Consulta en Catalu?a: ¡°Y el ganador es¡¡±
Salvo un pacto previo de las reglas interpretativas, la pol¨¦mica posterior sin duda ser¨ªa inevitable
Supongamos que por arte de magia (tal y como est¨¢n las cosas no parece que pudiera ser de otra manera) se celebrara legalmente en Catalu?a, el 9 de noviembre de 2014, el refer¨¦ndum que hasta ahora pareci¨® referido al derecho a decidir y que ha resultado finalmente enfocado a una posible independencia. ?Qu¨¦ pasar¨ªa?
En primer lugar, y con seguridad, que en los meses previos cambiar¨ªa sustancialmente el actual debate p¨²blico catal¨¢n, haci¨¦ndose m¨¢s plural. Hay ahora casi media Catalu?a que guarda silencio (seg¨²n los datos disponibles de Metroscopia), pero que ante una inmediata cita en las urnas empezar¨ªa sin duda a hacerse o¨ªr. La componen ciudadanos que se sienten tan catalanes como espa?oles; que est¨¢n inc¨®modos ¡ªmuy inc¨®modos¡ª con Madrid (pero tambi¨¦n muy desagradados con el Gobierno de Mas); que ya saben que la independencia implicar¨ªa la salida inmediata de la Uni¨®n Europea (por m¨¢s que se les diga, de forma infundadamente voluntarista, que ¡°eso est¨¢ por ver¡±); que piensan que lo ¨²nico que bordea el fascismo es el nacionalismo extremo, excluyente y radical (ya sea espa?ol, catal¨¢n, franc¨¦s o estonio), y no el sentirse o ser espa?ol o compaginar, en una u otra medida, sentimientos identitarios catalanes y espa?oles; y que al memorial de agravios ¡ªreales, exagerados o imaginarios¡ª que condensa el eslogan ¡°Espa?a nos roba¡± sabe a?adir tambi¨¦n la amplia relaci¨®n de ventajas que para Catalu?a ha supuesto formar parte de Espa?a y que tanto han contribuido a su larga prosperidad. Es, sin duda, este clima renovado de opini¨®n, m¨¢s ventilado y polif¨®nico, el que prevalecer¨ªa antes del d¨ªa de la votaci¨®n.
Ahora bien, antes de abrir los colegios electorales habr¨ªa sido preciso decidir la forma de interpretar el resultado que las urnas arrojen: ?qu¨¦ cantidad de votos favorables a la independencia podr¨ªan ser considerados como expresi¨®n veraz y suficiente de la voluntad real, presumiblemente estable y duradera, de la ciudadan¨ªa catalana? No ser¨¢ f¨¢cil establecerlo, por dos razones. Por un lado, no hay reglas establecidas, con validez universal, para el caso de un refer¨¦ndum de secesi¨®n. Y, por otro, el peculiar sistema adoptado, con dos preguntas ambiguas y secuenciadas (la primera actuando, adem¨¢s, de filtro sobre la segunda) puede complicar a¨²n m¨¢s las cosas. Para lo primero, quiz¨¢ podr¨ªa aceptarse como suficiente que el ¡°s¨ª¡± logre entre la mitad m¨¢s uno y el 60%, como m¨ªnimo, de los votos emitidos, como pareci¨® considerar adecuado el Tribunal Supremo canadiense para el caso de Quebec. O que quienes opten por la secesi¨®n representen al menos el 40% del total de electores, es decir del total de personas con edad de votar (con independencia de cuantas sean las que efectivamente voten), como ha sugerido ¡ªpero no impuesto¡ª el Parlamento brit¨¢nico en el caso escoc¨¦s. Son, sin duda, planteamientos razonables para dilucidar un asunto de tanta trascendencia.
