El Gobierno vende en EE UU su gesto hacia los sefard¨ªes
Israel guarda silencio ante la iniciativa de facilitar la nacionalidad a descendientes de jud¨ªos Gallard¨®n viaja a Nueva York para explicar la reforma al ¡®lobby¡¯ jud¨ªo Fuentes diplom¨¢ticas vieron un intento de compensar el voto a Palestina en la ONU
El 22 de noviembre de 2012 los ministros de Justicia y Exteriores, Alberto Ruiz-Gallard¨®n y Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, anunciaron en la Casa Sefarad-Israel de Madrid la buena nueva: el Gobierno reformar¨ªa la ley para facilitar el acceso a la nacionalidad espa?ola a los casi tres millones (seg¨²n los c¨¢lculos m¨¢s optimistas) de descendientes de los jud¨ªos expulsados de Espa?a cinco siglos antes. Los sefard¨ªes. Casi a?o y medio despu¨¦s, el pasado febrero, el Consejo de Ministros aprobaba el anteproyecto de ley que daba forma a esa promesa, y que en breve se convertir¨¢ en proyecto e iniciar¨¢ la tramitaci¨®n parlamentaria. Esta semana, el ministro Gallard¨®n viajar¨¢ a Nueva York para present¨¢rselo en persona a la comunidad jud¨ªa de EE UU.
?Por qu¨¦ ahora? En 2012 hab¨ªan pasado justo diez a?os desde que, en un hist¨®rico discurso en la sinagoga Beit Jacob de Madrid, el Rey Juan Carlos transmiti¨® a los sefard¨ªes que en Espa?a no deb¨ªan ¡°sentirse como en casa¡±, sino que estaban ¡°en su propia casa¡±. Desde entonces, los sucesivos Gobiernos hab¨ªan venido concediendo, a?o a a?o y por la v¨ªa de carta de naturaleza, la nacionalidad espa?ola a los sefard¨ªes que la ped¨ªan. Con 746 concedidas en los ¨²ltimos ocho a?os, son la gran mayor¨ªa de todas las concedidas a extranjeros que la piden por esa v¨ªa al no vivir en Espa?a o no poder acreditar el suficiente tiempo de residencia. Pero ning¨²n Gobierno se hab¨ªa decidido a reabrir de par en par las puertas de Sefarad a sus antiguos inquilinos.
El 29 de noviembre de 2012, solo una semana despu¨¦s de que Gallard¨®n y Margallo hicieran su anuncio, Espa?a apoy¨® el reconocimiento de Palestina en la Asamblea General de la ONU. Fuentes diplom¨¢ticas admiten que, con su gesto hacia los sefard¨ªes, la diplomacia espa?ola intentaba neutralizar el previsible enojo de Israel por ese voto en Naciones Unidas.
Si ese era el objetivo, no est¨¢ claro que lo consiguiera. Israel protest¨® ¡ªaunque sin mucha convicci¨®n, ya que lo mismo que Espa?a hicieron otros 137 pa¨ªses¡ª, pero no realiz¨® ninguna declaraci¨®n oficial ¡ªni la ha hecho todav¨ªa¡ª sobre los sefard¨ªes. ¡°La actitud del Gobierno israel¨ª es ambivalente¡±, explica un diplom¨¢tico que conoce bien ese pa¨ªs. ¡°Por una parte valora el gesto pero, por otra, ning¨²n Estado puede admitir que le gusta que sus ciudadanos quieran ser nacionales de otro pa¨ªs¡±. Desde el Ministerio de Justicia espa?ol sostienen que la decisi¨®n de agilizar la nacionalidad para sefard¨ªes no ha tenido que ver con presiones internacionales sino solo con la voluntad de ¡°generalizar lo que hasta ahora es un goteo constante¡±. Pero admiten que, al mismo tiempo, es un gesto de reconocimiento y una respuesta a una reclamaci¨®n hist¨®rica.
La verdadera novedad de la reforma radica en que los sefard¨ªes podr¨¢n adquirir la nacionalidad espa?ola sin renunciar, como hasta ahora, a la que ya tienen. Es decir, que podr¨¢n disponer de dos pasaportes y uno de ellos, el espa?ol, les abrir¨¢ las puertas para circular libremente y trabajar en cualquier pa¨ªs de la UE. ¡°El ¨¦xodo est¨¢ en el ADN del pueblo jud¨ªo. Tener un segundo pasaporte, aunque no pienses utilizarlo nunca, es un salvoconducto por si alg¨²n d¨ªa debes reemprender el camino del exilio¡±, afirma el mismo diplom¨¢tico. La nacionalidad les permitir¨ªa tambi¨¦n votar (si se inscriben en el censo). Fuentes de Justicia aseguran que no les proporcionar¨¢ ninguna ventaja a la hora de hacer negocios o inversiones, ¡°porque eso se hace a trav¨¦s de sociedades, y las sociedades no tienen nacionalidad¡±. Aunque la libre circulaci¨®n por la zona Schengen s¨ª puede ser una ventaja.
Isaac Querub, presidente de la Federaci¨®n de Comunidades Jud¨ªas de Espa?a (FCJE), considera que la agilizaci¨®n de la nacionalidad para los sefard¨ªes es una ¡°noticia enormemente positiva que viene a reparar una injusticia hist¨®rica¡±. Conf¨ªa en que la futura ley se apruebe ¡°con un amplio apoyo parlamentario¡± y afirma que el d¨ªa que la sancione el Rey ¡°se podr¨¢ decir que ha quedado efectivamente derogado el edicto de expulsi¨®n de los jud¨ªos de 1492¡±.
