Una cuerda ya muy tensa

No hay cuerda, por resistente que sea, irrompible. La que secularmente ha unido a Catalu?a y Espa?a empieza a dar signos de fuerte desgaste y ¡ªesta ser¨ªa la novedad¡ª no solo desde uno de los extremos. Si en una orilla del Ebro son muy numerosos los que dicen que quieren irse, empieza a ser cada vez m¨¢s frecuente que los de la orilla opuesta opten por encogerse de hombros y respondan: ¡°Que se vayan¡±. Y eso a pesar de que fuera de Catalu?a una amplia mayor¨ªa (siete de cada 10) considera que la ruptura ser¨ªa mala para ambas partes. En Catalu?a las opiniones al respecto parecen estar divididas: una clara mayor¨ªa cree que la secesi¨®n ser¨ªa mala para Espa?a, pero pr¨¢cticamente empatan (44% frente a 39%) quienes piensan que ser¨ªa buena para el principado.

Lo que ocurre es que el hartazgo empieza a ser mutuo, y no ya tanto entre las ciudadan¨ªas (los datos disponibles siguen revelando la existencia en ambas de un b¨¢sico afecto rec¨ªproco) como respecto de los respectivos liderazgos pol¨ªticos. Cada vez son menos los catalanes y espa?oles que ven a sus gobernantes capaces de alcanzar un acuerdo que permita la convivencia de Catalu?a y Espa?a (solo el 48% ahora, frente al 72% el pasado mes de septiembre). Al mismo tiempo, tres de cada cuatro espa?oles (e incluso dos de cada tres catalanes) no creen que la independencia pueda llegar a ser una realidad, al menos en un futuro cercano.

As¨ª, la situaci¨®n se hace cada vez m¨¢s tensa al tiempo que parece encaminarse, a ojos del ciudadano medio, a un callej¨®n sin salida ¡ªpor fuerza frustrante, tras tanta inversi¨®n emocional en el asunto¡ª. ?Podr¨ªa el federalismo ser una soluci¨®n? No es una alternativa que genere, al menos por ahora, entusiasmos masivos, pero no deja de ser llamativo que, pese a estar siendo propuesta b¨¢sicamente por un solo partido ¡ªel PSOE, que no parece estar precisamente en su mejor momento en imagen p¨²blica¡ª, se registre entre los espa?oles una pr¨¢ctica divisi¨®n de opiniones sobre la posible reconversi¨®n del actual modelo auton¨®mico en otro plenamente federal si con ello se resolviese definitivamente el encaje de Catalu?a en Espa?a. Y, por cierto, en Catalu?a esta alternativa federal parece suscitar apoyo mayoritario.