El encuentro del nuevo y el viejo PSOE
Eduardo y Alberto Sotillos exponen su punto de vista sobre el futuro socialista
Eduardo Sotillos y Alberto Sotillos, padre e hijo, conversan sobre la candidatura de Alberto a la secretar¨ªa general del PSOE. Alberto est¨¢ fuera del aparato. Eduardo fue aparato y portavoz del presidente Gonz¨¢lez. Al padre solo le preocupa una cosa: los miles de kil¨®metros que tendr¨¢ que hacer su hijo al volante.
Eduardo Sotillos: Alberto milita desde los 16 a?os y hace unos meses public¨® un libro (Democracia contra la Democracia) donde hace un an¨¢lisis generacional que me llam¨® la atenci¨®n. Recib¨ª comentarios elogiosos de veteranos del partido. Estando en un pueblo del Cabo de Gata sin cobertura, me llama, y me dice: ¡°Dentro de 10 minutos damos este paso¡±. Le dije: pues mucha suerte y cuenta conmigo.
Alberto Sotillos: ?ramos unos 200. Sin cabecillas, hasta que en Ferraz nos dijeron: Ten¨¦is que poner un nombre y un responsable. Hemos crecido en la red. Est¨¢bamos trabajando para constituir la corriente Socialismo Democr¨¢tico, con idea de promover una refundaci¨®n. Es una suma de grupos de base dispersos, que est¨¢bamos haciendo enmiendas.
Padre anal¨®gico e hijo digital
Eduardo Sotillos.
Nace en 1940. Periodista. Fue director de Radio nacional de Espa?a y dirigi¨® el telediario de TVE durante la Transici¨®n. Se afili¨® al PSOE en 1979 y, tras el triunfo electoral de 1982, ocup¨® el cargo de portavoz del Gobierno (1982-1985) con categor¨ªa de secretario de Estado. Tras esta experiencia volvi¨® a su tarea period¨ªstica en RNE y TVE. En 1992 regres¨® a la pol¨ªtica como concejal socialista en el Ayuntamiento de Pozuelo (1991-1994). Fue secretario de Comunicaci¨®n del PSOE en 2008 y llev¨® la responsabilidad de la comunicaci¨®n en la candidatura de Tom¨¢s G¨®mez a las primarias del PSOE en Madrid.
Alberto Sotillos.
Nace en 1985. Soci¨®logo y experto en comunicaci¨®n pol¨ªtica. Es director de Mr President Consulting Group, una compa?¨ªa especializada en comunicaci¨®n a trav¨¦s de redes sociales. Ha dedicado casi toda su experiencia profesional a la investigaci¨®n y asesor¨ªa en redes. Coincidi¨® con su padre, como responsable de redes en la candidatura de Tom¨¢s G¨®mez a las primarias de la Federaci¨®n Socialista de Madrid, en 2010.
E. S.: Yo era anal¨®gico hasta hace dos a?os y por eso creo que es bueno que nos revolucionen las ideas. Me desesperaba con Alberto porque le ve¨ªa con el m¨®vil mandando mensajes y recibiendo respuesta. Ahora tengo Facebook y me he dado cuenta de que es una revoluci¨®n profunda. Va siendo hora de que nos den consejos a la gente de nuestra generaci¨®n. Tienen dos soluciones: protestar o dar un paso adelante.
A. S.: Mi padre me dec¨ªa: ¡°Esto de Facebook no sirve para nada¡±. Oye, le dije, que tengo una empresa que se dedica a redes sociales y gana dinero con esto.
E. S.: Me termin¨® convenciendo. Veo otra cosa: yo soy un hombre de la Transici¨®n. Y a veces cre¨ªa que los j¨®venes la minusvaloraban. Tambi¨¦n me he dado cuenta de que la Transici¨®n es un m¨¦todo, no era un fin en s¨ª misma. Hoy los problemas son otros.
A. S.: Somos la generaci¨®n que no la hemos vivido. No tenemos ese componente emocional. Fue una opci¨®n para ese momento. Pero es el momento de decir m¨¢s transici¨®n, m¨¢s democracia. En pol¨ªtica no hay nada sagrado, as¨ª que bienvenidos al cambio para seguir vivos. Y hay algunos que piensan que el PSOE es sagrado, que los estatutos son sagrados y que el sistema de avales es sagrado y, claro, la sacralizaci¨®n es incompatible con la democracia. Adem¨¢s, la ciudadan¨ªa nos lo est¨¢ diciendo, que ya est¨¢ bien, que cuando quieres cambiar la Constituci¨®n a tu favor, la cambias.
E. S.: Mi ¨²ltima experiencia pol¨ªtica fue las primarias en Madrid y fueron bien duras. Son momentos de tensi¨®n y de incomodidad porque te peleas con los tuyos. Valoro mucho lo que viv¨ª en C¨¢ceres. Fern¨¢ndez Vara, en Extremadura, dio una lecci¨®n, abri¨® el partido a todos los precandidatos. Y ¨¦l mismo subrayaba que eso no se estaba produciendo en toda Espa?a. Sigue existiendo el sistema del control del aparato. Es un error.
