El Ej¨¦rcito tramita la expulsi¨®n de un teniente por el contenido de una novela
El mando militar atribuye al autor de la obra una carta al ministro de Defensa firmada por un personaje de ficci¨®n
?Puede castigarse al teniente Luis Gonzalo Segura de Oro-Pulido por las opiniones del teniente Guillermo Fern¨¢ndez? El primero es un teniente de complemento, madrile?o de 37 a?os, destinado en el centro de transmisiones del Ej¨¦rcito de Tierra en Pozuelo de Alarc¨®n. El segundo es el protagonista de la novela Un paso al frente; es decir, un personaje de ficci¨®n.
El teniente Segura es tambi¨¦n el autor de dicho libro, que pinta un cuadro sombr¨ªo de la vida militar, salpicado de corruptelas, privilegios y abusos de poder (desde el reparto arbitrario de condecoraciones al recorte de la comida de la tropa para poner una sauna a los mandos o el fraude del combustible), del que ha vendido m¨¢s de 10.000 ejemplares y que prepara ya su cuarta edici¨®n; seguramente m¨¢s por el tema que aborda que por sus cualidades literarias.
El Ej¨¦rcito de Tierra le ha abierto un expediente gubernativo, que puede concluir con su expulsi¨®n de las Fuerzas Armadas, por una carta al ministro de Defensa incluida como ep¨ªlogo de la novela. El instructor del expediente considera que esa carta vulnera el c¨®digo disciplinario castrense, que tipifica como causa de sanci¨®n extraordinaria ¡°realizar actos gravemente contrarios a la disciplina, servicio o dignidad militar, que no constituyan delito¡±.
Ciertamente, la misiva no es muy respetuosa con su destinatario, del que teme que le preocupe m¨¢s ¡°cobrar el salario a fin de mes, completarlo con alg¨²n sobre que otro con el que defrauda a su propio compa?ero (el ministro de Hacienda), cobrar dietas por hacer su trabajo, colocar a sus familiares y amigos en alg¨²n puesto de la Administraci¨®n, alg¨²n que otro chanchullo con una empresa amiga y quiz¨¢ alguna comisi¨®n¡± que arreglar los problemas de las Fuerzas Armadas. Asegura no comprender que ¡°los pol¨ªticos como usted [...] prefieran la negligencia y la corrupci¨®n, que les confinan a las cloacas m¨¢s oscuras de la historia¡±, en vez de empe?arse en ¡°la erradicaci¨®n de la extrema corrupci¨®n y del bochornoso despilfarro que existe en el Ej¨¦rcito, o al menos su mengua¡±.
El libro le puede costar la p¨¦rdida de su empleo y cuatro meses de arresto?
Aunque estas frases, y todo el contenido del libro, han provocado indignaci¨®n en la c¨²pula del Ej¨¦rcito, el instructor del expediente pasa por alto que la carta no est¨¢ dirigida al titular del departamento, Pedro Moren¨¦s, sino al ¡°ministro de Defensa (¨¦ste, los anteriores y los que vengan)¡±, en general. Y omite, como si no tuviera importancia, que la carta no la firma el teniente Luis Segura, sino el teniente Guillermo Fern¨¢ndez, el personaje de ficci¨®n. Se trata, por tanto, de una parte de la novela.
Fuentes jur¨ªdicas sostienen que no hay precedentes de que se castigue al autor de una obra de ficci¨®n por lo que dicen sus personajes, y dan por hecho que cualquier sanci¨®n que se imponga ser¨¢ anulada por el Supremo cuando sea recurrida.
De la misma opini¨®n son los escritores y profesionales del sector consultados por EL PA?S.
