La burla del ¡®chacal¡¯ franc¨¦s
A punto de prescribir la b¨²squeda de dos agentes detenidos cuando preparaban un asesinato Tras detenerlos en Manresa, Espa?a los liber¨® con la falsa promesa de que ir¨ªan a juicio Jueces y fiscales del caso se sienten enga?ados y reconocen presiones pol¨ªticas
Los dos chacales van a recuperar la paz. Los agentes secretos franceses Christian Piazzole y Rachid Chaouati ¡ªel primero, nombre falso, y el segundo real¡ª est¨¢n a punto de escapar del encierro virtual en el que permanecen desde hace 10 a?os cuando cayeron por casualidad en un control policial en Manresa. En pocas semanas podr¨¢n cruzar otra vez la frontera francesa en direcci¨®n a cualquier lugar sin correr ning¨²n riesgo. Hasta ahora no lo han hecho por motivos de seguridad.
La historia de un intento de asesinato frustrado va a concluir como empez¨® hace una d¨¦cada: con tel¨¦fonos rojos sonando entre Madrid y Par¨ªs interes¨¢ndose por el caso de estos enigm¨¢ticos hombres que supuestamente vinieron a Espa?a con la misi¨®n de matar, y un velo de silencio que entierre el caso para siempre. En el camino quedan un rosario de jueces y fiscales espa?oles burlados por la palabra de ¡°honor¡± del general franc¨¦s Philippe Rondot, exjefe de los servicios secretos franceses. Y por un supuesto asunto de Estado.
En enero de 2014 prescribe la orden de busca y captura dictada contra los dos agentes por la Secci¨®n V de la Audiencia de Barcelona, que en 2004 los declar¨® en rebeld¨ªa tras no acudir al juicio en el que se reclamaba para ellos una pena de siete a?os de c¨¢rcel por dep¨®sito de armas de guerra. Y prescribe, tambi¨¦n, el delito, ya que Francia se ha negado a detener a sus agentes, ha borrado la orden de sus archivos y deslocalizado a sus chacales, mientras que Espa?a no ha vuelto a reclamar su detenci¨®n. EL PA?S ha comprobado que no se ha hecho ninguna gesti¨®n ni judicial ni policial para buscar a los dos pr¨®fugos.
La orden de detenci¨®n internacional lanzada hace 10 a?os y el delito por dep¨®sito de armas van a prescribir
Chaouati escond¨ªa en el maletero de su coche ¡ªun Audi 80¡ª un tubo de PVC en cuyo interior descansaba un rifle monotiro de fabricaci¨®n artesanal, con silenciador y mira telesc¨®pica l¨¢ser capaz de asesinar a un hombre a un kil¨®metro. Los Mossos d¡¯Esquadra le intervinieron tambi¨¦n una pistola Ruger del calibre 22, un radiotransmisor port¨¢til, dos buscapersonas, un GPS, una br¨²jula y una c¨¢mara de fotos Kodak que ocultaba un dispositivo de radiobaliza.
Rachid viajaba con su esposa Karima en el momento en que fue detenido y mostr¨® a los agentes un pasaporte y carn¨¦ de conducir a nombre de Richard Perez, de 40 a?os y nacionalidad francesa. En comisar¨ªa confes¨® su verdadero nombre y domicilio en Marsella. Relat¨® que era argelino, estudiante de artes marciales y guardaespaldas hasta que fue captado por el agente Piazzole, que le pagaba 8.500 francos franceses al mes. Explic¨® que, horas antes de caer en el control policial, este le hab¨ªa ordenado que fuera a un bosque de El Perell¨® donde encontrar¨ªa un tubo de pl¨¢stico. Luego se vieron en un bar de la plaza de Catalunya, donde Piazzole le instruy¨® sobre d¨®nde deber¨ªa ocultar de nuevo las armas. Mientras era interrogado, el agente franc¨¦s telefone¨® varias veces al m¨®vil de Rachid y los mossos le detuvieron en una cabina del centro de Barcelona. El esp¨ªa llevaba mapas y una novela francesa titulada Le n¨¦crophage, que relata la vida de un asesino experto en torturas chinas.
