Objetivo: Salvar a Rajoy

Los papeles de B¨¢rcenas parecen una pesadilla, est¨¢n en todas partes. El caso no se enfr¨ªa. Al contrario. Se enreda m¨¢s y m¨¢s hasta alcanzar la categor¨ªa de culebr¨®n imprevisible. Las novedades diarias copan las aperturas en todos los medios de comunicaci¨®n. El exresponsable de las cuentas del PP durante casi 20 a?os ha presentado ya tres denuncias (dos laborales y una policial) contra su expartido. Pero en el entorno de Mariano Rajoy en La Moncloa reina una aparente tranquilidad. Su equipo se mueve con otras preocupaciones: la buena colocaci¨®n de la ¨²ltima subasta del Tesoro, la ca¨ªda de la prima de riesgo por debajo de 326 puntos y la agenda clave para impulsar el crecimiento y el empleo del Consejo Europeo del 14 y 15 de marzo. Lo peor del hurac¨¢n B¨¢rcenas ha pasado. La consigna, que siguen, respetan y difunden las m¨¢s altas autoridades del Estado, est¨¢ en marcha: ¡°El objetivo es salvar al presidente¡±. Cuando EL PA?S public¨® el 31 de enero los papeles de B¨¢rcenas se produjo una conmoci¨®n que sacudi¨® al partido en el Gobierno en todas sus estructuras. Las primeras informaciones reflejaban una serie de partidas, en la contabilidad manuscrita, con ingresos de empresas y supuestos pagos a los m¨¢s relevantes dirigentes del PP, adem¨¢s de asignaciones para otros gastos. El nombre de Rajoy empieza a aparecer en anotaciones en 1997 con pagos semestrales de 2.100.000 pesetas o trimestrales de 1.050.000 pesetas y a partir de 2002 de 12.600 euros semestrales o 6.300 euros trimestrales, sin variar la cantidad anual de 25.200 euros. Los pagos se extienden hasta 2008. En total 11 a?os.

La primera reacci¨®n del PP y de su presidente no es fulminante ni reparadora. Su imagen queda da?ada. La prensa internacional m¨¢s influyente cuestiona su imagen. La debilidad de ese liderazgo amenaza con erosionar la validez de la debilitada marca Espa?a. Otra vez. Es ah¨ª cuando se encienden las alarmas de La Moncloa. El equipo del presidente se pone a trabajar pero m¨¢s con esa proyecci¨®n exterior que internamente. El presidente, aqu¨ª, elude las ruedas de prensa y evita mencionar a su excolaborador tanto en el Parlamento como en las reuniones internas a puerta cerrada. Como si no fuera con ¨¦l.

El objetivo, por tanto, es separar la trayectoria de Rajoy como presidente de un pa¨ªs europeo muy cuestionado del caso de un supuesto ¡°ladr¨®n o sinverg¨¹enza que ha enga?ado a su partido¡±. Aislar los da?os. Y para ello no se repara en la sangr¨ªa pol¨ªtica. ¡°Si Dolores de Cospedal tiene que quedar achicharrada, ella estar¨¢ dispuesta¡±, arguye un importante dirigente del PP. Una de las m¨¢s relevantes autoridades del Estado, un hist¨®rico del partido, lo resume en la misma l¨ªnea: ¡°El objetivo es salvar al presidente y si para ello tienen que producirse otras bajas pues se dar¨¢n por bien empleadas porque el bien logrado ser¨¢ mucho mayor¡±. Ahora, m¨¢s de un mes despu¨¦s de esc¨¢ndalos diarios sobre B¨¢rcenas, el entorno de Rajoy cree haber logrado su meta. Piensan que le han salvado de la quema. Entienden que ha quedado muy claro que este es un problema de mala o regular gesti¨®n del PP y de ¡°una persona¡± que trabaj¨® un tiempo para ese partido (B¨¢rcenas). Sostienen que ya nadie en el extranjero, ning¨²n influyente medio anglosaj¨®n, habla de los supuestos sobresueldos o cobros en negro de su presidente europeo en ejercicio. En ese sentido se muestran satisfechos.

?Aceptar¨¢ Rajoy que ascendi¨® y trabaj¨® en el PP al lado de un tesorero corrupto? ?Pedir¨¢ perd¨®n? ?Asumir¨¢ alguna responsabilidad? ?Dejar¨¢ caer a Cospedal para salvar su pellejo? En el PP y el Gobierno coinciden: probablemente nada de eso suceder¨¢.