Los vigilantes privados conquistan la calle
Partidos y sindicatos critican la nueva ley que permitir¨¢ a los guardas patrullar por zonas comerciales peatonales y la protecci¨®n perimetral de las prisiones
Mezclados entre el gent¨ªo, dos vigilantes privados, recorren la calle de Preciados y los alrededores de la Puerta del Sol. Ojo avizor, atentos a todo lo que se mueve a su alrededor, los uniformados ven c¨®mo un joven huye tras pegar un tir¨®n del bolso de una mujer. Uno de los vigilantes echa a correr y atrapa al ladr¨®n en unos pocos segundos. Es una escena que ahora mismo ya se puede producir, aunque sin respaldo legal. Lo tendr¨¢ cuando el Parlamento apruebe la Ley de Seguridad Privada, que ampl¨ªa el radio de acci¨®n de los vigilantes a las zonas comerciales peatonales.
Esta innovaci¨®n, junto con otras que facultar¨¢n a los vigilantes a actuar ¡°en recintos y espacios abiertos que se encuentren o puedan ser delimitados de cualquier forma¡± ha causado cierta controversia tanto entre los partidos pol¨ªticos como entre la ciudadan¨ªa. Las cr¨ªticas, sobre todo, se centran en la posibilidad de que eso suponga una dejaci¨®n de las funciones del Estado y profundice en la dualidad de seguridad ciudadana: por un lado, la que se paguen los ciudadanos o las empresas; por otra, la que ejerce el Ministerio del Interior a trav¨¦s de la polic¨ªa y la Guardia Civil.
¡°El Gobierno ha convertido la seguridad en una oportunidad de negocio. El PP ha dado un brusco giro hacia la privatizaci¨®n de la seguridad¡±, se queja el diputado socialista Antonio Trev¨ªn. ¡°La nueva ley pasa de contemplar la seguridad privada como subordinada a los cuerpos de seguridad a considerarla complementaria, planteando su relaci¨®n con la p¨²blica en un plano de cooperaci¨®n y corresponsabilidad¡±, a?ade. Ricardo Sixto, diputado de Izquierda Plural, opina tambi¨¦n que la norma oculta ¡°una tendencia clar¨ªsima a la privatizaci¨®n de la seguridad¡±.
¡°La implantaci¨®n de vigilantes privados en zonas comerciales es novedoso. Nos hemos inspirado en el modelo que existe en barrios similares en las ciudades suecas de Malm? y Gotemburgo¡±, explica Eduardo Cobas, secretario general de la Asociaci¨®n Profesional de Compa?¨ªas Privadas de Servicios de Seguridad (APROSER). ¡°Ahora se podr¨¢ patrullar, por ejemplo, por la calles de Preciados o Carmen y hacerlo de forma permanente¡±, a?ade Cobas, quien admite que este tipo de servicios ya se presta hoy, haciendo una interpretaci¨®n extensiva de la vigente ley, para vigilar en espacios abiertos como procesiones religiosas o zonas playeras.
En las calles donde haya un acto p¨²blico podr¨¢n hacerse controles y cacheos
Fuentes de Interior admiten que ¡°el patrullaje por vigilantes privados de zonas comerciales peatonales ya se viene haciendo desde hace tiempo, aunque sin respaldo legal, y no ha planteado problemas¡±. La ley en ciernes ¡°abre nuevos espacios a la seguridad privada, si bien lo que har¨¢ en la mayor¨ªa de las ocasiones es dar cobertura de legalidad a lo que ya era una realidad¡±, ha dicho el propio ministro, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz.
En Espa?a hay actualmente 1.490 empresas de seguridad privada con 82.150 vigilantes (el 22% de los cuales van provistos de armas de fuego). El a?o pasado tuvieron una facturaci¨®n de 3.000 millones de euros, un volumen de dinero que ha ido cayendo desde el a?o 2008, en el que facturaron 3.730 millones. Es previsible que esta cifra engorde gracias a las posibilidades de negocio que abre la nueva ley.
