no catalanes podr¨ªan votar en la consulta: ¡°?Por qu¨¦ en Espa?a deber¨ªa votar todo el mundo y en cambio en Escocia solo los escoceses o en Qu¨¦bec solo los quebequeses?¡±, pregunt¨®.
As¨ª pues, nacionalistas e independentistas no opinan de la misma forma sobre lo que cabe esperar de la consulta; pero todos ven claro que la nave catalana pone rumbo al ¡°derecho a decidir¡±. ?Y habr¨ªa margen para hacerlo legalmente? A juicio de Francisco Rubio Llorente, conviene averiguar si existe una mayor¨ªa abrumadora de catalanes a favor de la independencia; porque tendr¨ªa que ser una gran mayor¨ªa, dado que no se trata de una ley cualquiera, que otra mayor¨ªa parlamentaria podr¨ªa cambiar. Para llevarla a cabo, Rubio Llorente propuso la intervenci¨®n de las Cortes con una ley que regule la organizaci¨®n y alcance de la consulta. ¡°Esto no es el plan Ibarretxe¡±, puntualiz¨® el exmagistrado del Constitucional y expresidente del Consejo de Estado: se trata de una propuesta de procedimiento para salvar los escollos legales del proyecto esbozado. Otro constitucionalista presente entre el auditorio, Francesc de Carreras, tambi¨¦n partidario de que se organice la consulta, se pregunt¨® si los puntos de ruptura de los que se llevaba hablando todo el d¨ªa no parten de haber elaborado un Estatuto equivocado.
?M¨¢s crispaci¨®n?
Tanto si se va hacia el refer¨¦ndum de independencia como si se abre alguna oportunidad a la renovaci¨®n del pacto constitucional, es probable que el resultado sea un mayor grado de crispaci¨®n. Nadie lo dijo expresamente en el encuentro de Barcelona, pero un observador tiene que concluir que el pacto CiU-ERC solo puede funcionar sobre la base de acentuar el horizonte de la independencia como ant¨ªdoto a la desaparici¨®n de Catalu?a como naci¨®n. Porque la fuerza dominante, CiU, debilitada en relaci¨®n con lo que era antes de las elecciones del 25 de noviembre, se juega ahora su futuro en el terreno independentista, que le resulta mucho m¨¢s c¨®modo a ERC. A su vez, la oposici¨®n queda dividida en fracciones menores del Parlamento catal¨¢n (PSC, PP, ICV, Ciutadans), de dif¨ªcil entendimiento entre s¨ª, ninguna de ellas con peso bastante como para imponerse a las dem¨¢s.
Tanto las voces que se escucharon desde la parte del Gobierno del PP, como sin duda desde el PSOE, llamaron a rebajar la tensi¨®n rupturista y a reiniciar el di¨¢logo. No ser¨¢ f¨¢cil ni siquiera para los que buscan una revisi¨®n del pacto constitucional: Antoni Zabalza, catedr¨¢tico de Hacienda, record¨® la existencia de los conciertos vasco y catal¨¢n que, aunque nacidos de la Constituci¨®n, son un elemento de inestabilidad a efectos fiscales, ¡°una asignatura pendiente¡±. Antoni Castells, exconsejero en los Gobiernos de Pasqual Maragall y de Jos¨¦ Montilla, tampoco se hace ilusiones: ¡°Hay un antes y un despu¨¦s de la sentencia del Tribunal Constitucional, que dej¨® el encaje de Catalu?a en Espa?a en la pura provisionalidad¡±. En todo caso, ¡°pacto es entender las razones del otro, la diversidad¡±, pero ¡°el Estado espa?ol est¨¢ m¨¢s acostumbrado a imponer que a pactar¡±, y pactar es dif¨ªcil ¡°cuando los que mandan en Madrid creen que lo que es bueno para Madrid lo es para toda Espa?a¡±.
Rubio Llorente cree imposible que se llegue a un bloqueo: ¡°Me resisto a creer que hombres civilizados de la Europa del siglo XXI sean incapaces de encontrar una soluci¨®n¡±. Al menos est¨¢ claro que habr¨ªa que combatir el cansancio mutuo. Y por lo tanto que conviene practicar aquello del ¡°parlem-ne¡±; es decir, ¡°hablemos¡±.?
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