El fin de la ¡®doctrina Parot¡¯ agarrota a ETA
Interior lamenta que la banda no utilice la sentencia europea para disolverse Los 100 presos condenados tras 1995 dificultan el dar un nuevo paso
La excarcelaci¨®n de 60 presos etarras por la anulaci¨®n de la doctrina Parot ha tenido un doble efecto en el colectivo de unos 600 reclusos de la banda. Primero, de sorpresa al comprobar que el Estado de derecho funciona en Espa?a y cumple las resoluciones de los tribunales. Y, segundo, el de la preocupaci¨®n por los m¨¢s de 100 presos etarras a los que la aplicaci¨®n del C¨®digo Penal de 1995 y su reforma posterior les impedir¨¢ salir a la calle durante d¨¦cadas, seg¨²n se?ala un alto cargo de la lucha antiterrorista.
La situaci¨®n de este centenar de presos explica el retraso del colectivo de reclusos de ETA en asumir la legalidad penitenciaria y la reinserci¨®n individualizada que el Foro Social ¡ªorganizaciones pacifistas internacionales¡ª les hab¨ªa reclamado la pasada primavera y cuya respuesta hab¨ªa anunciado la izquierda abertzale para el oto?o. La asunci¨®n de la legalidad penitenciaria les permitir¨ªa a los reclusos etarras acogerse a los beneficios de esta. ¡°El colectivo de presos de ETA no se atreve a dar el paso de asumir la legalidad penitenciaria porque lo considera una traici¨®n al m¨¢s de centenar de sus presos, condenados por el C¨®digo Penal de la democracia. ETA tiene un problema y por eso est¨¢ paralizada¡±, se?alan en la lucha antiterrorista.
Interior mantiene su posici¨®n de no acercar presos mientras no rechacen la violencia, no reconozcan el da?o causado y no asuman responsabilidades econ¨®micas. Pero dice m¨¢s: ¡°ETA ha desaprovechado la oportunidad de disolverse por la ausencia de un liderazgo con prestigio. Si ETA se disuelve, la ley penitenciaria podr¨¢ aplicarse de otra manera porque habr¨¢n desaparecido las causas que la generaron¡±.
Las mismas fuentes son muy esc¨¦pticas sobre las expectativas del desarme de ETA: ¡°No sirve para nada porque no tenemos ninguna garant¨ªa de si es total o parcial. Ellos lo saben y su esfuerzo, que para ellos es grande porque es una cesi¨®n, resulta in¨²til. El desarme es m¨¢s medi¨¢tico que otra cosa. La clave est¨¢ en su disoluci¨®n¡±.
La par¨¢lisis incomoda a ETA, no al Gobierno. ¡°El Gobierno se encuentra c¨®modo. La falta de movimientos de ETA perjudica a sus presos y a la izquierda abertzale, cada vez m¨¢s inc¨®moda con ETA¡±, se?alan las fuentes de la lucha antiterrorista. El Gobierno cree, tambi¨¦n, que no hay riesgo de que la banda regrese al terrorismo. ¡°Est¨¢ derrotada y lo sabe. Cuenta con unas pocas decenas de militantes, que no se mueven para que no les detengan. No captan nuevos militantes ni mueven material. No existe un liderazgo. Viven austeramente de las reservas que les quedaba de la extorsi¨®n. La inexistencia de estructura la ha llevado a la desaparici¨®n de la log¨ªstica. Est¨¢n muy d¨¦biles en el terreno operativo y las armas se oxidan. En realidad, la mayor¨ªa de la banda est¨¢ en la c¨¢rcel¡±.
ETA es v¨ªctima de un modelo de organizaci¨®n ¡°dise?ado para ser grande y fuerte, con fuertes medidas de seguridad. Lo que les oblig¨® a establecer mucha compartimentaci¨®n. De modo que con cada detenci¨®n desaparec¨ªa una cantidad ingente de personas, material e informaci¨®n que no se trasladaba a otros. Ha sido, en parte, v¨ªctima de sus propias medidas de seguridad¡±, se?alan fuentes de la lucha antiterrorista.
Tampoco se contempla el riesgo de una escisi¨®n. ¡°Las posibilidades son muy remotas. ETA no es Al Qaeda. Sus militantes no saben funcionar por libre como los terroristas isl¨¢micos. La banda siempre ha tenido a gala su disciplina org¨¢nica. Si a tres zumbados se les ocurriera hacer un atentado, se les echar¨ªa encima ETA y la izquierda abertzale¡±.
El Gobierno considera que ETA perdi¨® una oportunidad de oro de lograr un acuerdo de paz por presos. ¡°Durante 30 a?os pudo lograr ese acuerdo con los diferentes gobiernos. Pero ellos lo despreciaron, la ¨²ltima vez en 2006, pensando que ese acuerdo ven¨ªa por s¨ª solo mientras buscaban objetivos pol¨ªticos. Pero el tiempo ha pasado y ahora el list¨®n est¨¢ m¨¢s alto¡±, concluyen fuentes de la lucha antiterrorista.
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