La gesti¨®n de la mentira
Hay un factor com¨²n que nos devuelve a la derrota de Aznar el 14-M de 2004: las mentiras
Se dice que es m¨¢s f¨¢cil recuperarse de un fracaso que salir indemne de un ¨¦xito pero ese proverbio resulta inaplicable al Partido Popular. Qued¨® claro que la derrota electoral del 14 de marzo de 2004 en absoluto fue consecuencia de la masacre de los trenes de Atocha. Un atentado que hubiera llevado a la ciudadan¨ªa a cerrar filas con el Gobierno como sucedi¨® con la barbarie de las torres gemelas de Nueva York cuando los norteamericanos buscaron amparo en el presidente George W. Bush. Fue la gesti¨®n de la mentira lo que llev¨® a m¨¢s de un mill¨®n de electores inesperados a salir del abstencionismo y castigar al Partido Popular, cuyo gobierno en funciones se encastill¨® en sostener la falsedad. La manifestaci¨®n del viernes 12 de marzo, convocada unilateralmente por el presidente Aznar, empez¨® contando con la solidaridad de todos, aqu¨ª y a escala internacional, pero concluy¨® con el grito de "??Qui¨¦n ha sido?!".
A media ma?ana del d¨ªa de la masacre todos empezamos a saber de manera indudable que la autor¨ªa correspond¨ªa a Al Qaeda. La polic¨ªa, los servicios de inteligencia espa?oles, los servicios extranjeros, coincid¨ªan un¨¢nimes. Pero en G¨¦nova, los asesores encabezados por Pedro Arriola hab¨ªan dictaminado que la victoria electoral del domingo 14 corresponder¨ªa al PP en el caso de que ETA pudiera cargar con el atentado, mientras que si se impon¨ªa la hip¨®tesis de Al Qaeda, abrir¨ªa el riesgo de que se deslizara la responsabilidad concomitante al PP por su alineamiento en la guerra de Irak, declarada con el ultim¨¢tum de las Azores, aquel momento culminante de nuestro Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
Por eso, asistimos entonces al esperpento del ministro del Interior, ?ngel Acebes, en sucesivas conferencias de prensa para sostener contra toda evidencia la autor¨ªa de ETA. Quienes disent¨ªan de la versi¨®n oficial eran tildados de sumarse a la anti Espa?a. Avanzaban las investigaciones, se multiplicaban los indicios, aparec¨ªan los tel¨¦fonos m¨®viles, el locutorio de Lavapi¨¦s, se confirmaban los datos, iba casando el puzzle, pero Acebes se manten¨ªa inconmovible al servicio de la mentira interesada. El presidente en persona llamaba a los directores de los principales diarios para avalar esa versi¨®n cada vez m¨¢s insostenible. Todav¨ªa el domingo 14, los telegramas del ministerio de Asuntos Exteriores instru¨ªan a nuestros embajadores para que sostuvieran ante los Gobiernos donde estaban acreditados la autor¨ªa de ETA hasta lograr una pintoresca declaraci¨®n del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. As¨ª labr¨® el Partido Popular su derrota del 14 de marzo de 2004.
Estamos en una situaci¨®n muy diferente pero hay un factor com¨²n que nos devuelve a nueve a?os atr¨¢s: la mentira. Ahora se trata de la corrupci¨®n, uno de cuyos casos m¨¢s evidente es el de G¨¹rtel-B¨¢rcenas. Las salpicaduras previas registran episodios en Baleares con el presidente Jaume Matas, en Valencia con el presidente Francisco Camps, en Pozuelo con la ministra Ana Mato y as¨ª sucesivamente hasta llegar a la boda de El Escorial y al tesorero nacional del PP, Lu¨ªs B¨¢rcenas. Sucede que el nombramiento de este ¨²ltimo lo hizo el presidente del partido Mariano Rajoy, quien se atrevi¨® a decir que nunca habr¨ªa pruebas contra ¨¦l y hac¨ªa un canto de su impecable comportamiento al relevarle en 2010. Con a?os de retraso se obtiene respuesta a una comisi¨®n rogatoria solicitada a Suiza y aparecen cuentas por 22 millones de euros manejadas por el ex tesorero, que se acogi¨® a la amnist¨ªa fiscal del ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro. Ante semejante descubrimiento la reacci¨®n del PP en lugar de interesarse por el origen de la fortuna se limita a declararse ajeno a dichos fondos. Como si B¨¢rcenas hubiera podido acumularlos en sus ratos de ocio mientras se dedicaba full time a la gerencia y tesorer¨ªa del PP.
Entonces, aparece la contabilidad paralela de las donaciones recibidas por el PP y de los perceptores de sobresueldos de la que se beneficiaron los dirigentes de G¨¦nova. Primero, es la publicaci¨®n de las anotaciones que garantiza un exdiputado y verifican otros recipiendarios y luego, la declaraci¨®n ante notario. Mientras, B¨¢rcenas esqu¨ªa que te esqu¨ªa en las pistas m¨¢s afamadas. Ahora declara que todo proviene de sus jugadas en bolsa y de la compraventa de arte. El nombre de B¨¢rcenas se convierte en tab¨² y Mariano Rajoy se enroca en una mentira que se agranda seg¨²n se a?aden detalles sobre su relaci¨®n laboral con el PP hasta el pasado enero. ¡°Mi querido padre¡±, escribe Esterh¨¢zy en Armon¨ªa Celestial, ¡°representaba la rebeli¨®n de las masas. La rebeli¨®n se produjo cuando en una ocasi¨®n mi padre, que confiaba ciegamente en su talento, se cag¨® en los pantalones. Cuando intent¨® por todos los medios a su alcance contraer los m¨²sculos, ya era tarde. Este pa¨ªs huele que apesta, dijeron todos¡±. Atentos.
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