Tormenta en las redes y negocios por la tarjeta azul del PP balear

La targeta blava (tarjeta azul) estar¨¢ agregada al carn¨¦ del Partido Popular de Baleares y facilitar¨¢ a los afiliados tener mejores precios en una red de comercios y empresas. Las rebajas van desde la compra de un coche hasta unas vacaciones internacionales pasando por un pen drive. Ser¨¢n "ventajas" en un "programa ¨²nico", reza en su folleto.

El "partido pol¨ªtico sin ¨¢nimo de lucro" firma contratos de "colaborador" con m¨¢s de 300 compa?¨ªas para "beneficiar con descuentos y bonificaciones" a sus 22.000 militantes, que pagan como m¨ªnimo 36 euros al a?o. "Ser¨¢ igual que las de los sindicatos y tantos colegios profesionales", aseguran desde el PP, que rechaza que se genere "un privilegio o donaci¨®n" al partido por parte de las firmas vinculadas.

La tarjeta dispar¨® la pol¨¦mica. Cientos de mensajes y comentarios pueblan las redes sociales desde las islas, la gran mayor¨ªa de denuncia y rechazo por lo que se considera una discriminaci¨®n pol¨ªtica y comercial entre la clientela. Y la portavoz del PP, Mabel Cabrer, tard¨® poco en responder para afirmar que la campa?a recuerda la de los nazis que colocaban la estrella de David de las fachadas de las casas y comercios de los jud¨ªos.

Un empresario de Palma, Dani, de Foto Ruano, que apareci¨® como adherido en el listado divulgado en la prensa local, rectific¨® mediante una declaraci¨®n en v¨ªdeo en su p¨¢gina web. Anunci¨® que no "dar¨ªa beneficios por ser de un sitio u otro" y acab¨® llorando, pidiendo perd¨®n por lo que consider¨® "un error".

Una cadena de propuestas de boicoteo y comentarios denuncias circula en Facebook, Twitter y WhatsApp, donde se se?alan empresas o se adjunta el listado de tiendas adheridas. El manifiesto de Ruano acumul¨® m¨¢s de medio millar de apuntes en una jornada y su v¨ªdeo fue destacado.

El PP ¡ªhegem¨®nico en Baleares¡ª ha suscitado la aparici¨®n de un nuevo foco de resistencia opositora y, adem¨¢s, en tiempo electoral. La pol¨ªtica de la mayor¨ªa ha generado en la sociedad insular distintos polos de movilizaci¨®n: bastante gente ¡ªeducadores y padres¡ª usa la camiseta verde para expresar su rechazo a los recortes y al triling¨¹ismo. La exhibici¨®n de lazos con la bandera de las cuatro barras se ha extendido tras el veto legal y las multas por su presencia en los edificios p¨²blicos con una ley ad hoc del Gobierno balear. Los temas son recurrentes en los debates institucionales y medios insulares.

La tarjeta azul PP surge al tiempo que el presidente balear, Jos¨¦ Ram¨®n Bauz¨¢, hace apolog¨ªa "de defender?lo nostro", un mensaje localista frente a supuestas interferencias idiom¨¢ticas o culturales. "?Qui¨¦nes son los nuestros y qu¨¦ es lo nuestro? Los de la tarjeta; lo nuestro para los nuestros", manifiesta Jaume M.R. empresario mediano cr¨ªtico con la propuesta comercial.

En la formaci¨®n que ocupa todas las c¨²pulas de poder de las islas (menos Formentera) no se ve motivos de dudas ¨¦ticas y de legalidad. Es una iniciativa de un partido "pionero e innovador". Miquel Vidal, secretario general del PP en Baleares, present¨® a sus seguidores la tarjeta para dar valor a?adido a la militancia y una forma de adaptarse a los ¡°nuevos tiempos¡±, seg¨²n la carta que remiti¨® a sus bases. El PP quiere compactar a su militancia y adem¨¢s captar m¨¢s adeptos con carn¨¦.

Llamada al boicoteo

¡°Yo pienso boicotearlos, a t¨ªtulo personal, en la medida de mis posibilidades¡±, anunci¨® en las redes Antoni Machado, senador por Mallorca del PSOE. ¡°Me ayudas a difundirla (la lista)? Me ayudas a boicotearlos?¡±. Igualmente el exconsejero socialista de Turismo, Celet¨ª Alomar, advirti¨® que se cambiar¨ªa de compa?¨ªa de tel¨¦fono al ver su marca entre las adheridas.

Los socialistas y nacionalistas de M¨¦s en el Parlamento de Baleares ha cuestionado al Gobierno balear la legalidad de la tarjeta, al entender que las empresas adheridas har¨¢n ¡°una donaci¨®n¡± y contratar¨¢n con el PP lo que podr¨ªa vulnerar la ley de contratos y partidos. La direcci¨®n balear consult¨® con la calle G¨¦nova sobre la oportunidad y legalidad de la iniciativa.

Una vecina de un pueblo de Mallorca, trabajadora social Catalina Mesquida, divulg¨® su carta remitida a la empresa donde compr¨® su coche. ¡°Prescindo de sus servicios por una cuesti¨®n de ¨¦tica. Nunca m¨¢s pondr¨¦ los pies en un comercio que transgreda las normas elementales de no discriminaci¨®n por razones de sexo, raza o ideolog¨ªa¡±. Mesquida cree que se ofrecer¨¢n precios distintos a los vecinos en funci¨®n de la militancia en un partido.

El exsenador nacionalista Pere Sampol, de M¨¦s, abri¨® la caja de los truenos semanas atr¨¢s al reclamar la lista de adheridos para ¡°no entrar nunca m¨¢s¡± en las tiendas que har¨¢n descuentos a los militantes del PP. ¡°Es antisocial. Podr¨ªan hacer descuentos a los parados" observ¨® Sampol. El presidente Bauz¨¢ y del PP, en el Parlamento, lamentaron estas ¡°actitudes de otra ¨¦poca, dictatoriales¡±.

En el Parlamento, el Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma, se han debatido mociones de rechazo a la tarjeta. El portavoz de M¨¦s en Palma, Antoni Verger cree que ¡°la idea es una aut¨¦ntica aberraci¨®n inaceptable e intolerable? Abunda en el descr¨¦dito de la pol¨ªtica y genera suspicacias y dudas sobre la objetividad de la administraci¨®n. ?No entienden que algunas empresas se ver¨¢n forzadas a participar por miedo a no sufrir represalias?".

Descuentos para todos

Lejos de la militancia, unos j¨®venes empresarios de Palma, del restaurante Beewi, han salido al paso, al creerse comprometidos por estar en la lista de la tarjeta del PP: ¡°cualquier persona que nos visite con una tarjeta azul, roja, verde o amarilla disfrutar¨¢ de un 10% de descuento¡±, aseguraron en su web. Explican que ¡°la colaboraci¨®n con el Partido Popular fue confusa y como en todos los casos no llegamos a acuerdos estrictamente formales, son m¨¢s bien acuerdos de barra. Desconoc¨ªamos que se nos iba a identificar con corriente ideol¨®gica alguna.¡±