Marbella no quiere ser Benidorm
Las cr¨ªticas de los vecinos obligan al Ayuntamiento, del PP, a renunciar a su plan de levantar rascacielos de hasta 50 plantas para atraer inversores extranjeros
Marbella no quiere ser Benidorm. Ni Singapur, Hong Kong o Dubai. La ciudad, s¨ªmbolo durante a?os de la corrupci¨®n y el urbanismo destripaterrones, se ha levantado contra el plan que el Ayuntamiento, del PP, aprob¨® el pasado 22 de noviembre y que autoriza la construcci¨®n de cinco rascacielos de hasta 50 plantas cada uno. La alcaldesa, ?ngeles Mu?oz, ha anunciado que renuncia a la idea, pero el caso deja muchas lecturas: se reactiva la construcci¨®n en la costa m¨¢s exclusiva y, contra pron¨®stico, en Marbella ha surgido un movimiento contra ella.
Pedro Rodr¨ªguez, presidente de la promotora Sierra Blanca Properties, no entiende por qu¨¦ su plan para levantar una torre de 30 plantas en Marbella ha sublevado a buena parte de la ciudad. ¡°Marbella tiene que competir en el mundo, con Dubai, Miami o Singapur, y este proyecto mete a la ciudad en el siglo XXI¡±, explica en su despacho.
El pleno aprob¨® en noviembre permitir la construcci¨®n de torres en cinco zonas
La oficina est¨¢ a las afueras de Marbella, en la llamada milla de oro, junto a un centro comercial en cuyo aparcamiento abundan todoterrenos y coches de alta gama. Alrededor hay villas bajas pintadas en tonos ocre, piscinas, vallas altas, c¨¦sped y palmeras. En la cafeter¨ªa atienden en ingl¨¦s. Podr¨ªa ser Miami o California.
Rodr¨ªguez explica en su mesa llena de papeles c¨®mo ve el futuro de la construcci¨®n en Marbella. ¡°No tiene sentido construir si no haces algo excepcional. El producto de precio medio est¨¢ en los bancos y en la Sareb [el banco malo] a precio muy bajo, as¨ª que hay que ir a por lo exclusivo¡±. ?l, que ha capeado la crisis construyendo y vendiendo villas de lujo para extranjeros, cre¨ªa poder dar el salto definitivo. Present¨® al Ayuntamiento una torre de 30 plantas y 115 metros de altura. Su intenci¨®n era vender 114 apartamentos de lujo de m¨¢s de 300 metros cuadrados por, como m¨ªnimo, un mill¨®n y medio de euros cada uno.
La idea de Rodr¨ªguez, pulcro afeitado, jersey de pico sin corbata y pelo repeinado, nace en Nueva York. All¨ª vivi¨® durante a?os hasta que a mitad de los ochenta volvi¨® a Espa?a. Explica que un chal¨¦ con piscina es caro de mantener y engorroso para quien solo pretende usarlo por temporadas. Una torre de lujo, sostiene, elimina esos inconvenientes. Y tiene una gran ventaja: tiene vistas al mar, algo que en Marbella empieza a escasear y que demandan los extranjeros, entre los que destacan los rusos. El promotor insiste en que la financiaci¨®n no es problema y que podr¨ªa vender los pisos antes de poner un ladrillo.
Podr¨ªa sonar a baladronada, a otro castillo en el aire, pero en la ciudad todo el mundo le toma en serio. Rodr¨ªguez ha sido presidente de los empresarios de Marbella y no suele ir de farol. Nacido en Calzada de Calatrava (Ciudad Real) en 1947, tiene una biograf¨ªa meritoria. Con nueve a?os comienza a trabajar en el campo y ayudando en la carnicer¨ªa a su padre. De chaval se va a estudiar a Madrid, donde demuestra facilidad para los idiomas. Con distintos empleos se paga los estudios y aprende ingl¨¦s y franc¨¦s. Es el boom del turismo y Rodr¨ªguez entra en una agencia de viajes y despu¨¦s en una aerol¨ªnea.
Algunos promotores locales se opusieron al proyecto: ¡°Rompen el paisaje¡±
Va a Nueva York y monta una agencia de viajes mayorista a Espa?a: Hispanidad Travel. Hace fortuna y abre oficinas en M¨¦xico, Miami y Madrid. ¡°En 1985, cuando Espa?a entraba en la UE le¨ª un libro llamado Megatrends en el que explicaba que del norte de EE UU se estaba produciendo una migraci¨®n hacia el sur, al cintur¨®n del sol, porque las empresas ahorraban costes y la calidad de vida era mejor. Pens¨¦ que algo similar ocurrir¨ªa en Europa y vine a Marbella¡±. La torre, que asegura que tendr¨ªa la firma de Ricardo Bofill, culminar¨ªa esa historia de hombre hecho a s¨ª mismo.
El 22 de noviembre el pleno municipal de Marbella sac¨® adelante, con la mayor¨ªa absoluta del PP, una ¡°modificaci¨®n puntual de elementos del Plan General de Ordenaci¨®n Urban¨ªstica¡±, aprobado tres a?os antes para enterrar definitivamente el gilismo.
