Aguas revueltas
Este panorama pol¨ªtico de la Comunidad de Madrid presenta los mismos rasgos que el nacional
Lo m¨¢s destacable del sondeo llevado a cabo en la Comunidad de Madrid por Metroscopia con motivo del 2 de mayo es, sin duda, la p¨¦rdida de la mayor¨ªa absoluta del PP despu¨¦s de 10 a?os de ininterrumpida primac¨ªa al frente del Gobierno regional. Pero la encuesta arroja otros datos que merecen ser igualmente destacados. El primero de ellos, la sustancial reducci¨®n de las diferencias, en votos y diputados, que actualmente separan al PSOE e IU: de una distancia actual de 16,6 puntos y 23 diputados favorable a los primeros se pasar¨ªa a otra que no hace imposible, y ni siquiera improbable, un sorpasso por parte de la formaci¨®n rojiverde (solo 1,2 puntos y solo un esca?o). Una posibilidad que tiene su raz¨®n de ser en el descenso de los socialistas ¡ªm¨¢s moderado que el de los populares, bien es cierto¡ª, y en el fuerte ascenso de IU (principal receptor de los votantes desencantados del PSOE). El tercer dato relevante ser¨ªa el crecimiento de UPyD, partido que aun cuando se mantendr¨ªa como la cuarta fuerza pol¨ªtica de la comunidad, pasar¨ªa a tener ¡ªcon el resultado ahora estimado¡ª la llave de la gobernabilidad en la regi¨®n. Una coalici¨®n entre PSOE e IU se quedar¨ªa por debajo de los 65 esca?os que conforman la mayor¨ªa absoluta en el actual Parlamento madrile?o (que cuenta con 129 diputados), por lo que los 16 esca?os que lograr¨ªa UPyD ser¨ªan necesarios tanto para la misma como para el PP. Y esto a pesar de que su actual portavoz en la Asamblea, Luis de Velasco, es el l¨ªder regional menos conocido, no solo por el conjunto de la ciudadan¨ªa sino, tambi¨¦n, por sus propios votantes. Esto parece indicar que el voto que logra captar la formaci¨®n magenta se debe m¨¢s al claro desencanto que algunos votantes sienten hacia sus actuales partidos (PSOE y PP principalmente) que a la atracci¨®n intr¨ªnseca (innegable en todo caso) que puedan generar realmente las propuestas de este partido. Es decir, se tratar¨ªa de un electorado que no ha traspasado del todo el punto de no retorno y que probablemente se mantendr¨ªa fiel a sus actuales partidos a poco que estos cambiaran algunos aspectos concretos de sus pol¨ªticas. Pero tampoco es descartable, y cada vez menos, que si los dos grandes partidos no realizan esas modificaciones que sus propios electorados les est¨¢n reclamando con creciente insistencia, UPyD sea capaz de hacerse de manera definitiva con esos votantes. Hay que tener en cuenta que todav¨ªa est¨¢ por saber cu¨¢l es su techo electoral: desde que se present¨® por primera vez a unas elecciones auton¨®micas en la Comunidad de Madrid no ha dejado de incrementar su caudal electoral. La sensaci¨®n es que ha llegado para quedarse.
Este panorama pol¨ªtico regional presenta, as¨ª, los mismos rasgos que el nacional: un importante desgaste de los dos principales partidos y un sustancial crecimiento de las formaciones minoritarias. El PP regional empieza a verse afectado por las pol¨ªticas de austeridad dictadas por el Gobierno central ¡ªlos votantes populares de la regi¨®n que califican negativamente la econom¨ªa de la comunidad lo atribuyen m¨¢s a la gesti¨®n de Mariano Rajoy que a la de Ignacio Gonz¨¢lez, y este est¨¢ mejor evaluado por el electorado popular que el presidente del Gobierno¡ª. De ah¨ª, probablemente, los intentos del presidente Gonz¨¢lez por desmarcarse de actuaciones pol¨ªticas concretas del PP nacional, as¨ª como algunas de sus decisiones contrarias al criterio de la direcci¨®n nacional del partido. En estos momentos, aparecer en sinton¨ªa con el Gobierno de la naci¨®n resta m¨¢s que suma. El Partido Socialista de Madrid, por su parte, acompa?a a su hermano mayor en su traves¨ªa del desierto, iniciada tras las elecciones generales de 2011, y aunque su l¨ªder, Tom¨¢s G¨®mez, est¨¢ mejor evaluado entre los madrile?os que Rubalcaba, cuenta, como este, con la desaprobaci¨®n de la mayor¨ªa del electorado socialista. En su caso, al contrario de lo que ocurre con los populares, parece contar, a ojos de los electores, con un menor grado de autonom¨ªa para diferenciarse del PSOE nacional, y eso a pesar de que G¨®mez se ha destacado como voz cr¨ªtica interna desde que Rubalcaba se hiciera con la secretar¨ªa general del partido. Pero tambi¨¦n en su caso lo que sigue teniendo un peso determinante es el descr¨¦dito colectivo que todav¨ªa afecta a las siglas PSOE entre el electorado espa?ol.
Jos¨¦ Pablo Ferr¨¢ndiz es soci¨®logo y vicepresidente de Metroscopia.
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