Nadie sabe cu¨¢ntos volver¨¢n a Sefarad
El proyecto de ley para conceder la nacionalidad a los jud¨ªos sefard¨ªes abre una puerta de consecuencias imprevisibles El Gobierno desconoce si ser¨¢n miles o cientos de miles
La tramitaci¨®n del proyecto de ley por el que se conceder¨¢ la nacionalidad espa?ola a los sefard¨ªes avanza sin que ni el Gobierno ni las comunidades jud¨ªas sean capaces de vislumbrar la magnitud de la reparaci¨®n hist¨®rica en ciernes. La complejidad del proceso es tal que les resulta imposible calibrar si la naturalizaci¨®n afectar¨¢ a miles, a decenas de miles o a cientos de miles de sefard¨ªes. ¡°Estimamos de forma preliminar que podr¨ªa haber 90.000 solicitantes, pero es un c¨¢lculo sin ning¨²n rigor cient¨ªfico y que podr¨ªa tener un recorrido much¨ªsimo mayor¡±, reconoce Juan Bravo, subsecretario de Justicia. ¡°Si al final nos encontramos con 200.000 solicitudes, no pasa nada. Somos conscientes de que abrimos una puerta hist¨®rica¡±, a?ade. Prueba de ello es que el ministerio trabaja en una plataforma inform¨¢tica para procesar un n¨²mero much¨ªsimo mayor de solicitudes del estimado inicialmente. Nada m¨¢s trascender el proyecto de ley, multitudes se presentaron ante los consulados espa?oles en Rabat, Ankara, Jerusal¨¦n y Caracas.
El problema es que no existe en el mundo un censo que registre a los sefard¨ªes
La complejidad para determinar a cu¨¢ntas personas afectar¨¢ la nueva ley radica principalmente en la propia naturaleza de la iniciativa. Sefard¨ª hace referencia a la palabra Sefarad, que en hebreo significa Espa?a e identifica a los descendientes de los jud¨ªos expulsados de Espa?a tras el edicto de 1492. En la pr¨¢ctica, es una denominaci¨®n que se utiliza en contraposici¨®n a los jud¨ªos de origen centroeuropeo (ashkenazis). El problema es que no existe en el mundo un censo de sefard¨ªes y ni siquiera un consenso sobre qu¨¦ jud¨ªos son sefard¨ªes. La ley espa?ola abre adem¨¢s la puerta a sefard¨ªes que no sean jud¨ªos.
C¨®mo demostrar la condici¨®n de sefard¨ª
- Por un certificado de la comunidad jud¨ªa de la zona o ciudad natal del interesado o por la autoridad rab¨ªnica competente.
- Por el idioma ladino o haket¨ªa, por la partida de nacimiento o por la ketubah, certificado matrimonial seg¨²n la tradici¨®n de Castilla.
- Por la inclusi¨®n en las listas de familias sefard¨ªes protegidas por Espa?a.
- Por actividades ben¨¦ficas que se hayan realizado a favor de personas o instituciones espa?olas.
- Por cursos de historia y cultura espa?olas.
- Por otra circunstancia que demuestre su condici¨®n de sefard¨ª y su especial vinculaci¨®n.
- Por certificado expedido por la Federaci¨®n de Comunidades Jud¨ªas de Espa?a.
- Se exige una pueba de evaluaci¨®n de conocimientos de la lengua y la cultura espa?olas del Instituto Cervantes.
- Los apellidos de linaje sefard¨ª se valorar¨¢n como elemento adicional.
La mayor¨ªa de los jud¨ªos expulsados de Espa?a recalaron en el norte de ?frica, en el sur de Europa y en los Balcanes. Muchos acabaron en Israel a partir de los cincuenta. Por otra parte est¨¢n los jud¨ªos que proceden de Siria, de Yemen o de Ir¨¢n, a los que el juda¨ªsmo mundial se refiere tambi¨¦n como sefard¨ªes al margen del origen de sus antepasados. Seg¨²n esta ¨²ltima clasificaci¨®n, s¨®lo en Israel podr¨ªa haber m¨¢s de dos millones de jud¨ªos sefard¨ªes. La ley en principio excluye a estos ¨²ltimos.
Bravo explica que han intentado encontrar un equilibrio entre la reparaci¨®n hist¨®rica y evitar que la ley se convierta en un coladero. Por la red circulan ya listas de apellidos sefard¨ªes a utilizar. ¡°Nos enfrentamos a un proceso complejo, que en muchos casos generar¨¢ dudas. Se trata de otorgar un pasaporte Schengen y eso es algo muy valioso¡±, estima Bravo. Ese aspecto es el que m¨¢s seduce a Albert Hatem, un sefard¨ª de Estambul que quiere ¡°tener derecho a viajar libremente por Europa y Espa?a¡±, afirma este ingeniero turco. Hatem cree que la ley ¡°abre muchos interrogantes". "No sabemos c¨®mo van a decidir¡±, dice por tel¨¦fono desde Estambul.
