La proclamaci¨®n de Felipe VI se vive en los balcones de Madrid
Las calles del recorrido real amanecen cortadas, baldeadas, blindadas de polic¨ªas y sin apenas p¨²blico asistente
Las calles por las que los Reyes, don Felipe y do?a Letizia, han discurrido en sus primeras horas de reinado han amanecido engalanadas. Los alrededores del Congreso, blindados. Nadie pod¨ªa ni puede a¨²n pasar de la plaza de Neptuno hacia el Congreso, donde a las 10.30 ha comenzado el acto solemne de proclamaci¨®n de Felipe VI. "Estamos como si fuera una boda", bromeaban los diputados, todos de punta en blanco, en el patio del Congreso mientras esperaban la llegada de los nuevos Monarcas. El Hemiciclo estaba lleno mientras las calles iban calent¨¢ndose (la temperatura tocar¨¢ hoy m¨¢ximos de 32 grados) y recibiendo a curiosos.
Los balcones de Madrid son los palcos populares de la proclamaci¨®n. Pero quien no tiene balc¨®n, bien tiene la calle. Ya desde las nueve de la ma?ana la Gran V¨ªa mostraba un paisaje extra?o, casi playero. Personas de edad con sillas plegables tomaban los primeros metros de la acera, pegados a las vallas y al fuerte cord¨®n policial. Desde la plaza de Espa?a hasta Cibeles, la avenida est¨¢ completamente cortada. Las vallas est¨¢n cubiertas con la bandera espa?ola. Ante ellas se apostan dos barreras de polic¨ªas nacionales y municipales.
Calle del Mesonero Romanos, perpendicular a la Gran V¨ªa. Mar¨ªa abre su bolso para que sea revisado por un polic¨ªa muy amable. ¡°?bralo por favor¡±. Una r¨¢pida inspecci¨®n le permite seguir el camino. Porta un pu?ado de banderitas que va ofreciendo a los viandantes. Tres furgones de la Polic¨ªa Nacional ocupan la mitad de la acera.
Cada cinco minutos pasa un veh¨ªculo policial... motos de la Guardia Civil, la polic¨ªa, as¨ª como veh¨ªculos camuflados. El helic¨®ptero sobrevuela la zona sin parar, mientras voluntarios del Ayuntamiento de Madrid con chalecos naranjas reparten banderas de Espa?a. "Hemos venido muchas, tenemos 12 coordinadoras. La mayor¨ªa de la gente nos atiende¡±. Est¨¢ prevista la distribuci¨®n de 10.000 banderitas.
Los viandantes aceptan de buena gana y sin hacer mucho caso el emblema. De uno de los quioscos de prensa cuelga la bandera con un toro. Nadie ha pedido quitarla. La que provoca ¨Cseg¨²n la interpretaci¨®n que ha hecho la direcci¨®n de la Polic¨ªa? es la tricolor, la bandera republicana. Desde Callao hasta la plaza de Espa?a no asoma ninguna. Tampoco en el otro tramo hacia Cibeles. Los agentes tienen instrucciones de identificar a quienes las porten. Y de tomar nota de los balcones que las sujeten. No pueden denunciar porque no es delito, solo inspeccionar ¡°para evitar incidentes¡±.
En la plaza de Cibeles se pod¨ªan ver a ciudadanos con banderas de Espa?a y vistiendo camisetas con el lema "Sus Majestades los Reyes de Espa?a Felipe VI y do?a Letizia". El paseo del Prado, la gran arteria de los museos de Madrid, est¨¢ cortada. "No s¨¦ si va a haber mucho p¨²blico con tantas dificultades para llegar a los puntos clave", suger¨ªa un polic¨ªa sin descruzar los brazos. Las ¨¢reas m¨¢s atestadas son las del recorrido oficial m¨¢s pr¨®ximas a las sede de las Cortes donde se ha permitido el paso
Una mujer ocupaba casi en solitario un puesto frente al Palacio Real, mientras desplegaba orgullosa una bandera con la fotograf¨ªa de los Reyes, los nuevos reyes, quienes a las 12.15 saludaron desde el balc¨®n central del hist¨®rico edificio. Forma parte de la Hermandad Nacional Mon¨¢rquica de Espa?a. Sus lemas son claros: "Somos leales a la Corona.?Viva el Rey Felipe VI!".
Las televisiones improvisan andamios con puntos de directo. Cruza uno de los deportivos a gran velocidad, que la polic¨ªa municipal acaba de adquirir para tenerlo listo en el evento. El helic¨®ptero empieza a volar m¨¢s bajo. La comitiva se acerca. El Rolls en el que viajan los nuevos reyes pasa a un ritmo pausado. Algunos de los asistentes agitan sus peque?as banderas. Suenan t¨ªmidos aplausos. ¡°Qu¨¦ curioso, hay m¨¢s polic¨ªas que p¨²blico¡±. La escena se traslada ahora al Congreso de los Diputados, en la Carrera de San Jer¨®nimo, a medio kil¨®metro de aqu¨ª.
La seguridad es total. Ante el Congreso impresiona ver a la Guardia Civil en uniforme de faena y con armas largas en ristre. A la salida de las bocas de metro cercanas, los agentes a¨²n registran bolsos. La megafon¨ªa del suburbano avisa a los viajeros que varias estaciones est¨¢n cerradas. Cercan¨ªas de Renfe informa a sus viajeros que Sol permanecer¨¢ cerrado durante horas "por orden gubernativa". Es Corpus y hay menos gente. Se nota.
Los balcones de la carrera de San Jer¨®nimo, donde se celebrar¨¢n los actos centrales, est¨¢n casi pillados. Ser¨¢n el mejor punto de observaci¨®n. Ya hay gente acodada en las balaustradas, aunque en el tramo institucional la mayor¨ªa de esos apostaderos son las terrazas de oficinas. El espect¨¢culo ya ha comenzado.
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