Urdangarin y Torres revelan que el CNI tutelaba la seguridad en N¨®os
Los servicios de inteligencia controlaban que las conexiones telef¨®nicas y las comunicaciones funcionaran sin problemas
Los servicios de inteligencia controlaban, peri¨®dicamente, que las conexiones telef¨®nicas y las comunicaciones funcionaran sin problemas en la sede del Instituto N¨®os. Lo revelaron ayer el duque de Palma, I?aki Urdangarin, y su exsocio en la entidad sin ¨¢nimo de lucro, Diego Torres, durante su declaraci¨®n en una vista por una demanda civil a prop¨®sito de los correos electr¨®nicos ¨ªntimos escritos por el yerno del Rey.
En su declaraci¨®n como testigo en la vista ¡ªque la juez orden¨® celebrar a puerta cerrada¡ª Urdangarin afirm¨® que, cada semana, los ¡°servicios de inteligencia¡± hac¨ªan copias de seguridad de los archivos inform¨¢ticos de N¨®os. A preguntas de su abogado, Manuel Gonz¨¢lez Peeters, Torres matiz¨® que esas copias las elaboraba ¡°un inform¨¢tico que era ¨ªntimo amigo de la infanta Cristina¡±. El exsocio a?adi¨® que, ¡°cada cierto tiempo¡±, los ¡°servicios secretos¡± revisaban los tel¨¦fonos y las comunicaciones para garantizar la seguridad del duque de Palma. Torres neg¨® haber difundido correos sobre la vida privada de Urdangarin y afirm¨® que esos documentos estaban en manos de ¡°los servicios secretos, los inform¨¢ticos y otra gente¡±.
El pasado abril, Urdangarin present¨® una demanda contra Torres ante el riesgo de que este difundiera correos sobre su vida ¨ªntima; en concreto, que desvelara presuntas infidelidades. La demanda se dirigi¨® contra ocho grupos de comunicaci¨®n, a los que una juez de Barcelona prohibi¨® difundir esos correos o hacer comentarios sobre su contenido. La vista de ayer, que se celebr¨® en medio de una gran expectaci¨®n, sirvi¨® para decidir si deben mantenerse esas medidas. Urdangarin lleg¨® a la Ciudad de la Justicia de Barcelona una hora y 15 minutos antes de lo previsto y fue recibido con banderas republicanas y abucheos por parte de los funcionarios de Justicia.
Urdangarin repiti¨® que su inter¨¦s es ¡°preservar¡± su privacidad y la de su familia y afirm¨® que no autoriz¨® a nadie a difundir sus correos, aunque admiti¨® que los escribi¨® desde una direcci¨®n de N¨®os. Preguntado por las presuntas infidelidades, trat¨® de eludir la respuesta: ¡°He venido aqu¨ª a proteger los correos de contenido ¨ªntimo. No le voy a responder si he cometido o no una infidelidad. A nadie le interesa eso¡±.
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