Consultados los responsables de aplicar la ley, no son capaces de determinar con precisi¨®n c¨®mo proceder¨¢n y difieren sobre qu¨¦ requisitos pesar¨¢n m¨¢s o cu¨¢les ser¨¢n determinantes. ¡°Hay apellidos como Cuenca, Soriano o Le¨®n que hacen referencia a localidades en Espa?a y ah¨ª no hay duda de que son sefard¨ªes. Luego est¨¢n las personas que hablan o entienden ladino ¡ª-el castellano que hablaban los jud¨ªos en Espa?a¡ª y las que tienen documentos como contratos matrimoniales seg¨²n la tradici¨®n de Castilla o de pertenencia a comunidades jud¨ªas sefard¨ªes como las de Sal¨®nica, Estambul o Sarajevo. Todo esto ayuda a la confirmaci¨®n¡±, explica Abraham Haim, presidente de las comunidades sefard¨ªes de Jerusal¨¦n. Haim, cuya instituci¨®n cribar¨¢ solicitudes, evita dar cifras, pero se decanta m¨¢s por ¡°muchos miles¡±, que por ¡°millones¡±.
Refael Shmuel, profesor de literatura y pueblo jud¨ªo de la universidad israel¨ª de Bar-Ilan s¨ª se atreve con las cifras, aunque insiste en la ambig¨¹edad que rodea a la definici¨®n de sefard¨ª. ¡°En Israel podemos encontrar entre 350.000 y 500.000 sefard¨ªes o con alg¨²n conocimiento de judeoespa?ol", se?ala. "Y habr¨ªa que a?adirle entre 200.000 y 300.000 de Am¨¦rica o Europa. Pero son s¨®lo estimaciones¡±.
Joshua S. Weitz, bi¨®logo de la escuela de Tecnolog¨ªa de Georgia, cree sin embargo, que la iniciativa espa?ola puede afectar a un grupo much¨ªsimo m¨¢s amplio. Weitz ha dise?ado un modelo matem¨¢tico de las identidades jud¨ªas desde 1492, seg¨²n el cual concluye que ¡°hay un 99% de probabilidad de que todos los jud¨ªos modernos, sefard¨ªes o ashkenaz¨ªes [unos 13 millones en total] tengan antepasados expulsados por Espa?a en 1492¡±. ¡°Hay jud¨ªos ashkenaz¨ªes que tienen antepasados sefard¨ªes porque hubo muchos matrimonios mixtos", indica por tel¨¦fono. "Y si nos remontamos 500 a?os, cualquier jud¨ªo tendr¨ªa cientos de miles de antepasados, porque el crecimiento es exponencial¡±.
La clave, explican en Justicia, es que esas personas puedan probar su condici¨®n de sefard¨ªes. La norma habla de ¡°medios probatorios¡± que ser¨¢n ¡°valorados en su conjunto¡±. La comunidad jud¨ªa de origen del solicitante y las autoridades rab¨ªnicas certificar¨¢n la condici¨®n. En Espa?a, la ley se apoya en la Federaci¨®n de comunidades jud¨ªas, quienes reconocen la escasez de elementos para la certificaci¨®n m¨¢s all¨¢ de los apellidos evidentes o los casos en los que exista ketubah o contrato matrimonial seg¨²n la tradici¨®n de Castilla.
Hay un 99% de probabilidad de que todos los jud¨ªos modernos tengan antepasados expulsados por Espa?a, seg¨²n un modelo matem¨¢tico.
Saber ladino o espa?ol ser¨¢ un requisito imprescindible -los latinoamericanos no tendr¨¢n que acreditarlo-. Se exigir¨¢ el nivel b¨¢sico (A2), de forma que cualquiera que hable ladino lo superar¨¢ sin dificultad. En caso de que no dominen el ladino, como disponen de tres a?os (prorrogables uno m¨¢s) para hacer la solicitud de nacionalidad, pueden aprenderlo. ¡°En cuatro a?os, cualquiera puede alcanzar ese nivel de espa?ol¡±, estima Bravo.
El proyecto sale a la luz en un contexto de creciente asertividad en el mundo sefard¨ª. Tras d¨¦cadas de subordinaci¨®n al dominio ashkenaz¨ª, los jud¨ªos orientales muestran un creciente poder¨ªo pol¨ªtico, social y cultural. Las creaciones que evocan el pasado sefard¨ª est¨¢n muy en boga en el juda¨ªsmo mundial. ¡°Hay cada vez m¨¢s inter¨¦s por el ladino, aunque los j¨®venes ya no lo hablan¡±, relata Isaac Levy, que recopila cantos en ladino.
S¨ª lo habla Sima Taranto, una profesora jubilada de Caracas que se confiesa ¡°ansiosa¡± por obtener la nacionalidad. ¡°No tengo intenci¨®n de mudarme a Espa?a, pero para nosotros es un derecho que nos quitaron hace 500 a?os", asegura desde Venezuela, con la voz entrecortada por la emoci¨®n y el llanto."Sentimos que es algo que nos deben. Espa?a nunca ha salido de nuestras casas¡±.
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