Gibraltar, as¨ª que pasen 300 a?os m¨¢s
El Pe?¨®n es autosuficiente y no le cuesta una sola libra al Tesoro brit¨¢nico Los llanitos tienen una renta de 47.000 euros, frente a 17.000 de los andaluces
Aunque la recuperaci¨®n de Gibraltar ha sido una de las banderas irrenunciables del nacionalismo espa?ol, Mariano Rajoy apenas se la ha planteado a su hom¨®logo brit¨¢nico, David Cameron. Cuando el presidente espa?ol visit¨® el n¨²mero 10 de Downing Street, en febrero de 2012, anfitri¨®n y visitante quedaron en dejar este asunto en manos de sus cancilleres y concentrarse en cuestiones de m¨¢s alto vuelo, como el G-20 o la UE.
Sin embargo, en la ¨²ltima Cumbre Europea, Cameron se dirigi¨® a Rajoy para recriminarle los disparos que supuestamente hizo la Guardia Civil durante una persecuaci¨®n en aguas contiguas al Pe?¨®n. Poco importa que el instituto armado hubiese negado el incidente. Cameron se hizo eco de la versi¨®n del ministro principal de la Roca, Fabian Picardo, la traslad¨® a Rajoy y, adem¨¢s, se lo cont¨® a la prensa.
A los gibraltare?os les preocupa que Reino Unido diga no a la Uni¨®n Europea en 2017
Madrid siempre ha querido discutir directamente con Londres el ¨²ltimo contencioso colonial de Europa, del que hoy se cumplen 300 a?os, as¨ª que la oportunidad de que Cameron sacara el tema parec¨ªa perfecta. Pero Rajoy se limit¨® a despejar balones. ¡°Solo fue un gesto para consumo interno del premier brit¨¢nico¡±, alegan en La Moncloa.
Lo sorprendente es que hablar de Gibraltar, un territorio con 30.000 habitantes, pueda resultar rentable para Cameron y no para Rajoy, aunque la gran mayor¨ªa de espa?oles comparta lo que el ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, le dijo al poco de llegar al cargo a un eurodiputado conservador brit¨¢nico: ¡°?Gibraltar espa?ol!¡±
La actitud de Cameron evidencia, seg¨²n expertos en el Pe?¨®n, que la influencia del lobby gibraltare?o supera con creces el peso demogr¨¢fico de la colonia y que los vestigios del imperio siguen teniendo un s¨®lido anclaje electoral en la metr¨®poli.
En estas condiciones, la l¨ªnea seguida por Margallo desde el Palacio de Santa Cruz ha sido la de no ceder un palmo en las tradicionales posiciones espa?olas y, en la medida de lo posible, recuperar el terreno que se habr¨ªa perdido durante la etapa anterior. El Gobierno del PP dio por finiquitado el llamado foro tripartito ¡ªque sentaba a la misma mesa a los representantes de Madrid, Londres y el Pe?¨®n¡ª y ofreci¨®, como alternativa, un foro a dos o cuatro bandas, en el que el protagonismo de Picardo se compensar¨ªa en todo caso con la presencia de la Junta de Andaluc¨ªa o las autoridades locales del Campo de Gibraltar. El Foreign Office, presionado por los llanitos, se neg¨® en redondo.
Cronolog¨ªa
4 de agosto 1704. Gibraltar es ocupado por una flota anglo-holandesa en la guerra de sucesi¨®n espa?ola.
13 de julio 1713. Espa?a cede al Reino Unido la propiedad del Pe?¨®n.
1810. Se inicia la expansi¨®n brit¨¢nica en el itsmo.
1938. Construcci¨®n del aeropuerto. Se ampl¨ªa en la Segunda Guerra Mundial.
10 de septiembre 1967. Refer¨¦ndum: 12.138 votos por Reino Unido, 44 por Espa?a.
8 de junio 1969. Franco ordena cerrar la verja
14 de diciembre 1982. Reapertura de la verja.
27 noviembre 1984. Declaraci¨®n de Bruselas. Madrid y Londres acuerdan negociar la soberan¨ªa.
20 noviembre 2001. Preacuerdo sobre la soberan¨ªa compartida.
7 noviembre 2002. El 98,97% de los gibraltare?os rechaza la cosoberan¨ªa.
Con los puentes rotos, las hostilidades se han extendido a todos los frentes. El m¨¢s visible es el pesquero. La polic¨ªa gibraltare?a hostiga a los barcos espa?oles que faenan en aguas que considera suyas y la Guardia Civil acude a protegerles, en un juego del rat¨®n y el gato que cualquier d¨ªa puede acabar mal.
Madrid y Londres han logrado que la UE les encomiende la protecci¨®n del medio marino que rodea el Pe?¨®n pero, aunque las responsabilidades se solapan y las zonas se yuxtaponen, cada parte aplica sus normas; y no hay acuerdo para homogeneizarlas.
Exteriores ha resucitado el veto que dejaba a Gibraltar fuera del espacio a¨¦reo ¨²nico europeo, alegando que no se ha cumplido el acuerdo de 2006 sobre uso conjunto del aeropuerto, pero no puede revisar las directivas aprobadas en los ¨²ltimos a?os.
La batalla ha llegado incluso al deporte: Gibraltar se ha colado en la UEFA, tras intentarlo durante de 16 a?os; y Espa?a la ha dejado fuera de la federaci¨®n europea de rugby.
El tema de mayor calado es el fiscal. El Tribunal de Justicia de la UE revoc¨® el r¨¦gimen tributario gibraltare?o de 2002, pero para entonces ya hab¨ªa sido sustitutido por el llamado Income Gibraltar Act de 2010; que Espa?a ha denunciado ante la Comisi¨®n Europea, convencida de que correr¨¢ la misma suerte que el anterior. Aunque Picardo insiste en que el Pe?¨®n ya no es un paraiso fiscal ¡ªy esgrime la veintena de acuerdos de intercambio de informaci¨®n fiscal¡ª, Espa?a lo mantiene en su propia lista negra, convencido de que su prosperidad (7,8% de crecimiento anual) no es ajena a su caracter de plaza finaciera parasitaria del entorno espa?ol.
Los expertos creen muy improbable que Londres se plantee a medio plazo desprenderse de la colonia; entre otras razones, porque desde principios de los noventa es financieramente autosuficiente y no le cuesta una sola libra al Tesoro brit¨¢nico.
Tampoco es previsble que los llanitos (con una renta de 47.000 euros, frente a los 17.000 de sus vecinos andaluces) se sientan estimulados para acercarse a Espa?a. O tal vez s¨ª. En Gibraltar preocupa, seg¨²n las fuentes consultadas, el anuncio de Cameron de que someter¨¢ a referendum en 2017 la permanencia del Reino Unido en la UE. Aunque el premier dice que quiere seguir en Europa, nadie puede estar seguro del resultado y, si Londres acabara por marcharse de la UE, se llevar¨ªa consigo a Gibraltar. El Pe?¨®n est¨¢ fuera del euro, de Schengen (el espacio sin fronteras), de la uni¨®n aduanera y de la pol¨ªtica agr¨ªcola y pesquera com¨²n. Pero obtiene ventajas de la UE. La ¨²ltima: 10,5 millones del presupuesto comunitario 2014-20.
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