Interior busca aliviar la presi¨®n migratoria con devoluciones inmediatas

Las crisis suelen tener un lado positivo. La que soportan estos d¨ªas Ceuta y Melilla ha dado al traste con las llamadas devoluciones en caliente de subsaharianos denunciadas por los que las padec¨ªan, por ONG y hasta por el Defensor del Pueblo. Prueba de ello es que en el ¨²ltimo salto a Melilla fueron muy numerosos (214) los que franquearon la valla, porque de esa cifra no se detrajo ya a los que eran expulsados de inmediato por la Guardia Civil a trav¨¦s de una portezuela de la verja.

Para mitigar la presi¨®n migratoria sobre ambas ciudades ¡ª4.354 entradas irregulares en 2013¡ª, Interior se centra ahora en conseguir un funcionamiento ¨¢gil del acuerdo de readmisi¨®n de extranjeros entrados ilegalmente, firmado entre Espa?a y Marruecos en marzo de 1992. Este entr¨® en vigor 20 a?os despu¨¦s y pr¨¢cticamente no se aplica. El titular de Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, ya pidi¨® en febrero, en Par¨ªs, a su hom¨®logo marroqu¨ª, Mohamed Hassad, que las devoluciones fuesen ¡°inmediatas¡±. Hassad no le ha contestado.

Fern¨¢ndez D¨ªaz volver¨¢ a la carga el 26 de marzo cuando se celebre, por primera vez, en T¨¢nger el comit¨¦ mixto hispano-marroqu¨ª previsto en el acuerdo de readmisi¨®n. Desde que entr¨® en vigor, hace 16 meses, no se ha reunido una sola vez. ¡°Al ritmo al que van las cosas es poco probable que de ah¨ª salgan resultados tangibles¡±, opina un mando policial conocedor de la inmigraci¨®n.

El acuerdo bilateral prev¨¦ varios tr¨¢mites ¡ªentrega a Rabat de los datos disponibles sobre cada inmigrante¡ª previos a la devoluci¨®n. La Guardia Civil los omit¨ªa hasta ahora al expulsarlos en caliente. Denunciado el hecho por una ONG y un partido melillense, el delegado del Gobierno, Abdelmalik el Barkani, est¨¢ imputado.

Para tener m¨¢s fuerza ante Marruecos, el Gobierno espa?ol anhela que la UE concluya de una vez el acuerdo de readmisi¨®n global que negocia desde hace una d¨¦cada con Rabat. Bruselas ya firm¨® en junio la llamada Asociaci¨®n para la movilidad, que lleva aparejada una reactivaci¨®n de las conversaciones sobre readmisi¨®n, pero las autoridades marroqu¨ªes siguen arrastrando los pies.

¡°Est¨¢ cambiando la percepci¨®n marroqu¨ª de la inmigraci¨®n¡±, asegura David Vidal, excolaborador del CNI que pas¨® 12 a?os en ?frica occidental. ¡°Rabat quiere cuidar su imagen en ?frica subsahariana como indica la gira que el rey Mohamed VI hizo por la regi¨®n¡±, concluye el autor del libro Diario de un esp¨ªa. ¡°Marruecos no quiere que se le responsabilice de un problema que no ha generado¡±, a?ade Dolores L¨®pez, que coordina un grupo de investigaci¨®n sobre inmigraci¨®n en la Universidad de Navarra.

El acuerdo de readmisi¨®n hispano-marroqu¨ª choca de lleno con la ley de Extranjer¨ªa, mucho m¨¢s garantista hasta el punto de que estipula que el inmigrante tiene derecho a asistencia letrada antes de ser devuelto. De ah¨ª que en febrero el Gobierno espa?ol haya creado un grupo de trabajo para reformarla urgentemente.

Hace una d¨¦cada varios responsables europeos so?aban con solucionar el problema encerrando a los inmigrantes en campamentos en el Magreb de donde solo saldr¨ªan para embarcar en aviones que les devolver¨ªan a sus pa¨ªses, como propuso el ministro alem¨¢n de Interior, Otto Schily. La propuesta, que no sali¨® adelante, fue, no obstante, aplicaba brevemente en octubre de 2005 cuando cientos de subsaharianos fueron reagrupados en el polideportivo de Oujda (este de Marruecos) y expulsados en aviones fletados por la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones.

La sucesi¨®n de asaltos sobre Ceuta y Melilla se debe, seg¨²n el portavoz del Gobierno marroqu¨ª, Mustafa el Khalfi, al ¨¦xito del blindaje de sus costas. En una d¨¦cada los inmigrantes que zarparon rumbo a Andaluc¨ªa disminuyeron, seg¨²n ¨¦l, un 95%. El porcentaje es algo exagerado, pero marca una tendencia. Por primera vez, en 2013, la mayor¨ªa de los inmigrantes africanos (57,7%) entraron en Espa?a a trav¨¦s de esas dos ciudades.

Los logros de Marruecos controlando sus costas son, sin embargo, modestos comparados con con Mauritania y Senegal. En 2006, el peor a?o, desembarcaron en Canarias 31.678 irregulares en cayucos procedentes de ?frica occidental. En 2013 solo fueron 104. Esa espectacular ca¨ªda se debe a la ayuda que prestan in situ la agencia europea Frontex y la Guardia Civil, pero no solo.

¡°Para atajar las salidas de cayucos los responsables senegaleses pidieron a Espa?a 4.000 visados Schengen y, al final, se les dieron algo m¨¢s de 1.000¡±, se?ala el excolaborador del CNI. En Mauritania ¡°hemos negociado con todo el mundo, no solo con el Gobierno sino hasta con los oficiales que patrullan la costa¡± precisa. ¡°Ahora, con la crisis en Espa?a, se reparte algo menos y es posible que un d¨ªa de estos nos den un susto, dejando zarpar cayucos, para reivindicar un aumento¡±.