Sonoro silencio sobre el paro
Los candidatos solo dedicaron cuatro frases al empleo, unas migajas
?Dir¨¢ algo el pr¨®ximo secretario general del PSOE, al ser elegido, sobre el paro? Igual convendr¨ªa, aunque solo sea porque el 76,8% de los espa?oles lo sigue considerando como su primera preocupaci¨®n. Tambi¨¦n porque el brutal nivel de desempleo que arrastramos es el primer problema de la econom¨ªa espa?ola, la principal causa del d¨¦bil consumo, la explicaci¨®n de que la recuperaci¨®n sea (a¨²n) tan d¨¦bil, y la clave del aumento de la creciente desigualdad social. Y porque se supone que al partido socialista este drama le angustia, por idiosincrasia, al m¨¢ximo.
Pues bien, en el debate electoral televisado, los tres candidatos a secretario general se esforzaron en contradecir esa suposici¨®n. Hubo cuatro lac¨®nicas referencias al problema: ¡°C¨®mo vamos a resolver el drama del desempleo¡± (Pedro S¨¢nchez); ¡°Una apuesta por las pol¨ªticas activas de empleo¡± (Eduardo Madina); ¡°El paro es la primera prioridad efectiva¡±, y crear una ¡°banca p¨²blica para que la lucha contra el paro sea efectiva¡± (Jos¨¦ Antonio P¨¦rez Tapias). Nada m¨¢s que esas migajas en un debate que se prolong¨® 1 hora, 56 minutos y 58 segundos. En casi dos horas, cuatro frases incompletas y ninguna discusi¨®n sobre la primera prioridad. Parece pel¨ªn curioso.
Se dir¨¢ que el debate se centr¨® en la renovaci¨®n del partido. Pero abord¨® muchos otros asuntos: el laicismo, la cuesti¨®n catalana, el dilema Monarqu¨ªa/Rep¨²blica, la corrupci¨®n, los recortes, la reforma laboral, los derechos sociales¡ Se alegar¨¢ que no hubo discusi¨®n porque la doctrina sobre empleo ya est¨¢ un¨¢nimemente asentada en las conclusiones de la Conferencia Pol¨ªtica de 2013, y m¨¢s precisamente en las 12 densas p¨¢ginas del cap¨ªtulo Crecimiento y Empleo. Pero lo mismo ocurre con otros temas que s¨ª se discutieron. Se justificar¨¢ que en un debate tan ¨¢gil (y ejemplar para otras fuerzas pol¨ªticas), los asuntos a tratar ven¨ªan condicionados por el tenor de las preguntas. Pero las hubo gen¨¦ricas y aptas para desarrollar, si no enfoques nuevos sobre la pol¨ªtica de empleo, s¨ª al menos ¨¦nfasis y acentos propios: por ejemplo ante la cuesti¨®n de cu¨¢les ser¨ªan las tres primeras medidas de cada candidato, como secretario general y como presidente del Gobierno. Aspectos de viv¨ªsima actualidad, como la creciente factura financiera del desempleo en Espa?a o el apasionado debate franc¨¦s sobre la reducci¨®n de las cotizaciones sociales, ?acaso no merec¨ªan alg¨²n desarrollo, alg¨²n detalle, alguna confrontaci¨®n, alguna idea propia, caso de haberla?
?Por qu¨¦ ese sonoro silencio? Sobre todo tras unas elecciones europeas en las que los socialistas lanzaron propuestas sugestivas contra el paro (plan Marshall inversor; triplicar los fondos para la ¡°garant¨ªa [al empleo o formaci¨®n] joven¡±, hasta 21.000 millones¡), problema que figuraba, por cierto, como primer apartado en su Manifiesto hacia una nueva Europa. Por eso sorprende m¨¢s ese estent¨®reo silencio. E inquieta.
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