Jos¨¦ Mar¨ªa Mena, ex fiscal jefe de Barcelona, fue quien solicit¨® la libertad provisional de los dos agentes tras recibir una llamada de Jes¨²s Cardenal, entonces fiscal general del Estado del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y atender la visita del general Rondot, de 79 a?os, entonces jefe de los servicios secretos franceses, quien le garantiz¨® que si sus hombres sal¨ªan de la c¨¢rcel y regresaban a Francia ser¨ªan juzgados. Mena se siente ahora ¡°burlado¡± y ¡°enga?ado¡±. ¡°Le dije a Cardenal que no pod¨ªa pedir la libertad de esta gente por tratarse de un delito muy grave. ¡®?Y si alguien te da garant¨ªas de que vendr¨¢n a juicio?¡¯, me respondi¨®. Rondot vino acompa?ado de un mando de la Guardia Civil [el teniente coronel ?ngel Gozalo]. Era la palabra de honor de un general franc¨¦s, no de un Ej¨¦rcito africano. Era algo serio. Si hubiera sospechado que me estaban enga?ando me habr¨ªa negado, aunque no s¨¦ qu¨¦ habr¨ªa hecho Cardenal. Me dijo que ten¨ªa muchas presiones del Gobierno¡±. Cardenal, de 84 a?os, aseguraba en 2009 no recordar con detalle lo que ocurri¨®. Igual que Mariano Rajoy, ministro de Interior cuando se detuvo a los agentes.
Me siento burlado y enga?ado, dice el ex fiscal Jos¨¦ Mar¨ªa Mena
Mena no fue el ¨²nico burlado. Tambi¨¦n lo fueron el juez y el fiscal de Manresa que acusaron a los chacales, aunque ninguno tuvo nada que ver con su puesta en libertad. Ram¨®n Landa, el juez instructor, se?ala que hizo su trabajo y lo elev¨® a la Audiencia Provincial. ¡°Eran esp¨ªas y, como no se solucion¨® diplom¨¢ticamente, se judicializ¨®. Entonces aparecieron las figuras pol¨ªticas y se solvent¨® por otra v¨ªa. Viendo lo que ha pasado, est¨¢ claro que hubo presiones pol¨ªticas¡±. Ram¨®n Menach, el fiscal, asegura que la decisi¨®n de Mena de pedir su libertad fue ¡°un error¡±. ¡°Aqu¨ª hay algo que se nos escapa a los que intervenimos a nivel judicial. Nos torearon a todos¡±.
La petici¨®n de Mena se traslad¨® a los magistrados de la Secci¨®n V de la Audiencia Provincial de Barcelona Elena Guindulain, Augusto Morales y Jos¨¦ Mar¨ªa Assalit que, ¡°ante la fundada solicitud¡± del fiscal jefe, ordenaron la excarcelaci¨®n. ¡°Est¨¢bamos atados. Ante la petici¨®n de la fiscal¨ªa no pod¨ªamos mantenerlos presos¡±, confiesa uno de ellos. Una fuente judicial afirma que antes del escrito de Mena la presidenta Guindulain recibi¨® una llamada pidiendo la libertad de los agentes, y esta reclam¨® que lo hicieran por escrito. Guindulain declina hacer comentarios. Fernando Rodr¨ªguez, el abogado de Chaouati, prepara el escrito para pedir la prescripci¨®n del caso. ¡°La orden de b¨²squeda se hizo por motivos legales. Estaba claro que no ten¨ªan inter¨¦s en buscarlos¡±, dice el letrado.
El general Rondot asegur¨® que los chacales hac¨ªan pr¨¢cticas, pero en su agenda privada se refiere al caso como una Operaci¨®n Alpha, un asesinato selectivo, seg¨²n la vidriosa terminolog¨ªa de los esp¨ªas. El fiscal Mena tiene su opini¨®n: ¡°Yo vi aquella extra?a arma capaz de matar a un kil¨®metro de distancia. La sospecha razonable es que ven¨ªan a matar¡±. ?A qui¨¦n?, ?un islamista?, ?un terrorista corso? Rondot lo sabe y nadie le pregunta.
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