La dificultad a?adida por la doble pregunta tiene m¨¢s dif¨ªcil soluci¨®n pues se presta a m¨²ltiples interpretaciones. Veamos con alg¨²n detalle el posible itinerario que, en el momento actual y sobre los datos disponibles, cabe estimar que seguir¨ªan los votos emitidos. Para empezar, ?cu¨¢ntos catalanes acudir¨ªan a las urnas el pr¨®ximo 9 de noviembre? Con fluctuaciones, algo m¨¢s del 70% se ha venido mostrando en estos meses pasados partidario del llamado derecho a decidir. Aunque el refer¨¦ndum convocado ha adquirido ahora un sentido algo distinto (ahora va ya claramente de independencia), cabe aceptar que el porcentaje de participaci¨®n pudiera situarse efectivamente en torno a esa cifra del 70%. Ello supondr¨ªa un grado de participaci¨®n muy elevado, similar al 69,6% registrado en las elecciones auton¨®micas de 2012 (y que fue la cifra hist¨®ricamente m¨¢s elevada).
En el caso de la primera pregunta (¡°?Quiere que Catalu?a sea un Estado?¡±), ¡ªpregunta ambigua, que lo que sugiere de forma m¨¢s inmediata es la independencia, pero sin cerrar la puerta a otras interpretaciones menos tajantes, presumiblemente de corte federalista¡ª, el resultado que parece hoy por hoy m¨¢s probable ser¨ªa un 70% para el ¡°s¨ª¡± y un 30% para el ¡°no¡±. Ese 70% de votantes afirmativos ser¨ªan los admitidos a responder la segunda pregunta (¡°?Quiere que este Estado sea independiente?¡±). El 30% eliminado pasar¨ªa a la casilla del ¡°no¡±.
En cuanto a la segunda pregunta, los diversos sondeos de Metroscopia indican que el 50% aproximado de aquellos catalanes que, en principio, se muestran partidarios de la independencia se reduce al 40% si se menciona que esta supondr¨ªa salir de la Uni¨®n Europea ¡ªalgo que sin duda se recordar¨ªa con creces durante la campa?a previa¡ª, y al 30% en cuanto se les sugiere una f¨®rmula intermedia entre la independencia y la situaci¨®n actual (algo que tampoco parece impensable que se planteara expl¨ªcitamente durante la campa?a). As¨ª las cosas, en esta pregunta final, la estimaci¨®n m¨¢s probable es que los votos a favor del ¡°s¨ª¡± podr¨ªan estar cerca del 58%, inclin¨¢ndose el 42% por el ¡°no¡±. Pero ¡ª?cuidado!¡ª este 58% puede ser enga?oso si no se recuerda que est¨¢ calculado exclusivamente sobre los votantes que pudieron pasar a responder esta pregunta por haber contestado ¡°s¨ª¡± a la primera, no sobre el total de votos emitidos ni, menos a¨²n, sobre el total de catalanes con derecho a voto. Sobre los primeros (es decir, sobre todos los que acudieron a las urnas y contestaron a la primera pregunta) este 58% de ¡°s¨ª¡± vendr¨ªa a representar en realidad ¡ªredondeando las cifras¡ª un 41%; y sobre los segundos (es decir, sobre todos los catalanes con derecho a voto) significar¨ªa tan solo el 29%. O lo que es igual, se obtendr¨ªa un resultado final a favor de la independencia que quedar¨ªa lejos tanto del 51% del total de votos emitidos ¡ªes decir, de la mayor¨ªa absoluta¡ª, como del 40% del censo electoral total.
En realidad, el voto mayoritario ser¨ªa el negativo, resultante de sumar a quienes niegan tanto la primera propuesta (¡°un Estado¡±) como la segunda (¡°que sea independiente¡±): en total, el ¡°no¡± representar¨ªa el 59% de los votos emitidos y el 42% del censo electoral. Pero parece obvio que, salvo que las reglas interpretativas hubieran quedado n¨ªtida y taxativamente pactadas de antemano, la pol¨¦mica posterior sin duda ser¨ªa inevitable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.