La ruleta vasca
De indeterminaci¨®n en confusi¨®n, confirmamos la hegemon¨ªa de los nacionalismos
Las andanzas de Hollande han sido agua de mayo para el berlusconismo en el foro pol¨ªtico de mayor audiencia en Italia, el Porta a porta de Bruno Vespa desde la RAI. En la presentaci¨®n del tema era resaltada la amenaza contra el Estado de su infidelidad, as¨ª como otras conductas impropias de anteriores presidentes franceses. Todo llevaba a un ejemplo de amor puro y de entrega desinteresada a cargo de la actual novia de Berlusconi. Los papeles se invert¨ªan y el hombre del bunga bunga pasaba a ser ejemplo moral para quienes injustamente le condenaban.
Es una estrategia del discurso muy eficaz, aplicable a problemas pol¨ªticos de mayor envergadura, especialmente cuando se trata de borrar una responsabilidad manifiesta. Consiste en trazar una cortina de humo sobre el o los culpables de acciones punibles, silenci¨¢ndolas o remiti¨¦ndolas a un pasado que supuestamente no debiera gravitar sobre los intereses del presente. A partir de aqu¨ª, cualquier signo positivo del culpable es presentado como una prueba m¨¢s de su bondad intr¨ªnseca y, correlativamente, de la mala voluntad, y de quienes fueron damnificados o v¨ªctimas de las acciones de aquellos.
Las dos corrientes nacionalistas est¨¢n jugando a fondo con esa l¨®gica de inversi¨®n. L¨®gicamente, con una diferencia: coincidentes, como se vio durante la manifestaci¨®n del s¨¢bado, en oponerse a una indemostrable violaci¨®n de derechos humanos por rechazar el Gobierno el acercamiento de presos etarras, la izquierda abertzale, y tras ella presos y expresos, creen que todo est¨¢ hecho con afirmar la v¨ªa pol¨ªtica, sin arrepentirse de nada, mientras el PNV pide el fin de ETA, o su desarme, y a eso no tiene nada que a?adir. Luego entonan un ¡°?basta ya!¡± robado a Savater, frente a lo que es ya definido como opresi¨®n del Gobierno. Los gritos y las pancartas pro-ETA (presoak etxera no es otra cosa) son para el PNV incidentes desagradables que no alteran lo esencial, aplicable tambi¨¦n a las detenciones de los abogados, pues ¡°no todo es ETA¡±. Lo importante es que cualquier acci¨®n judicial o policial que parta de la supervivencia de ETA supone un atentado contra ¡°el proceso de paz¡±. V¨ªctima igual a obst¨¢culo. Hay que sostener el pulso con Madrid.
Otra cosa en que la pol¨ªtica del ministro del Interior sea una acumulaci¨®n de errores y desastres, no en el planteamiento general, sino en su puesta en pr¨¢ctica. Gracias a ella, y a las oscilaciones del PSOE, la falacia nacionalista aparece como la ¨²nica opci¨®n racional. Cooperan jueces como Pedraz, que son los ¨²nicos espa?oles en no enterarse de que un ¡°Eres el ejemplo de nuestra lucha¡± es enaltecimiento de ETA. Y as¨ª, de indeterminaci¨®n en confusi¨®n, confirmamos la hegemon¨ªa de los nacionalismos y la fragilidad del Estado.
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