El due?o de una empresa de seguridad con 2.000 vigilantes, que pide el anonimato, arguye: ¡°La demanda de seguridad de quienes tienen comercios en zonas peatonales o que viven en urbanizaciones es un hecho. La seguridad p¨²blica no puede dar satisfacci¨®n a todos. Y ah¨ª entramos nosotros. ?Es que a los ciudadanos les gustar¨ªa que les subieran los impuestos para que haya m¨¢s polic¨ªas o guardias civiles?¡±
¡°Al final, lo que se hace es poner la seguridad p¨²blica al servicio de la seguridad privada, que no deja de ser un negocio¡±, ha criticado Jos¨¦ Mar¨ªa Benito, portavoz del Sindicato Unificado de Polic¨ªa. La Asociaci¨®n Unificada de Guardias Civiles est¨¢ ¡°rotundamente en contra¡± de esta ley por entender que conlleva ¡°una privatizaci¨®n encubierta¡± de la seguridad p¨²blica, adem¨¢s de abrir la puerta a ¡°polic¨ªas baratos¡±.
El vigilante tendr¨¢ potestad en su zona para detener a delincuentes
Ahora mismo, los vigilantes privados pueden patrullar por las calles de urbanizaciones cerradas y que tengan garitas de control en sus accesos. El art¨ªculo 41 de la futura ley relaja mucho m¨¢s las cosas al contemplar la posibilidad de hacer este tipo de protecci¨®n ¡°en recintos y espacios abiertos que se encuentren o puedan ser delimitados de cualquier forma¡±. Y no solo eso, sino que es factible ¡°la vigilancia en espacios o v¨ªas p¨²blicas en supuestos distintos de los previstos¡± en ese art¨ªculo.
Cobas, el portavoz de las grandes compa?¨ªas de seguridad, lo explica: ¡°Si hay un acto cultural en la plaza de Celenque [al lado de la Puerta del Sol madrile?a], podremos acotar ese espacio y hacer controles y cacheos de quienes quieran entrar¡±.
Se dar¨¢ cobertura de legalidad a lo que ya era una realidad Jorge Fern¨¢ndez, ministro del Interior
La nueva normativa estipula, no obstante, que estas actividades en la calle ¡°requerir¨¢n autorizaci¨®n previa por parte del ¨®rgano competente en cada caso¡± y, adem¨¢s que ¡°los vigilantes habr¨¢n de actuar en coordinaci¨®n, cuando proceda, con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad¡±.
Otra novedad legislativa es que el personal de seguridad privada pueda realizar servicios que hasta ahora solo pod¨ªan acometer polic¨ªas y guardias civiles, tales como la vigilancia perimetral de c¨¢rceles y centros de internamiento de extranjeros (CIE), as¨ª como de otros edificios o instalaciones de organismos p¨²blicos.
Otro aspecto que ha generado pol¨¦mica es que la futura ley faculta a los vigilantes a practicar detenciones. Pero fuentes de Interior, tras proclamar que el esc¨¢ndalo es injustificado, explican: ¡°Los vigilantes solo pueden detener a quien acaba de cometer un delito y solo si lo ha perpetrado en el ¨¢mbito de su protecci¨®n (el lugar protegido), tras lo que han de poner al delincuente inmediatamente a disposici¨®n de la polic¨ªa. Es demag¨®gico afirmar que podr¨¢n practicar cacheos y detenciones arbitrariamente¡±.
?La gente querr¨ªa m¨¢s impuestos para pagar m¨¢s polic¨ªas? Empresario del sector de seguridad
Las empresas de seguridad y los vigilantes pretend¨ªan que la ley les considerase ¡°agentes de la autoridad¡±. Sin embargo, solo se les dar¨¢ este tratamiento ¡°cuando desarrollen actividades de seguridad privada en cooperaci¨®n y bajo el mando de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad¡±. En ese caso, quienes les agredan o desobedezcan ser¨¢n castigados penalmente como si las v¨ªctimas fueran ¡°agentes de la autoridad¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.