El expediente X del presidente
Rajoy evit¨® durante la mayor parte del debate todo tipo de referencia a la ley del aborto Solo dedic¨® un p¨¢rrafo a la inmigraci¨®n en su discurso inicial
Mariano Rajoy ha sido, este martes, el presidente que no cita a las mujeres. En las ant¨ªpodas de la cantinela pol¨ªticamente correcta de otros l¨ªderes, que abusan de la f¨®rmula ¡°ciudadanos y ciudadanas¡±, ¡°espa?olas y espa?oles¡± o ¡°diputadas y diputados¡± hasta el hast¨ªo, Rajoy no us¨® el femenino en ning¨²n sujeto de sus frases. Rajoy, lo dice ¨¦l mismo, es previsible y nadie esperaba de ¨¦l tal cosa. Pero es que, espoleado al efecto por otros portavoces, tampoco aludi¨®, en absoluto, a las cuestiones de la agenda pol¨ªtica que les afectan directamente, como la violencia de g¨¦nero o la reforma de la ley del aborto. Un proyecto supuestamente estrella que anunci¨® orgullosamente el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, tras un Consejo de Ministros en v¨ªsperas de Navidad y que ahora parece un expediente X del que nadie en el Gobierno, Gallard¨®n el primero, quiere hablar en p¨²blico visto el cisma que ha provocado no solo en la oposici¨®n parlamentaria y en la calle, sino en su propio partido. La palabra ¡°aborto¡± es hoy por hoy, el nuevo ¡°B¨¢rcenas¡±. Un vocablo tan sencillo de articular en teor¨ªa como peliagudo de pronunciar en la pr¨¢ctica. Prohibido. Tab¨².
Las diputadas socialistas acusan al Gobierno de ¡°misoginia¡±
Ni en su triunfal discurso inicial, que llevaba escrito y que ley¨® monocordemente en la sesi¨®n de la ma?ana. Ni en la r¨¦plica y la contrarr¨¦plica a la intervenci¨®n del portavoz de la oposici¨®n socialista, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, que tambi¨¦n llevaba escritas y que interpret¨® algo m¨¢s apasionada y libremente por la tarde. Ni rastro de la ley Gallard¨®n en el ¡°cat¨¢logo¡± de medidas, reformas y proyectos que el presidente, muy en su papel de comercial de su propio Ejecutivo, anunci¨® como parte de la ¡°ambici¨®n¡± que, presumi¨®, le embarga ¡°leg¨ªtimamente¡± despu¨¦s de dos a?os de enconada lucha contra ¡°la herencia nefasta¡± del Gobierno socialista. Y eso que Rubalcaba le provoc¨® con rejones de doble filo. ¡°Ustedes siempre han pensado que los trabajadores ten¨ªan muchos derechos y las mujeres mucha libertad. Con tanto recorte, alguien se va a tener que quedar en casa, y usted sugiere que sean las mujeres. Les est¨¢ diciendo que se acab¨® la fiesta de la emancipaci¨®n¡±, le espet¨® al presidente, mientras las diputadas socialistas se romp¨ªan las manos a aplaudirle y las populares le abucheaban o miraban al tendido esperando que pasara alg¨²n ¨¢ngel invisible.
Ni por esas. Rajoy se hizo el sueco de Pontevedra. Dijo ¡°inmigraci¨®n¡±, para puntualizar que la quiere ordenada. Dijo ¡°concertinas¡±, para se?alar que fueron los socialistas quienes la pusieron primero en las vallas de Ceuta y Melilla. Dijo ¡°corrupci¨®n¡±, para apuntar que fue su Gobierno quien lider¨® la Ley de Transparencia. Dijo ¡°seguridad ciudadana¡±, para recordar que el Constitucional tumb¨® la llamada ley Corcuera. Dijo, a la fuerza pero lo dijo, ¡°desigualdad¡±. Incluso dijo ¡°pobreza¡±, para explicar a los ineptos que la mejor forma de evitarla es la creaci¨®n de empleo que los socialistas destruyeron. Dijo muchas palabras dif¨ªciles. Pero solo dijo ¡°aborto¡± una vez para anunciar que no retirar¨¢ la ley.
En los pasillos, mientras Elena Valenciano y Trinidad Jim¨¦nez, diputadas socialistas, hablaban indignadas de la ¡°misoginia¡± del Gobierno y calificaban la ley del aborto como ¡°una agresi¨®n a la libertad de las mujeres, ante la que no van a callar, ni ahora ni nunca¡±, algunos notables populares admit¨ªan, en privado, que el ¡°asunto¡± no forma parte de las prioridades del Ejecutivo. ¡°Es un jard¨ªn en el que nos hemos metido sin sentido. Un avispero. Cuanto menos se hable de ello, mejor, y no vamos a ser nosotros quienes saquemos el tema, al menos hasta que pasen las europeas¡±, dec¨ªa, en confianza, un destacado miembro de la Ejecutiva del PP mientras, al lado, el ministro Gallard¨®n sal¨ªa pitando con la excusa de asistir al funeral de un allegado.
La palabra ¡°aborto¡± es hoy por hoy el nuevo ¡°B¨¢rcenas¡± del Partido Popular
Ayer no era su d¨ªa. S¨ª pareci¨® gustarse, y mucho, su jefe. Tanto, que el presidente, adem¨¢s de su momento Jesul¨ªn de Ubrique con sus ¡°leg¨ªtimas ambiciones¡±, lleg¨® a presumir de su previsibilidad ¡ª¡°queremos que en Espa?a las cosas sean previsibles para que puedan ser fiables¡±¡ª y de su mano de cirujano al haberle hecho una liposucci¨®n y un lifting a este pa¨ªs ¡ª¡°Espa?a se va a mostrar al mundo con un rostro rejuvenecido, al arrojar el lastre que entorpec¨ªa su desarrollo y bloqueaba sus oportunidades¡±¡ª al que hasta el esquivo Moody¡¯s ha subido la nota. Dicen las viejas leyes de la mar que un pirata tiene derecho a taladrarse el l¨®bulo de la oreja y lucir un pendiente cuando acreditaba que hab¨ªa sido capaz de doblar el traicionero cabo de Hornos. No parece que Rajoy sea muy aficionado a los piercings, pero, seg¨²n dej¨® dicho en la tribuna parlamentaria, podr¨ªa llevarlo. Ese cabo, para ¨¦l, es historia.
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