Antes, sin embargo, habr¨¢ que aclarar las numerosas dudas que suscita la medida. El art¨ªculo 21 del C¨®digo Civil se?ala que la nacionalidad espa?ola ¡°se adquiere por carta de naturaleza, otorgada discrecionalmente por real decreto, cuando en el interesado concurran circunstancias excepcionales¡±. El anteproyecto de Justicia no elimina ese adverbio ¡ª¡°discrecionalmente¡±¡ª, pero establece que, si el sefard¨ª logra acreditar su condici¨®n de origen y una especial vinculaci¨®n con Espa?a, se entender¨¢ directamente ¡°que tales circunstancias concurren¡±. Introduce, por tanto, un matiz importante, dando a las concesiones de nacionalidad por carta de naturaleza un car¨¢cter m¨¢s autom¨¢tico en el caso de los sefard¨ªes.
El subsecretario de Justicia, Juan Bravo, afirma que con la nueva ley los sefard¨ªes tendr¨¢n ¡°derecho¡± a la nacionalidad, siempre que acrediten su condici¨®n y su v¨ªnculo con Espa?a (algo que implica valorar despu¨¦s esas pruebas, y ah¨ª seguir¨¢ habiendo cierta discrecionalidad). Si la concesi¨®n es un derecho, la no concesi¨®n ser¨ªa en principio recurrible ante los tribunales, aunque el anteproyecto no lo especifica.
Los requisitos son, como m¨ªnimo, ambiguos: valdr¨¢ un certificado de la Federaci¨®n de Comunidades Jud¨ªas de Espa?a o del rabino del pa¨ªs de residencia ¡°o cualquier otra documentaci¨®n que el interesado considere conveniente¡±. Tambi¨¦n se valorar¨¢n los apellidos, el idioma familiar u ¡°otros indicios que demuestren su pertenencia a la comunidad jud¨ªa sefard¨ª¡±. Querub opina que los requisitos ¡°no est¨¢n claros¡± y que ¡°debe afinarse el l¨¢piz¡± en la redacci¨®n definitiva. Justicia est¨¢ en ello.
Cuando entre en vigor la ley, los sefard¨ªes interesados tendr¨¢n dos a?os ¡ªprorrogables otro m¨¢s¡ª para solicitar la nacionalidad por esta v¨ªa. Es, por tanto, un gesto con fecha de caducidad; aunque, seg¨²n Justicia, los hijos y nietos de quienes se nacionalicen ser¨¢n tambi¨¦n autom¨¢ticamente espa?oles. Querub estima que no ser¨¢n millones sino a lo sumo unos cientos de miles los que se acojan a la ley (el ministerio rebaja a¨²n m¨¢s esa cifra). La mayor¨ªa vive en Israel, Turqu¨ªa, Venezuela, Argentina, Colombia o Marruecos.
Pero no ser¨¢ en ninguno de estos lugares sino en Nueva York donde Gallard¨®n ¡ªa cuyo bisabuelo, exembajador en Rumania, se cita en el pre¨¢mbulo de la ley por haber salvado a jud¨ªos de los nazis¡ª explicar¨¢ el mi¨¦rcoles la reforma, invitado por la Asociaci¨®n de Comunidades Jud¨ªas de EE UU, que le ha pedido que acuda all¨ª a presentarla. Ya el pasado 13 de febrero, solo una semana despu¨¦s de que el Gobierno aprobara el anteproyecto, el Rey, el presidente Mariano Rajoy y el propio ministro de Justicia recibieron en Madrid a una delegaci¨®n de la Conferencia de Presidentes de Organizaciones Jud¨ªas de Estados Unidos. Es al otro lado del Atl¨¢ntico, ante el poderoso lobby jud¨ªo estadounidense, m¨¢s que en Israel, donde el Gobierno est¨¢ vendiendo su reforma. Y eso que los ¨²nicos jud¨ªos que seguramente no necesitan la nacionalidad espa?ola son los que tienen en el bolsillo un pasaporte de EE UU.
Antes y despu¨¦s
- Con la ley vigente, los sefard¨ªes pueden obtener la nacionalidad por dos v¨ªas: si viven en Espa?a, acreditando dos a?os de residencia ¡ªigual que latinoamericanos, filipinos, andorranos, portugueses y guineanos (el resto de extranjeros necesitan diez a?os de residencia)¡ª. Si no, por carta de naturaleza, alegando "circunstancias excepcionales", es decir, alg¨²n v¨ªnculo especial con Espa?a, del tipo que sea. En este caso, la concesi¨®n es una decisi¨®n discrecional de cada Gobierno; y el sefard¨ª debe renunciar a su nacionalidad original.
- Con la ley que prepara el Ejecutivo, la concesi¨®n de nacionalidad a los sefard¨ªes por carta de naturaleza se ampliar¨¢ mucho. En primer lugar, porque no se les obligar¨¢ a renunciar a su nacionalidad original para obtener la espa?ola. Y, en segundo, porque la concesi¨®n ya no ser¨¢ discrecional, sino un derecho, seg¨²n Justicia. Si el sefard¨ª acredita su "condici¨®n" de tal y una "especial vinculaci¨®n con Espa?a", tendr¨¢ el derecho a obtener la nacionalidad. En la valoraci¨®n de las pruebas que presente seguir¨¢ habiendo, eso s¨ª, cierto grado de discrecionalidad.
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