El Gobierno se prepara para dejar dormir la pol¨¦mica ley del aborto
La reforma no se retirar¨¢ pero puede retrasarse meses a la espera de informes
La ley del aborto quema. El Gobierno imaginaba que cualquier soluci¨®n al conflicto interno en el que se devan¨® durante meses ser¨ªa pol¨¦mica. Pero la batalla que se ha desatado, dentro y fuera del PP, ha superado todas las expectativas. La ley est¨¢ ya asimilada dentro del PP como un monumental error estrat¨¦gico del que nadie sabe c¨®mo salir. La norma es pol¨ªticamente abrasiva, y todos quieren huir de ella aunque no sea f¨¢cil. Tanto que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su m¨¢ximo responsable ¡ªsolo ¨¦l pudo dilucidar el debate interno que divide al Ejecutivo¡ª no quiere hacerse cargo y el mi¨¦rcoles en el Congreso dej¨® en evidencia que no est¨¢ dispuesto a defenderla y se limit¨® a admitir que hab¨ªa discrepancias y a prometer un esfuerzo de consenso. Todos entendieron r¨¢pidamente el mensaje del presidente: tregua. Alberto N¨²?ez Feij¨®o, uno de los m¨¢s cr¨ªticos con la norma, declar¨® el armisticio de los barones: ¡°Saludo la postura del Gobierno, que es la que entend¨ªamos razonable y que el presidente ha marcado de forma muy clara y muy n¨ªtida¡±.
A¨²n m¨¢s evidente fue la finta de la vicepresidenta, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, que presid¨ªa el Consejo de Ministros en el que se aprob¨® pero no entr¨® en el debate de fondo y evit¨® defender la ley en el Congreso. El PSOE fue especialmente duro con ella por ser mujer y no haber utilizado su autoridad para impedir que la ley saliera as¨ª. Los dos, presidente y vicepresidenta, se marcharon del hemiciclo r¨¢pidamente y dejaron solo en su numantina defensa de la ley al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, que est¨¢ sufriendo un enorme coste pol¨ªtico por su empe?o de reivindicarla como una norma progresista.
Nadie sabe c¨®mo salir, aunque de momento s¨ª hay algo claro: no hay ninguna prisa por sacarla adelante. Seg¨²n fuentes del Gobierno y del PP, se dejar¨¢ dormir la norma varios meses, aprovechando que est¨¢ a la espera de 29 informes de organismos p¨²blicos y privados, jur¨ªdicos, sanitarios y sociales. Desde el Consejo General del Poder Judicial hasta el Cermi (el organismo que representa a las personas con discapacidad), pasando por el Colegio de M¨¦dicos, se han pedido todo tipo de informes. En teor¨ªa tienen un mes para responder, pero puede ser prorrogado. Y tras recibir los informes, el ministerio puede manejar sus tiempos para contestar, corregir la norma y despu¨¦s mandarla al Consejo de Estado, que a su vez tendr¨¢ tiempo de enmendarla de nuevo. Y a¨²n entonces, La Moncloa, controlada por S¨¢enz de Santamar¨ªa, decidir¨¢ cu¨¢ndo la lleva de nuevo al Consejo de Ministros. No hay c¨¢lculo, pueden ser desde dos meses, lo m¨ªnimo, hasta un a?o. El C¨®digo Penal, otra ley compleja gestionada por Justicia, estuvo as¨ª, entre informe y contrainforme, casi un a?o. El caso m¨¢s extremo ser¨ªa hibernarla hasta que acabe la legislatura, aunque las fuentes consultadas lo ven improbable.
Habr¨¢ un control pol¨ªtico de los tiempos y distintas fuentes del Gobierno y del PP dan por hecho que se dejar¨¢ dormir la ley para ver si baja la pol¨¦mica. Lo que no est¨¢ claro es cu¨¢nto tiempo y si se esperar¨¢ a despu¨¦s de las elecciones europeas ¡ªel 25 de mayo¡ª, aunque parece probable. Aunque Rajoy y S¨¢enz de Santamar¨ªa insisten en que la ley ya est¨¢ bajo el paraguas del Parlamento, es el Ejecutivo quien la controla de momento, no ha salido de ¨¦l y tardar¨¢ meses en hacerlo.
En teor¨ªa, el m¨¢s interesado en sacar cuanto antes la ley es Gallard¨®n, consciente del gran desgaste que est¨¢ sufriendo. Pero no es ¨¦l quien en ¨²ltima instancia decide los tiempos, como se vio en 2012 y 2013, ya que anunci¨® varias veces la inminencia de la ley del aborto, pero La Moncloa fren¨® su aprobaci¨®n hasta diciembre.
El evidente deseo del presidente Rajoy de huir del coste que supone la ley fue muy comentado entre los diputados del PP. El presidente, molesto por tener que hablar del aborto, dej¨® sin utilizar m¨¢s de un minuto de los 2,5 que tiene a su disposici¨®n, algo muy poco habitual.