Una promotora proyect¨® levantar 30 plantas ¡°con vistas al mar¡±
La aprobaci¨®n inicial daba un mes de plazo para alegaciones. Nada m¨¢s conocer el edicto, Carola Herrero fue una de las personas que se levant¨® contra los rascacielos. Esta arquitecta coordina la plataforma contra las torres. Es simb¨®lico que no son los ecologistas los que m¨¢s se han movido, sino urbanistas y promotores. En la cafeter¨ªa de un hotel de Marbella, los coordinadores de la plataforma relatan sus pegas.
All¨ª est¨¢ Rafael de la Fuente, un hombre afable de 72 a?os que fue concejal del PP en Marbella y exdirector de los hoteles de lujo de Monteros y Don Carlos, en Marbella, y Villamagna, en Madrid, entre otros. ¡°Las alturas son muy peligrosas. De joven vi c¨®mo las torres arruinaron Torremolinos. Era el primer destino tur¨ªstico de Espa?a y en seis a?os lo destrozaron. La gente que viene del norte de Europa no quiere eso. Marbella es ¨²nico y no podemos destrozarlo¡±.
¡°Mejora el bienestar de la poblaci¨®n¡±
El pleno municipal de Marbella aprob¨® el pasado 22 de noviembre ¡°una nueva tipolog¨ªa edificatoria singular en altura¡± y al ser una modificaci¨®n puntual en principio no precisa el visto bueno de la Junta de Andaluc¨ªa, del PSOE e IU.
El acuerdo define que los rascacielos podr¨¢n ir en cinco zonas de la ciudad, entre ellas la conocida como ¡°la gitana¡±, la que tiene la categor¨ªa urban¨ªstica m¨¢s avanzada y que es donde Pedro Rodr¨ªguez ha presentado su proyecto.
El documento que sustenta el edicto explica que los rascacielos ¡°conllevan unas mejoras para el bienestar de la poblaci¨®n por llevar impl¨ªcita una revitalizaci¨®n de las ¨¢reas urbanas donde se implanten¡±
A su lado est¨¢ el promotor Juan de Orbaneja: ¡°Por muy bonita que pongas una torre rompe el paisaje y conlleva un efecto domin¨®: luego vendr¨¢n m¨¢s y no podremos pararlas¡±. No es que en Marbella no haya edificios, pero es verdad que conserva un perfil relativamente homog¨¦neo. ¡°Ni Gil se atrevi¨® a plantear rascacielos. El mayor lo hizo el marqu¨¦s de Villaverde y tiene 20 plantas. Cuando Franco lo vio le pregunt¨® que qu¨¦ era eso. Le dijo que era la primera de un complejo y que al lado ir¨ªan nueve m¨¢s. Franco lo par¨®¡±, apostilla Carola Herrero.
El impulsor de la torre cree que las cr¨ªticas al estilo son inventos. ¡°?Cu¨¢l es el estilo arquitect¨®nico de la ciudad o arquitectura marbell¨ª? En Marbella existen varios estilos, desde el centro ¨¢rabe, edificios del desarrollismo o urbanizaciones anglosajonas. Incluso hay al menos cuatro torres¡±. A?ade que el PGOU en vigor contempla la construcci¨®n de varias torres m¨¢s y el proyecto del puerto que anunci¨® el jeque Al Thani incluye rascacielos.
?Qu¨¦ habr¨ªa pasado si Gil hubiera propuesto estos rascacielos? Los opositores creen que la ciudad se habr¨ªa levantado, pero hay motivos para dudarlo. Antonio Flores, un abogado especializado en clientes extranjeros, opina que la Operaci¨®n Malaya ha vacunado a la poblaci¨®n: ¡°La gente aqu¨ª ya no ve a los promotores como gente que busque el bien com¨²n. Ahora recela de los grandes planes urban¨ªsticos¡±. Ni las promesas de empleo han evitado una dura campa?a en la prensa contra el proyecto.
¡°La gente de aqu¨ª recela de los planes urban¨ªsticos¡±, dice un abogado
Tanto, que el Ayuntamiento ha plegado velas. Desde el consistorio se insiste en que solo fue una idea y que como no hay consenso no se har¨¢. ¡°Ha habido demagogia y poca informaci¨®n¡±, y a?aden que la intenci¨®n del equipo de Gobierno era ¡°generar riqueza y empleo con garant¨ªas y sin incrementar el volumen¡±.
Aun as¨ª, el Ayuntamiento no ha aclarado si va a revocar el acuerdo del pleno o si el par¨®n es solo de palabra. Temiendo esto segundo, la plataforma sigue activa y recabando apoyos contra el plan. De la Fuente destaca la imagen que puede sacar Marbella de esto tras las mayor¨ªas absolutas que concedi¨® al gilismo una y otra vez: ¡°Quiz¨¢ as¨ª mostremos que no somos un pueblo de descerebrados y maleantes¡±.
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