Interior se incaut¨® el d¨ªa 6 de una c¨¢mara que pudo usarse para grabar a B¨¢rcenas

Instituciones Penitenciarias cree haber encontrado la c¨¢mara con la que supuestamente se grabaron las im¨¢genes de la vida cotidiana de Luis B¨¢rcenas en la prisi¨®n de Soto del Real que fueron difundidas ayer por La Sexta y que han motivado la presentaci¨®n hoy, a primera hora de la tarde, de una denuncia por parte del abogado del recluso, Javier G¨®mez de Lia?o, en los juzgados del municipio de Colmenar Viejo, jurisdicci¨®n de la que depende el centro penitenciario. En la misma, que no va dirigida en contra de nadie, el letrado reclama que se tome declaraci¨®n como testigos al director de la c¨¢rcel y al director de Instituciones Penitenciarias, ?ngel Yuste.

Seg¨²n la direcci¨®n general, dependiente de Interior, el pasado d¨ªa 6 de septiembre se llevaron a cabo unos ¡°exhaustivos controles¡± en el m¨®dulo 4 de la prisi¨®n de Soto del Real, donde se encuentra la celda ocupada por B¨¢rcenas, con el fin, adem¨¢s de ¡°garantizar la seguridad del centro, de preservar la intimidad de los reclusos ante la impresionante presi¨®n medi¨¢tica¡± que vive el centro ¡°especialmente desde el ingreso del interno Luis B¨¢rcenas¡±.

En esos registros, se hall¨® una microc¨¢mara de ocho gigas de capacidad a la que le faltaba la tarjeta de memoria que podr¨ªa ser, seg¨²n sugiere sin mencionarlo directamente la nota, la utilizada para grabar las actividades del extesorero del PP encarcelado. La c¨¢mara, ilustra Interior, fue encontrada en una papelera, envuelta en un preservativo, durante un registro sorpresa realizado cuando los reclusos sub¨ªan a las celdas despu¨¦s de la hora de la comida. En otras ocasiones, informa la nota, se han incautado en la prisi¨®n, donde tambi¨¦n han estado internos otros c¨¦lebres imputados, como Francisco Correa o Miguel Blesa, relojes esp¨ªa y ¡°otros artilugios¡± `para realizar grabaciones.

Interior lamenta la difusi¨®n de las im¨¢genes captadas de forma ilegal y acusa a los medios que las han publicado de ¡°lesionar la intimidad del recluso y de su familia sin ninguna aportaci¨®n a la Justicia que justifique su fr¨ªvolo proceder¡±.

Seg¨²n fuentes penitenciarias, la frecuencia de los registros efectuados en Soto del Real han aumentado exponencialmente desde la entrada de B¨¢rcenas en prisi¨®n, el pasado 27 de junio. La direcci¨®n del centro tem¨ªa que se produjera una filtraci¨®n como la que finalmente ha acontecido. De hecho, los funcionarios se han sorprendido solo relativamente de la grabaci¨®n y posterior difusi¨®n de las im¨¢genes del extesorero en distintas actividades de su vida diaria en la c¨¢rcel.

"Era cuesti¨®n de tiempo que alguien lo lograra. Por el estilo de la grabaci¨®n, con varios escenarios y hecho durante varios d¨ªas, casi como si fuera un documental de la jornada de B¨¢rcenas, tiene toda la pinta de ser un 'encargo'. Un 'trabajo' hecho por un preso que, por s¨ª mismo o por indicaci¨®n de alguien de fuera, ha asumido el riesgo de, por medio de sus visitantes, o ¨¦l mismo al entrar o salir de permiso penitenciario, introducir y luego sacar la c¨¢mara, o el m¨®vil, o la tarjeta de memoria, o el dispositivo con el que se hayan tomado y guardado las im¨¢genes", relata un trabajador de la prisi¨®n.

Los visitantes pasan por un arco de detecci¨®n de metales a la entrada a la c¨¢rcel, y solo son cacheados o registrados exhaustivamente si el aparato pita. A pesar de ello, la introducci¨®n de m¨®viles en la prisi¨®n, por piezas o desprovistos de bater¨ªa, es casi rutinaria. "En cada registro, aparecen varios", confirma este trabajador, que asegura que el hallazgo de la microc¨¢mara incautada por la direcci¨®n el pasado 6 de septiembre, no significa que se halla identificado y sancionado a su usuario. "Aunque los registros se realizan por sorpresa, y se cachea a los internos, no se les puede cachear a todos al mismo tiempo, se corre la voz, y quien tiene algo que ocultar -droga, m¨®viles o cualquier objeto prohibido- se deshace de ello tir¨¢ndolo a la papelera, que es donde suelen aparecer luego", explica.

Para reforzar la prohibici¨®n del uso de m¨®viles en prisi¨®n, tanto por internos como por empleados, Soto del Real, como el resto de centros penitenciarios espa?oles, tiene instalados inhibidores de frecuencias, pero, tanto presos como funcionarios conocen al dedillo las zonas muertas donde es posible su utilizaci¨®n.

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