El padre considera que ser¨ªa ¡°horrible¡± que las primarias no alcanzaran una participaci¨®n masiva
A. S.: No se trata de que venga un nuevo secretario general y se comporte bien, se trata de poner los mecanismos para asegurar que todos los barones act¨²en democr¨¢tica y no coercitivamente con la militancia. Yo voy sin ning¨²n aparato. Mi proyecto es el encuentro de la militancia que ha puesto en com¨²n las enmiendas que estaban perdidas en los cajones. Cuando al aparato le hemos dicho esto es lo que hay, hemos visto que no interesa demasiado. ¡°Como hag¨¢is esto vais a estar fuera de las listas¡±, nos han dicho. Y eso nos da una libertad que al viejo aparato le molesta much¨ªsimo porque no sabe c¨®mo controlar. Es divertido verlo. Los militantes llevan diez a?os proponiendo eso de un militante, un voto, pero son las ejecutivas las que votan en contra. Lo mismo pasa con las listas abiertas, a los congresos ya llegaba todo preestablecido. Pensamos que hab¨ªa que darle voz a eso: y lo sacamos del caj¨®n y lo ponemos arriba.
E. S.: Hay un problema de credibilidad. Esa es la clave. Ocurre que de diez millones de votos, la bolsa del PSOE est¨¢ en tres millones y medio. Y, mientras tanto, surgen fen¨®menos emergentes que, con un grito y sin un proyecto, arrastran votos. Y me pregunto, ?cu¨¢l es la opci¨®n entonces?, ?irse del partido? Eso ser¨ªa lo terrible. El PSOE que conoc¨ª era un partido integrador, he convivido con gente de la ORT, del MC, del PC, de Euskadiko, era de much¨ªsimas sensibilidades y se hizo muy grande. Y de repente se ha ido encerrando. Hay muchos militantes que no han votado al PSOE en estas elecciones, que est¨¢n en ese punto del paso m¨¢s all¨¢.
El hijo dice que a los militantes no les asustan los escraches y a las ejecutivas, s¨ª
A. S.: Algunos se han ido. Tenemos avales que nos llegan de los que ya est¨¢n m¨¢s bien en otras formaciones pero conservan la militancia porque pagaron la ¨²ltima cuota. ¡°Volver¨ªamos ¡ªdicen¡ª con estas condiciones¡±. Lo que buscan es que su capacidad de acci¨®n tenga relevancia.
E. S.: Tengo un gran respeto por todos los que han decidido dar el paso. Y no les doy consejos porque pertenezco a otra generaci¨®n. Y s¨ª digo una cosa: propondr¨ªa, a quien corresponda, que potenciaran un debate de los cuatro [candidatos a la secretar¨ªa general del PSOE]. Es imprescindible. Qu¨¦ horrible ser¨ªa que no hubiera participaci¨®n masiva de la militancia ni siquiera en este proceso.
A. S.: Hombre, tenemos que ser pragm¨¢ticos. Cuando se plantea esto de un militante, un voto, est¨¢ muy bien, pero hay un paso previo y los militantes lo conocen. Va a decidir qui¨¦n pasa a la segunda vuelta la propia estructura, que ha creado este modelo de congreso con diez mil avales. Hay un control previo, no es un militante, un voto. Pero estamos ah¨ª. Hay que presentar una opci¨®n rompedora para que el militante se motive y vote. Si transmitimos el discurso de que todo es igual con matices¡ y para eso es necesario un debate. Estamos en un modelo de vieja pol¨ªtica que intentamos cambiar con la acci¨®n. A los militantes de base no les asustan los escraches, a las ejecutivas s¨ª. Solo si la militancia toma el control del partido se pueden hacer cambios. Por ejemplo, se confunden PP y PSOE cuando creen que el debate es Monarqu¨ªa o Rep¨²blica. El debate de fondo es que yo quiero decidir las cosas que pasan en mi pa¨ªs. Ese es el debate que no ven los viejos pol¨ªticos. Usted tiene problemas porque le echan de casa y quien le ayuda es la PAH. Tiene que buscar comida en cubos de basura y quien le ayuda son los bancos de alimentos. Debemos ser capaces de poner el partido en el espacio de acci¨®n ciudadana para que el ciudadano pueda parar esto. El partido naci¨® para hacer fuertes a los d¨¦biles. Ahora hay otras opciones, porque antes el PSOE era la ¨²nica alternativa para enfrentar al modelo neoliberal, pero ahora acaba pactando. La gente piensa: pues ya no me es ¨²til ideol¨®gicamente como herramienta. La irrelevancia es una opci¨®n m¨¢s que posible. El cambio tiene que ser ya.
E. S.: Tengo la confianza de que eso no suceda. Hay miles de personas comprometidas. Recuerdo una frase que me produjo una sensaci¨®n penosa: ¡°Sigo siendo militante, pero me siento cada vez menos simpatizante¡± [la dijo Felipe Gonz¨¢lez]. Me pareci¨® una llamada de atenci¨®n.
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