Podemos
La formaci¨®n ha conseguido lo m¨¢s dif¨ªcil para un partido: caer simp¨¢ticos a la gente
En el mes vacacional por excelencia conviene escribir las columnas sobre temas refrescantes. Por eso dedico la de hoy a Podemos, el partido m¨¢s cool y sexy del actual casting pol¨ªtico desde que tom¨® por sorpresa a todos con su ¨¦xito viral en las europeas de mayo. Ya s¨¦ que el deber de un columnista highbrow es dar cera a la estrella naciente del escenario electoral, acus¨¢ndole de hacer antipol¨ªtica, demagogia y populismo antisistema. Pero eso es caer en el error de infravalorar un hecho m¨¢s importante de lo que parece.
Podemos recuerda al clan de la tortilla: esa pandilla de sevilla-nos que al comienzo de la Transici¨®n tom¨® por asalto el partido socialista hist¨®rico para encaramarse hasta su c¨²pula. Bien, pues la pandilla que ha montado Podemos debi¨® proponerse algo parecido. Como buenos troskos practicaron un entrismo de manual, pero su originalidad ha consistido en tratar de asaltar no los partidos de izquierda (PSOE e IU) sino a su electorado. Y lo est¨¢n logrando.
Todo porque han conseguido lo m¨¢s dif¨ªcil para un partido pol¨ªtico: caer simp¨¢ticos a la gente. Lo mismo que hizo en la Transici¨®n el t¨¢ndem Felipe Gonz¨¢lez-Alfonso Guerra, ahora replicado por la pareja que forman el poli bueno (el flautista de Hamelin Pablo Iglesias) y el poli malo (el comisario pol¨ªtico Juan Carlos Monedero). Se non ¨¨ vero ¨¨ ben trovato. Aunque me inquieta, pues simpatizo con ellos, que les falte la gracia que ten¨ªa el d¨²o sevillano.
Pero trascendamos la an¨¦cdota. Lo que revela el coyuntural ¨¦xito de Podemos es la quiebra, la crisis o el colapso (elijan el t¨¦rmino que prefieran) del sistema espa?ol de partidos. Pues, en realidad, el r¨¦gimen de la Transici¨®n est¨¢ naufragando como el Titanic, y Podemos no es m¨¢s que su iceberg catalizador. Por eso, en cuanto cant¨® el gallo el 25-M, todos los capitanes de a bordo comenzaron a abandonar sus naves: lo hizo primero Rubalcaba, despu¨¦s el Rey, m¨¢s tarde Dur¨¢n, y el ¨²ltimo de momento ha sido Pujol, aunque todav¨ªa estamos a la espera de las otras escapadas que faltan, como la de Artur Mas.
Es una crisis de r¨¦gimen porque su anterior coalici¨®n dominante, hasta ahora formada por un tripartito imperfecto (PSOE, PP y el nacionalismo bisagra de CiU y PNV), ha perdido la capacidad de imponer su hegemon¨ªa cultural, tras quedar desautorizada y deslegitimada por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. En consecuencia, la ¨¦lite dirigente se ha dividido hasta crear un in¨¦dito vac¨ªo de poder, abri¨¦ndose una ventana de oportunidad para que pesquen en r¨ªo revuelto toda clase de oportunistas predadores. Como Podemos, por supuesto, pero tambi¨¦n como ERC, que no tiene m¨¢s que echar la red. O como el PP de Rajoy, que tambi¨¦n espera aprovechar la oportunidad que le brinda la fragmentaci¨®n electoral para quedarse con todo, como nuevo patr¨®n de un r¨¦gimen de partido hegem¨®nico. ?Acertar¨¢ a impedirlo el nuevo capit¨¢n del hoy naufragado PSOE.
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