Del siglo XIX al siglo XXI
La Espa?a de hoy afronta problemas cr¨ªticos pero es un pa¨ªs estructuralmente democr¨¢tico, infinitamente menos sexista, m¨¢s maduro y m¨¢s libre que hace 39 a?os
Los dolores se olvidan. El instinto de supervivencia hace que se nos desdibujen en la memoria los dolores f¨ªsicos, pero tambi¨¦n los sociales. A veces, leyendo un peri¨®dico de los a?os de plomo del franquismo, me doy cuenta de que se me ha olvidado lo que fue. La inimaginable mediocridad en la que se viv¨ªa, la permanente, atosigante tutela de la dictadura. Era como tener un padre autoritario, maltratador e idiota amarg¨¢ndote la vida. Prohibi¨¦ndote leer libros, ver pel¨ªculas, darte un beso con alguien por la calle, expresar en voz alta tus ideas. De esa profunda miseria sal¨ªamos cuando Juan Carlos fue proclamado Rey.
Por entonces, en los primer¨ªsimos momentos de la Transici¨®n, hab¨ªa un pa¨ªs oficial y otro real y los ciudadanos nos las apa?¨¢bamos como pod¨ªamos. Por ejemplo, no se vend¨ªan anticonceptivos libremente, pero en las grandes ciudades siempre hab¨ªa alg¨²n m¨¦dico enrollado que te los recetaba ¡°por salud¡±. Tampoco exist¨ªa el divorcio, por supuesto, pero la gente con dinero y buenos abogados pagaba al tribunal eclesi¨¢stico de la Rota y consegu¨ªa nada m¨¢s y nada menos que la anulaci¨®n del matrimonio cat¨®lico (pr¨¢cticamente el ¨²nico que exist¨ªa). Yo fui testigo en un par de esos juicios: viv¨ªamos en la apoteosis de la hipocres¨ªa. El aborto, claro, tambi¨¦n estaba totalmente prohibido; las mujeres con dinero, como siempre, iban a Londres; las otras abortaban aqu¨ª con carniceros. Tuve que llevar al hospital a una amiga medio desangrada por esa causa. La salvaron, pero amenazaron con denunciarnos y, agonizante como estaba, le soltaron una pomposa perorata sobre su indecencia. As¨ª se viv¨ªa y casi se mor¨ªa en Espa?a cuando Juan Carlos subi¨® al trono.
Hasta el 20 de mayo de 1975, es decir, hasta seis meses antes de la proclamaci¨®n del Rey, las mujeres casadas no pod¨ªan trabajar sin el permiso del marido, no pod¨ªan sacarse el pasaporte, abrir una cuenta del banco, comprarse un coche sin el permiso del marido. Era una sociedad terriblemente machista. Y era tambi¨¦n una sociedad asustada. Todos ten¨ªamos el miedo metido bajo la piel, una sensaci¨®n permanente de indefensi¨®n. Acostumbrados a la total arbitrariedad de la dictadura, pas¨¢bamos con susto al lado de un polic¨ªa o un militar, temiendo ser maltratados o detenidos, sinti¨¦ndonos poco menos que delincuentes. Ese es uno de los cambios m¨¢s profundos y potentes de los 39 a?os transcurridos: ahora los ciudadanos conocen sus derechos, no est¨¢n dispuestos a callarse ni a dejarse pisar. Y hoy la Guardia Civil, la Polic¨ªa y las Fuerzas Armadas son las tres instituciones m¨¢s valoradas por los espa?oles. Yo esto lo considero un formidable logro de la civilidad; para ello hace falta haber perdido el miedo, y saberse libres, y confiar en los mecanismos del Estado y en la Justicia, y estar razonablemente al mando de tu propia vida. Y en eso consiste, precisamente, la democracia. La Espa?a de hoy afronta problemas cr¨ªticos, con dos millones y medio de nuevos hambrientos, una desconfianza feroz en los partidos y un Gobierno reaccionario que est¨¢ pegando hachazos a los logros sociales. Pero es un pa¨ªs estructuralmente democr¨¢tico, infinitamente menos sexista, m¨¢s maduro, m¨¢s libre, m¨¢s moderno. Cuando subi¨® al trono Juan Carlos viv¨ªamos aislados de nuestro entorno y nuestro tiempo, ¨¦ramos una anomal¨ªa, un pa¨ªs del siglo XIX; ahora, con Felipe, estamos en el siglo XXI y plenamente integrados en Europa. Claro que Europa est¨¢ fatal, pero esa es otra historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Proclamaci¨®n Felipe VI
- Pr¨ªncipe de Asturias
- Opini¨®n
- Transici¨®n espa?ola
- Aborto
- Cortes Generales
- Proclamaci¨®n Real
- Felipe VI
- Abdicaci¨®n Juan Carlos I
- Juan Carlos I
- Anticoncepci¨®n
- Abdicaci¨®n
- Jefe de Estado
- Reproducci¨®n
- Sucesi¨®n Real
- Casa Real
- Espa?a
- Historia contempor¨¢nea
- Monarqu¨ªa
- Gente
- Historia
- Medicina
- Transici¨®n democr¨¢tica
- Conflictos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica