Todo lo que echamos en falta

No hay ninguna regla general que explique el ¨¦xito pol¨ªtico de un l¨ªder. Algunos se fijan en su capacidad para lograr resultados palpables, otros en sus atributos carism¨¢ticos, en ese intangible que los hace especiales, en su gran capacidad de convicci¨®n o en otras virtudes varias. El caso de Su¨¢rez es at¨ªpico porque nada nos permit¨ªa atisbar en sus inicios todo lo que atesoraba. Visto desde la pol¨ªtica de hoy, su trayectoria tuvo un efecto inverso a lo que suele ser la pauta en nuestros d¨ªas. Ahora pasamos siempre de la ilusi¨®n por un nuevo liderazgo a la casi inmediata decepci¨®n. Con Su¨¢rez ocurri¨® lo contrario, nadie daba un duro por ¨¦l -?un hombre del r¨¦gimen!- y se revel¨® como una aut¨¦ntica mina. En realidad era un l¨ªder sin referentes, sin escuela democr¨¢tica, se mov¨ªa por instinto, por olfato y a golpe de una aparente improvisaci¨®n. Y, sin embargo, enseguida result¨® evidente que ten¨ªa un plan bien trazado al que se arroj¨® con sus rasgos personales m¨¢s caracter¨ªsticos, la audacia, la valent¨ªa, la flexibilidad y un cierto funambulismo l¨²cido, que moderaba tambi¨¦n con grandes dosis de mesura estoica.
Volviendo a la pregunta inicial, lo que hizo especial a Su¨¢rez fue que era el hombre adecuado en el momento oportuno. Con el tiempo result¨® evidente que estaba m¨¢s dotado para situaciones excepcionales que para la ¡°pol¨ªtica normal¡±. Ten¨ªa poca capacidad como hombre de partido. De hecho, en ese grupo de notables que se integraron en la UCD, fue siempre un lobo solitario y nunca consigui¨® adaptarse de nuevo a la pol¨ªtica democr¨¢tica ya consolidada. Tampoco ten¨ªa especiales cualidades de comunicaci¨®n p¨²blica, pero era imbatible en el cuerpo a cuerpo. Aun as¨ª supo sintonizar como ninguno con las demandas de la ciudadan¨ªa, que fue galvanizando adecuadamente e integrando en su hoja de ruta. En eso encaj¨® como un guante en lo que Maquiavelo dec¨ªa de los ¡°fundadores de Rep¨²blicas¡±, que buscaban crear un orden pol¨ªtico compuesto de ciudadanos virtuosos y activos, y no un conjunto de s¨²bditos meramente obedientes.
Pose¨ªa, s¨ª, capacidad de liderazgo y capacidad de decisi¨®n y control de los tiempos, esos recursos tan escasos en nuestros d¨ªas. Pero, sobre todo, una inmensa habilidad para generar consensos, para adicionar voluntades en la persecuci¨®n de lo que ¨¦l siempre consider¨® que era su destino, la implantaci¨®n del r¨¦gimen democr¨¢tico. Decidir, consensuar, inter¨¦s p¨²blico por encima del inter¨¦s partidista, sintonizar con la ciudadan¨ªa.. ?Les suena a algo? Seguramente a todo aquello que hoy echamos en falta. Su¨¢rez est¨¢ al inicio de un proceso que hoy da muestras de agotamiento y que ha ca¨ªdo, como bien dice Andr¨¦s Ortega, en un fallo multiorg¨¢nico. Precisamos un ¡°nuevo comienzo¡±, como dec¨ªa Maquiavelo que era imperativo para situaciones de ¡°crisis de la Rep¨²blica¡±. Si el acto de la Fundaci¨®n es el ¡°acto pol¨ªtico por excelencia¡± (H. Arendt), el de la refundaci¨®n no lo debe de ser menos. Hoy es obvio que nos faltan l¨ªderes de ese fuste, pol¨ªticos y no meros gestores. Iniciar o reiniciar algo significa ¡°actuar¡±, ¡°llevar la iniciativa¡±, poner algo en marcha, cualidades todas de las que Su¨¢rez siempre hizo gala y que hoy se nos han desvanecido. Puede que su figura, con todas sus luces y sombras, todav¨ªa consiga hacer otra contribuci¨®n a su patria, servir de ejemplo para impulsar ese ¡°reseteo¡± del sistema democr¨¢tico que tanto necesitamos.
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