Sin castigo
Interesa es saber si la recuperaci¨®n de la confianza en los mercados podr¨¢ favorecer al PP
Los ¨²ltimos datos conocidos la semana pasada podr¨ªan romper el empate t¨¦cnico que pronostican los sondeos preelectorales en beneficio del partido en el poder, que saldr¨ªa vivo sin recibir su merecido castigo por el injusto austericidioque perpetr¨®. Y no me refiero tanto al crecimiento del PIB como a las cifras de Semana Santa en materia de turismo interior (tambi¨¦n confirmadas por el repunte de los accidentes de tr¨¢fico), que revelan un sustancial incremento de la propensi¨®n a gastar de la ciudadan¨ªa espa?ola. Alegr¨ªa tur¨ªstica que bien pudiera responder al gran incremento del patrimonio financiero de las familias (valores burs¨¢tiles, dep¨®sitos a plazo, planes de pensiones e inversi¨®n), cuyo saldo neto ha superado claramente al de deudas pendientes de devolver, alcanzando el efecto riqueza un r¨¦cord hist¨®rico que no se conoc¨ªa desde antes de la crisis. Lo cual parece significar que las clases propietarias ya han recuperado la confianza que se disip¨® con el estallido de las burbujas especulativa e inmobiliaria. Todo lo que baja ha de subir alg¨²n d¨ªa, de acuerdo a su inexorable oscilaci¨®n pendular. Habr¨¢ que volver otro d¨ªa a esta perspectiva c¨ªclica.
Parece que el estado de ¨¢nimo de las clases propietarias ha virado hacia el optimismo
?Pero lo que ahora interesa es saber si esta recuperaci¨®n de la confianza en los mercados podr¨¢ favorecer o no al partido en el poder. Nadie piensa por supuesto que la recuperaci¨®n en curso sea m¨¦rito suyo ni mucho menos, como sostiene la propaganda gubernamental, pues la desconfianza en Rajoy sigue siendo ampliamente mayoritaria. Y, adem¨¢s, tampoco se percibe todav¨ªa que la recuperaci¨®n afecte a la econom¨ªa real, muy perjudicada por la contraproducente pol¨ªtica de austeridad (como ha reconocido el propio ministro de Econom¨ªa), que ha incrementado sobremanera el desempleo, la pobreza, la desigualdad y la deflaci¨®n salarial. Pero dada la mejora de la econom¨ªa financiera, tan duramente lograda a costa de las rentas de trabajo, parece evidente que el estado de ¨¢nimo (animal spirits) de las clases propietarias ha virado claramente hacia el optimismo. Es el efecto Mateo hace poco citado por M. ?. Aguilar: a quien tiene (los propietarios) m¨¢s se le dar¨¢, y a quien no tiene (los asalariados) todo le ser¨¢ quitado. De modo que no parece muy probable que haya voto de castigo hacia el Gobierno de Rajoy. Sobre todo si a lo largo de la campa?a electoral el ministro de Hacienda anuncia una rebaja de la presi¨®n fiscal.
En cuanto a las clases asalariadas, que no perciben recuperaci¨®n significativa sino al rev¨¦s, dadas las inciertas expectativas del mercado de trabajo, es casi seguro que no votar¨¢n al PP, al que no pueden perdonarle el injusto austericidio sufrido. Pero tampoco al PSOE, en lo que ser¨ªa el ¨²nico voto de castigo ¨²til o posible, dada su inexistente renovaci¨®n organizativa, pues sigue liderado por la misma ¨¦lite que aval¨® la nefasta ejecutoria de Zapatero, el iniciador del austericidio. De modo que j¨®venes, parados y empleados ejercer¨¢n su voto de protesta mediante la abstenci¨®n, el apoyo a la candidatura de la izquierda encabezada por Tsipras (el l¨ªder de la Syriza griega) o cualquier otra alternativa populista, como UPyD o ERC, que les permita expresar su airado rechazo a esta corrupta casta pol¨ªtica. Y la resultante agregada ser¨¢ la revalidaci¨®n sin castigo del partido en el poder.
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