Amenazas y argumentos
El ministro de Hacienda y Administraciones P¨²blicas amanece cada d¨ªa insinuando amenazas. Una ma?ana, la del 27 de febrero, dice en el Congreso a sus adversarios pol¨ªticos que los grupos pol¨ªticos de la C¨¢mara deber¨ªan pagar tambi¨¦n sus impuestos, dando a entender que incumplen esa obligaci¨®n. Otra, el 19 de febrero, se?ala en el Senado a los actores que fueron cr¨ªticos en la entrega de los premios Goya equipar¨¢ndoles a Depardieu por no pagar impuestos en Espa?a y mezclando en el barullo el comportamiento de patriotas tan indiscutidos como Julio Iglesias. Otra, el 23 de enero en la Comisi¨®n de Hacienda del Congreso, acusa de ruindad al interpelante, Pedro Saura, diputado del Partido Socialista por Murcia, quien le pregunta si ha cobrado en B cantidades distribuidas en los sobres de B¨¢rcenas, y en su defensa alega que su declaraci¨®n de la renta est¨¢ publicada en la p¨¢gina web del Congreso, mientras que tal vez a otros les falten elementos de esa declaraci¨®n. Otra m¨¢s, el 12 de diciembre en el Congreso, la emprende contra los medios de comunicaci¨®n a los que les gusta o les enardece este tipo de medidas (las referidas a los contratos blindados) a los que reprocha dar tantas lecciones de ¨¦tica a trav¨¦s de editoriales, cuando lo que tienen que hacer es pagar religiosamente los impuestos en los plazos pertinentes, es decir, que para el ministro la situaci¨®n precaria o ruinosa de un medio le obligar¨ªa a permanecer en silencio, o mejor, al aplauso permanente al Gobierno. Eso s¨ª, el ministro Crist¨®bal Montoro se abstiene en todas las ocasiones de precisar con exactitud a qui¨¦n acusa y recuerda as¨ª al humorista Miguel Gila cuando contaba que, llamado a comparecer en la escena de uno de los cr¨ªmenes de Jack el destripador, se hab¨ªa limitado a decir: ¡°Aqu¨ª alguien ha matado a alguien y no me gusta se?alar¡±.
El caso es que el ministro parece haberse olvidado desde su regreso al Gobierno de la famosa curva de Laffer, su referencia predilecta con la que anduvo d¨¢ndonos la matraca tantos a?os, insistiendo en que la forma de incrementar la recaudaci¨®n fiscal era disminuir los impuestos. Ahora, despu¨¦s de subirlos, prefiere defenderse de las cr¨ªticas dando a entender que dispone de informaci¨®n reservada de la Agencia Tributaria con la que amedrentar y silenciar a sus adversarios. Pero esa informaci¨®n es indisponible para el ministro y dem¨¢s autoridades del ministerio. Porque la Agencia Tributaria tiene normas muy estrictas de procedimiento y en absoluto puede ser interferida por el titular del departamento, de acuerdo con lo prescrito por la Ley General Tributaria en particular en su art¨ªculo 95. Parece que volvemos a las andadas como cuando el caso Gescartera en los a?os del aznarato, cuando los responsables de la citada Agencia ofrecieron tan escandaloso y deplorable comportamiento.
Al ministro de Hacienda m¨¢s le valiera interesarse por lo que sucede en el ¡®caso G¨¹rtel-B¨¢rcenas¡¯
Pero, como se?alaba el impar Jos¨¦ Mar¨ªa Pem¨¢n en su obra El divino impaciente, vuelve a suceder en nuestros d¨ªas que ¡°mientras se despe?a el r¨ªo, se est¨¢ secando la huerta¡±. De manera que al ministro m¨¢s le valiera proceder por el m¨¦todo de aproximaciones sucesivas y, sin salir del banco azul, mirar en derredor a los compa?eros del PP con quienes lo comparte e interesarse por lo que sucede en el caso G¨¹rtel-B¨¢rcenas. Porque asombra, por ejemplo, su falta de curiosidad sobre el origen y destino de los 38 millones de euros afanados por el exgerente y extesorero y en comandita con su predecesor, ?lvaro Lapuerta, seg¨²n acta de manifestaciones ante notario y posterior confesi¨®n del primer interesado ante el juez Ruz. Unos millones que fueron puestos en su d¨ªa a buen recaudo en sus cuentas de Suiza, blanqueadas despu¨¦s, con arreglo a las facilidades de la amnist¨ªa fiscal ad hoc ofrecida por el Ministerio de Hacienda en tiempo ¨²til.
Mientras, el compa?ero Luis B¨¢rcenas ¡ªal que tantos elogios prodig¨® Mariano Rajoy, de quien dijo que nunca habr¨ªa pruebas que le condenaran, convertido en el innombrable¡ª solo es aludido para negar que tenga cargo alguno desde hace a?os en el PP, pero se averigua que ha seguido cobrando 21.300 euros al mes hasta finales de enero. Las demandas pregonadas contra ¨¦l siguen sin presentarse, pero a la inversa B¨¢rcenas mantiene el pulso y presenta las suyas ante el juez por despido improcedente y por robo de dos ordenadores de su despacho de G¨¦nova. Entre tanto, la secretaria general, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, farfulla excusas ininteligibles, a base de indemnizaciones diferidas y simulaciones varias, que han hecho re¨ªr a las cig¨¹e?as y a los espectadores del espacio televisivo El Intermedio, de la Sexta, donde todav¨ªa puede encontrarse el momento G¨¦nova, muy superior al de las empanadillas de Encarna que encumbr¨® a Martes y Trece.
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