La crisis de liderazgo de Sortu bloquea el proceso para el final de ETA
El estancamiento coincide con una p¨¦rdida de influencia sobre los presos de la banda
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ha reconocido p¨²blicamente que los cauces de su partido con la izquierda abertzale est¨¢n bloqueados. Esa situaci¨®n la comparten los interlocutores habituales de la izquierda radical: Gobierno vasco, Lokarri y PSE. El estancamiento coincide con una p¨¦rdida de influencia de Sortu sobre el colectivo de presos de ETA y sobre la propia banda terrorista como consecuencia de un debilitamiento de su liderazgo, y explica la par¨¢lisis del proceso de consolidaci¨®n del final de la banda terrorista.
La izquierda abertzale ha cambiado de actitud, ha perdido dinamismo y est¨¢ paralizada, subrayan sus interlocutores. Su actitud no tiene nada que ver con la que la anim¨® en 2011 a tomar decisiones en favor de la paz en Euskadi como los estatutos de Sortu, en los que rechaz¨® expresamente la violencia etarra y asumi¨® el compromiso de cese definitivo del terrorismo de ETA. Aquellas actitudes fueron el resultado del seguimiento de una hoja de ruta que dise?aron Arnaldo Otegi, Rafael Diez Usabiaga y Rufi Etxeberria en el oto?o de 2009 e impusieron a la banda terrorista.
Tras el logro de aquellas metas en octubre de 2011, el colectivo de presos de ETA ha tardado m¨¢s de dos a?os en atender a la reclamaci¨®n de la izquierda abertzale de asumir la legalidad penitenciaria y la reinserci¨®n individual de sus reclusos. Pero, incluso, una vez que dio el paso, el 28 de diciembre ¨²ltimo, su compromiso no se ha materializado.
PNV, Lokarri, PSE y Gobierno vasco reconocen que est¨¢n bloqueados los cauces
Los representantes del colectivo de presos de ETA, en vez de adoptar una posici¨®n pragm¨¢tica para facilitar la reinserci¨®n individual de sus reclusos, han adoptado una actitud desafiante hacia el Estado. Sus primeras peticiones a Instituciones Penitenciarias las han centrado en un acercamiento de presos mayores de 70 a?os y enfermos graves a c¨¢rceles pr¨®ximas al Pa¨ªs Vasco. Y, lejos de reconocer el da?o causado a las v¨ªctimas del terrorismo, han amagado con acudir al Tribunal de Estrasburgo para dirimir la reclamaci¨®n de dicho acercamiento.
Esta actitud se aleja de la conducta pragm¨¢tica que la izquierda abertzale les hab¨ªa aconsejado mantener para hacer m¨¢s efectivas sus reclamaciones. Y es tambi¨¦n lo que la izquierda abertzale hab¨ªa trasladado a sus interlocutores del Gobierno vasco, Lokarri, el PNV y PSE. ¡°Prometen una cosa y luego cumplen la mitad de la mitad¡±, se?alan los interlocutores en referencia a Sortu.
Su conclusi¨®n es que, pese a la detenci¨®n en enero de la abogada Arantza Zulueta, que representaba a su sector m¨¢s duro, los actuales representantes del colectivo de presos no son permeables a las presiones de la izquierda abertzale y ¡°contin¨²an con la inercia del pasado¡±.
Otro tanto sucedi¨® con el plan de desarme de ETA a fines de febrero. La izquierda abertzale traslad¨® a sus interlocutores del Gobierno vasco y de los partidos que el desarme iba a ser ¡°significativo¡± y ¡°contundente¡±. Lo que finalmente result¨® un fiasco, acompa?ado, eso s¨ª, de una nueva promesa de ETA: que el futuro desarme ser¨ªa ¡°unilateral y completo¡±. A quien primero desair¨® ETA fue a la izquierda abertzale, y volvi¨® a poner de relieve su crisis de liderazgo. Ahora, la izquierda radical est¨¢ a la espera de que, tras las elecciones europeas y al filo del verano, la banda terrorista cumpla el compromiso de desarme que incumpli¨® en febrero. Lo que se sabe es que la banda mantiene su interlocuci¨®n con el Comit¨¦ Internacional de Verificaci¨®n, respaldado, a su vez, por el Gobierno vasco, PNV, PSE y la izquierda abertzale.
