Atenci¨®n, esto no es un simulacro, es un contrato real
B¨¢rcenas empieza a creer que a este PP no le debe nada, mientras que el PP le debe todo.
Atenci¨®n, atenci¨®n, esto no es un simulacro, repito, esto no es un simulacro, es un contrato real. Luis B¨¢rcenas, al d¨ªa siguiente de que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n lograra prohibirle salir del pa¨ªs por temor a una fuga como a cualquier delincuente -algo que entiende como la ¨¦nesima bofetada de una instituci¨®n que depende del partido en el Gobierno al que dedic¨® su vida-, ha corroborado con una demanda laboral la informaci¨®n que dio este diario: que el PP lo despidi¨® el pasado 31 de enero, el mismo d¨ªa que EL PA?S public¨® sus papeles con apuntes de donaciones y pagos a dirigentes del PP.
Cab¨ªa pensar si la direcci¨®n del PP, sabedora desde d¨ªas antes de la informaci¨®n sensible que manejaba este diario, y B¨¢rcenas pactaron su salida fulminante ese d¨ªa para preparar el decorado tras la bomba informativa. Pero el extesorero hasta en eso es inmisericorde. Alega que se enter¨® por este diario de que estaba despedido. Tras leer la noticia, consult¨® su vida laboral y hall¨® los mismos datos publicados por EL PA?S: que le hab¨ªan dado de baja el 31 de enero, dos semanas despu¨¦s de la difusi¨®n de su fortuna opaca en Suiza (hasta 38 millones de euros seg¨²n su ¨²ltimo recuento). Y m¨¢s de dos a?os despu¨¦s de haberlo despedido como tesorero, el ocho de abril de 2010 y de estar imputado en G¨¹rtel.
La realidad ya no es mejor que la pen¨²ltima mentira. Si malo es que se le diera un finiquito troceado, primera hip¨®tesis admitida por el PP, la realidad ahora confirmada tiene aristas m¨¢s puntiagudas. Porque el PP, aunque admite su despido, sostiene que B¨¢rcenas no ha realizado ninguna tarea desde 2010 para el partido, y eso significar¨ªa que ha habido un fraude laboral. Porque en la Espa?a de los seis millones de parados B¨¢rcenas ha cobrado como empleado sin trabajar. Y esto es un fraude a la Seguridad Social: le han permitido generar prestaciones por un trabajo inexistente salvo en la voluntad pagadora del PP. Si B¨¢rcenas fuera un inmigrante dado falsamente de alta en la Seguridad Social por una peque?a empresa, su empleador ya tendr¨ªa encima una inspecci¨®n de trabajo y una grave sanci¨®n. Pero ning¨²n inspector por ahora osa pisar Gen¨®va 13.
Pero no es menos llamativo que B¨¢rcenas y el PP discrepen sobre el car¨¢cter del despido. El PP aleg¨® ante la Seguridad Social que era una baja voluntaria o dimisi¨®n. Y el extesorero esgrime todo lo contrario: que le despidieron sin su acuerdo ni su conocimiento.
Pero esta batalla, deja las cosas en un nuevo estadio, B¨¢rcenas empieza a creer que a este PP no le debe nada, mientras que el PP le debe todo. Y, por ello, dando por sentado que ha cobrado un sueldo en estos dos ¨²ltimos a?os, que nunca ha dejado de cobrarlo desde hace d¨¦cadas, ahora s¨ª le toca hablar del finiquito. La indemnizaci¨®n que lleva esperando cobrar desde que le imputaron en G¨¹rtel y le apartaron de la tesorer¨ªa. O se la dan, troceada o no, o los trocea.
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