¡°Me parece absolutamente improcedente que se expediente a alguien por una obra de ficci¨®n. Los militares renuncian a una serie de derechos, como el de sindicaci¨®n, y tienen limitada la libertad de expresi¨®n, pero no conozco ninguna norma que limite la libertad de creaci¨®n¡±, sostiene el escritor Lorenzo Silva, premio Planeta y guardia civil honor¨ªfico. ¡°Habr¨ªa que demostrar que la ficci¨®n se ha utilizado como cobertura para contar hechos reales y se?alar a sus responsables¡±, agrega.
Rafael Reig, profesor de Creaci¨®n Literaria y librero, asegura que ¡°la ficci¨®n es el territorio de la libertad absoluta¡± y que ni siquiera los militares tienen ¡°limitado el derecho a fabular¡±. Reig se muestra asombrado de que algunos mandos del Ej¨¦rcito ¡°no sean capaces de leer una novela como lo que es. Resulta coherente que el personaje escriba esa carta, pero no que lo haga el autor, y de hecho no la ha escrito ni se la ha enviado a nadie¡±.
La ley limita la libertad de expresi¨®n de los militares, no la de creaci¨®n?
La novela puede ser un producto de la imaginaci¨®n, pero el castigo al que se enfrenta su autor es muy real. Adem¨¢s del expediente gubernativo, se le atribuyen dos faltas graves ¡ªsancionable cada una con hasta dos meses de arresto en centro disciplinario militar o p¨¦rdida del destino¡ª por declaraciones realizadas en actos de promoci¨®n del libro, y que supuestamente ser¨ªan contrarias a la disciplina o irrespetuosas. Adem¨¢s, en lo que constituye una medida de car¨¢cter excepcional, est¨¢ suspendido de funciones por tres meses con car¨¢cter cautelar desde el pasado 15 de mayo ¡°para evitar perjuicio en el servicio¡±.
El teniente Segura ingres¨® en las Fuerzas Armadas como soldado en el a?o 2002; y en 2006 super¨® con ¨¦xito las oposiciones para convertirse en oficial de complemento, con contrato hasta 2023.
¡°Que nadie quiera ver [en este libro] un ataque a la instituci¨®n militar donde solo hay un sacrificio por ella. Que nadie quiera ver un menosprecio a la tropa en alg¨²n personaje [...] donde solo hay enorme gratitud por esos soldados espa?oles [...]. Que nadie quiera ver un ataque a los escasos oficiales, pero doblemente loables por ello, que anteponen sus hombres a sus aspiraciones personales [...]. Amo al Ej¨¦rcito, aunque muchos dir¨¢n que no, y sue?o con unas armas regeneradas, m¨¢s nobles y justas [...]¡±, escribe el autor del libro en el pr¨®logo, este s¨ª firmado por ¨¦l. Los m¨¢ximos responsables del Ej¨¦rcito de Tierra no lo ven igual.
La misiva del general
No hay precedentes, ni por tanto jurisprudencia, de un expediente como el abierto al teniente Segura por la carta incluida en su novela. El caso m¨¢s parecido, aunque muy diferente, es la misiva del exjefe del Ej¨¦rcito de Tierra Luis Alejandre incluida en el libro Yak-42 A sus ¨®rdenes, ministro, de la periodista de la cadena SER Mariela Rubio.
En la carta, dirigida a la autora del libro, el general, ya entonces en la reserva, se refer¨ªa de modo despectivo a los exministros de Defensa Federico Trillo, del PP, y Jos¨¦ Bono, del PSOE, quienes hab¨ªan sido sus superiores jer¨¢rquicos. ¡°Por supuesto, el momento es muy delicado y en lo que concierne a nosotros [los militares] grave. No resistiremos un tercer ministro ambicioso, trepa y eg¨®latra¡±, escribi¨® Alejandre.
El Ej¨¦rcito le abri¨® expediente, pero lo archiv¨® con el argumento de que, de existir falta disciplinaria, habr¨ªa prescrito. Para justificarlo, tom¨® la fecha en que fue remitida la carta, octubre de 2005, y no la de su publicaci¨®n, mayo de 2006.
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