Rajoy y S¨¢enz de Santamar¨ªa esquivan la pol¨¦mica
Es llamativo que solo un mes despu¨¦s de aprobarla, el presidente casi reniega de la ley y dice estar dispuesto a modificarla para buscar acuerdos. ¡°La ley est¨¢ pol¨ªticamente muerta¡±, explica un dirigente. ¡°Le hemos dado al PSOE, que no levanta cabeza, algo a lo que agarrarse. Le sirve para unir sus filas y para derechizar la imagen del PP¡±, resume otro, que dice estar de acuerdo con la filosof¨ªa de la ley pero no con el momento elegido.
¡°La derecha espa?ola no ped¨ªa ahora a gritos un cambio de la ley del aborto. Pide otras cosas, como dureza contra ETA o contra Artur Mas, pero no esto. Por eso pol¨ªticamente ha sido un error, porque no contenta a nadie¡±, resume un diputado. El Gobierno estaba muy preocupado por la derecha de la derecha, un sector muy molesto con el PP y especialmente importante para las elecciones europeas. La ley se aprob¨® pensando en ese sector: al Ejecutivo le preocupaba que los cat¨®licos y antiabortistas vieran la ley como un coladero. Por eso Gallard¨®n acudi¨®, nada m¨¢s aprobarla, al Abc y La Raz¨®n.
Pero la v¨ªa de agua no vino por all¨ª, donde apenas hubo cr¨ªticas. Lo que nadie esperaba es el enorme rechazo internacional a la norma, sobre todo en Europa, y en especial dentro de amplios sectores del PP, sobre todo los barones auton¨®micos, preocupados por sus elecciones de 2015. Y por supuesto, y eso s¨ª estaba previsto, moviliz¨® a la izquierda. Es ahora, con las llamadas de Rajoy al consenso, cuando llegan las primeras cr¨ªticas de los antiabortistas, con lo que la operaci¨®n pol¨ªtica de la ley del aborto puede ser a¨²n m¨¢s ruinosa de lo previsto.
Gallard¨®n se queda solo
La vertiente europea de la ley del aborto preocupa, sobre todo en un momento de cambio en las instituciones europeas en el que Espa?a lucha por hacerse un hueco. Hasta Marine Le Pen, l¨ªder de la extrema derecha francesa, dijo que le parec¨ªa excesiva la ley espa?ola, que solo tiene en Europa el apoyo de su padre, Jean Marie. La mala imagen del Gobierno espa?ol como un Ejecutivo muy conservador inquieta a dirigentes que acostumbran a moverse en c¨ªrculos internacionales. El debate de la semana pasada en el Parlamento Europeo fue seguido con preocupaci¨®n desde La Moncloa, ya que Rajoy hab¨ªa sido visto siempre en la UE como un dirigente moderado, capaz de trenzar acuerdos con la democristiana Angela Merkel, pero tambi¨¦n con el socialista Francois Hollande.
Alberto Ruiz-Gallard¨®n se ha quedado bastante solo en la defensa del texto. Tiene el apoyo expreso, eso s¨ª, de los dirigentes m¨¢s conservadores, como Ana Botella, Jaime Mayor o Jorge Fern¨¢ndez, que han expresado p¨²blicamente su satisfacci¨®n. El ministro parece dispuesto a dar las batallas que sean necesarias ¡ªy el PSOE intentar¨¢ forzarle a dar muchas en el Congreso¡ª sea o no en soledad. Pero la batalla sorda en el Gobierno est¨¢ bastante clara. Oficialmente, todos los ministros est¨¢n obligados a apoyar la ley porque las decisiones del Ejecutivo son solidarias. Adem¨¢s, se les mand¨® a todos unos d¨ªas antes de aprobarse.
Pero Gallard¨®n est¨¢ tratando, de forma discreta, de romper la idea, muy instalada, de que esta ley es una cosa suya en la que no tienen nada que ver ni Rajoy ni S¨¢enz de Santamar¨ªa. De hecho, el ministro, en el debate m¨¢s importante que ha tenido, el que libr¨® internamente en el Comit¨¦ Ejecutivo del PP el 8 de enero, trat¨® de arrastrar con ¨¦l al presidente y a la vicepresidenta, al recordar que esta norma est¨¢ inspirada en el recurso de inconstitucionalidad contra la ley del PSOE de 2010 que no firm¨® ¨¦l, que no era diputado, pero s¨ª Rajoy y S¨¢enz de Santamar¨ªa. Y en ese recurso se ped¨ªa la eliminaci¨®n del aborto por malformaci¨®n y se lo comparaba a las leyes nazis de la selecci¨®n de la raza. La batalla de la ley del aborto se libra, pues, no solo en la opini¨®n p¨²blica, sino sobre todo dentro del PP y del Gobierno. Nadie le ve un buen final ni una salida clara.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.