¡°Prometen y cumplen la mitad de la mitad¡±, apuntan sobre Sortu los interlocutores
Otra expresi¨®n de la p¨¦rdida de protagonismo de la izquierda abertzale fue la reciente renuncia de su dirigente Pernando Barrena a exigir al colectivo de presos el reconocimiento del injusto da?o causado a las v¨ªctimas del terrorismo, por considerarlo una ¡°humillaci¨®n¡±. Con ello, se ha roto la esperanza del Gobierno vasco y de los partidos de que desbloqueara, con una declaraci¨®n, el punto muerto en que han entrado los presos. Pero tampoco existe una alternativa a esta par¨¢lisis. ¡°No va a haber marcha atr¨¢s al proceso unilateral de desarme, porque no hay alternativa. Lo que existe es una resistencia pasiva¡±, se?alan fuentes de los interlocutores.
Las mismas fuentes admiten que la resistencia procede de sectores que se rebelan ante la falta de contraprestaciones del Gobierno del PP, como un acercamiento de presos etarras a c¨¢rceles pr¨®ximas al Pa¨ªs Vasco, tras su aceptaci¨®n de la legalidad penitenciaria el pasado 28 de diciembre. Precisamente esa aceptaci¨®n la dio el colectivo como respuesta a la anulaci¨®n de la aplicaci¨®n retroactiva de la doctrina Parot por parte de los tribunales, que puso en la calle a 60 presos veteranos de la banda terrorista.
Pero en este pulso que plantean los sectores m¨¢s radicales de la izquierda abertzale quien tiene todas las de ganar es el Gobierno central. El Ejecutivo de Rajoy, tras el cese definitivo del terrorismo, no percibe ninguna presi¨®n para tomar medidas de distensi¨®n a favor de los presos de ETA, como el acercamiento a las c¨¢rceles del Pa¨ªs Vasco. Sucede lo contrario.
Escasa presencia p¨²blica
La izquierda abertzale aparece tambi¨¦n en la actualidad muy desdibujada. Apenas tiene presencia p¨²blica y la que aparece es dispersa, seg¨²n constatan sectores cr¨ªticos de la propia formaci¨®n. Ni su presidente, Hasier Arraiz; ni la portavoz del Parlamento vasco, Laura Mintegi; ni la representaci¨®n de Amaiur en las Cortes tienen eco.
Los veteranos, como Rufi Etxeberria, est¨¢n en la sombra, con la espada de Damocles de que unas declaraciones poco medidas den pie a los tribunales para actuar contra ellos. El propio portavoz de Sortu, el veterano Barrena, cada vez distancia m¨¢s sus intervenciones p¨²blicas.
Finalmente, tampoco la ayuda la gesti¨®n all¨¢ donde tiene una importante representaci¨®n institucional como Gipuzkoa. La izquierda abertzale se meti¨® en un berenjenal con la gesti¨®n de las basuras, donde dividi¨® a la poblaci¨®n en sus propios feudos, como han reconocido sectores cr¨ªticos de la propia formaci¨®n. Tambi¨¦n dividi¨® a la ciudad de San Sebasti¨¢n su alcalde, Juan Carlos Izaguirre, de Bildu, al imponer la secesi¨®n de Igueldo, lo que se une al desconcierto de la mala gesti¨®n en la organizaci¨®n de la capitalidad cultural para el a?o 2016.
¡°Tienen una abusiva tendencia a imponer sus decisiones en vez de buscar aliados negoci¨¢ndolas. Es una prueba de su inexperiencia pol¨ªtica¡±, se?alan sus cr¨ªticos.
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