?Falso culpable?

Mariano Rajoy dice: ¡°Comet¨ª el error de creer a un falso inocente, pero no el delito de encubrir a un presunto culpable¡±. El falso inocente y el presunto culpable son la misma persona: Luis B¨¢rcenas.

Esta manera de presentar el asunto evoca aquella pel¨ªcula de Alfred Hitchcock, The wrong man, traducida al espa?ol con el expresivo t¨ªtulo Falso culpable. All¨ª el director de cine brit¨¢nico describe sus prevenciones personales sobre la polic¨ªa y la justicia, su desconfianza.

Manny, el m¨²sico de jazz que interpreta Henry Fonda, es denunciado como atracador de una empresa aseguradora por una empleada. Durante la mayor parte del filme, Hitchcock juega con la ambig¨¹edad. Por momentos, a partir de la conducta de Manny-Henry Fonda, el espectador parece estar cogido de un p¨¦ndulo que se mueve de un extremo a otro.

Manny es, finalmente, al resolverse el enigma, declarado inocente.

Cospedal ya no pone la mano en el fuego y Rajoy no defiende a sus colegas dirigentes que cobraron

?Es Rajoy nuestro falso culpable?

Sabemos que B¨¢rcenas ha acumulado hasta 48,2 millones de euros en sus cuentas suizas. Pero tambi¨¦n conocemos que siendo el gerente durante 26 a?os del PP y dos a?os como tesorero nacional (aunque deja temporalmente el puesto en 2009 no ser¨¢ hasta abril de 2010 que lo va a abandonar definitivamente), llevaba una contabilidad b con aportes de donaciones presuntamente ilegales y distribu¨ªa dinero b entre la c¨²pula del partido.

Ahora que el argumento de la fotocopia para desacreditar la informaci¨®n de los llamados papeles de B¨¢rcenas ya no sirve porque la justicia posee la contabilidad b original y porque B¨¢rcenas ha admitido la autor¨ªa de esas notas elaboradas por ¨¦l y por ?lvaro Lapuerta, el presidente del Gobierno cambia su versi¨®n. Sus declaraciones de la renta, ha dicho, ¡°tienen m¨¢s valor que un rengl¨®n escrito al vuelo en un papel arrugado¡±.

Los asesores del PP y los dirigentes del PP han logrado persuadir a Rajoy de la necesidad de comparecer, ante la presi¨®n nacional e internacional, y tambi¨¦n de usar la ¡°f¨®rmula¡± del Rey, usada por don Juan Carlos el 18 de abril de 2012, tras su viaje a cazar elefantes a Botsuana: ¡°Lo siento mucho. Me he equivocado. No volver¨¢ a ocurrir¡±. Esto fue una ¡°concesi¨®n¡± de Rajoy al partido y a los militantes. Para que estos puedan defenderle con mayor convicci¨®n.

Lo que no sabemos es por qu¨¦ cree Rajoy que se ha equivocado. ?Porque B¨¢rcenas ha amasado un patrimonio oculto en Suiza? Si Rajoy dice que no lo sab¨ªa en tiempo real, cuando B¨¢rcenas acumulaba el dinero, ?cu¨¢l es el error?

Hubo ¡°sueldos¡±, pues, incluso cuando eran incompatibles con cobrar al ser miembro del Gobierno. Si Mar¨ªa Dolores de Cospedal ya no pone la mano en el fuego por nadie excepto por su familia, Rajoy tampoco defiende a todos sus colegas dirigentes que cobraron. Declarar a Hacienda, dijo, es un asunto privado.

Rajoy recuerda el di¨¢logo c¨¦lebre de Nekrassov, la obra de Jean-Paul Sartre sobre la guerra fr¨ªa. Sibilot ve a Georges frente al espejo y tienen este di¨¢logo:

Sibilot: ?Qu¨¦ haces ah¨ª?

Georges: Mis ensayos.

Georges: Me miento a m¨ª mismo.

Sibilot: ?A ti tambi¨¦n?

Georges: A m¨ª en primer lugar. Tengo demasiada inclinaci¨®n por el cinismo: es indispensable que yo sea mi primer enga?ado.