La nieta del ¡®cazador de rojos¡¯
Loreto Urraca decidi¨® investigar todo el da?o que hizo su abuelo, el hombre que detuvo a Companys
Loreto Urraca Luque conoci¨® a su abuelo al cumplir 18 a?os. Hab¨ªa pasado su infancia con su madre. Le contaron que hab¨ªa sido un diplom¨¢tico. Tres a?os despu¨¦s, fallec¨ªa. De sus breves encuentros a ella no le qued¨® ning¨²n sentimiento. Si acaso, el recuerdo de su insistencia para que aceptara escribir sus memorias. Esta historia habr¨ªa acabado ah¨ª, en ese punto, en un recuerdo sin afecto. Pero un domingo de septiembre de 2008 ley¨® un art¨ªculo en El PA?S, titulado "El cazador de rojos", dedicado a Pedro Urraca Rendueles, el hombre que llev¨® a la muerte a Llu¨ªs Companys y a otros republicanos espa?oles, colaborador de la Gestapo en Francia, un funcionario oscuro y sin escr¨²pulos que sigui¨® activo hasta 1982. Era su abuelo. Y decidi¨® investigar y exponer todo el da?o que hab¨ªa causado.
"Hab¨ªan pasado 20 a?os y Pedro era la ¨²ltima de mis preocupaciones", responde Loreto por escrito desde Estados Unidos. "Mi vida estaba centrada en mi familia, mi trabajo, lo normal de cualquier individuo. Al leer el art¨ªculo me sent¨ª como un toro en la arena, despistado porque no sabe lo que le va a ocurrir, pero intu¨ªa que estaba expuesta a la verg¨¹enza, al denuesto popular. Tambi¨¦n sent¨ª mi intimidad violada porque hubiera preferido que el olvido borrara su huella. El apellido no es nada com¨²n y era consciente de que era f¨¢cil que me relacionaran con ¨¦l, como ocurri¨®".
¡°La primera impresi¨®n
que me ?llev¨¦ de mis abuelos
fue repugnante¡±
Dos a?os despu¨¦s, recibi¨® la llamada de una periodista, Gemma Aguilera, autora del libro Agente 447 (RBA): "Hab¨ªa hecho una peque?a b¨²squeda en Internet y probaba suerte a ver si yo era la nieta. Para el 70 aniversario del fusilamiento de Companys quer¨ªa publicar un reportaje. Me pregunt¨® algo as¨ª como qu¨¦ imagen ten¨ªa de ¨¦l de cuando era peque?a y me mec¨ªa en sus piernas. La inocencia de la pregunta me soliviant¨®. ?Hab¨ªa alguien que pod¨ªa creer que Pedro hab¨ªa tenido alguna influencia en mi educaci¨®n?, ?que yo pod¨ªa estar marcada por sus orientaciones pol¨ªticas? Ese fue el detonante de que decidiera investigar su pasado".
Pedro Urraca fue un polic¨ªa al servicio del r¨¦gimen de Franco que hizo su trabajo en el exterior, durante la II Guerra Mundial en Francia y hasta los a?os 80 en B¨¦lgica. Fue en 2006 cuando la tesis doctoral del historiador Jordi Guix¨¦ Corominas determin¨® que fue el hombre que detuvo a Llu¨ªs Companys, expresidente de la Generalitat, lo interrog¨® con ayuda de la Gestapo y lo traslad¨® hasta la frontera espa?ola, para despu¨¦s ser fusilado. Otros republicanos exiliados tambi¨¦n cayeron en sus manos, como Juli¨¢n Zugazagoitia, exministro del Interior, y Francisco Cruz Salido, exsecretario de Defensa, igualmente fusilados a su llegada a Espa?a. Urraca cre¨® una red que le permiti¨® investigar los movimientos de cientos de republicanos, adem¨¢s de localizar cuentas corrientes y el patrimonio de exiliados espa?oles en Francia.
Pedro Urraca?vigil¨® a emigrantes espa?oles en B¨¦lgica hasta 1982
Su nieta Loreto dedic¨® a?os de trabajo en archivos franceses y espa?oles a investigar los pasos de su abuelo. Cre¨® una p¨¢gina web?donde deposit¨®, entre otras informaciones, el listado de los 800 espa?oles cuyos nombres fueron citados en 268 informes elaborados por su abuelo y enviados a las autoridades franquistas.
Loreto aport¨® algunos descubrimientos sobre el trabajo de su abuelo. "Uno de los hechos m¨¢s relevantes, hasta ahora desconocido e in¨¦dito", comenta, "es que mi abuelo contribuy¨® a que la Gestapo arrestara a Jean Moulin, el delegado del general Charles de Gaulle para unificar los movimientos de resistencia en Francia. Esta es la conclusi¨®n a la que he llegado contrastando documentos en distintos archivos y puede ser una s¨®lida hip¨®tesis para futuras investigaciones".
Pedro Urraca lleg¨® a denunciar ante la Gestapo a personalidades de origen jud¨ªo, como fue el caso de la pintora Antoinette Sachs, hecho que motiv¨® que fuera denunciado por colaborar con los nazis y condenado a muerte finalizada la guerra. Pero Urraca huy¨® de Francia y se refugi¨® en B¨¦lgica con otra identidad y en funciones diplom¨¢ticas. La condena prescribi¨® por una amnist¨ªa de 1958. En B¨¦lgica, inici¨® su carrera como un oscuro diplom¨¢tico, una parcela de su pasado todav¨ªa por esclarecer. Por esa raz¨®n, su nieta Loreto alienta a los historiadores espa?oles a seguir su trabajo ahora que se cumplen hoy los 25 a?os de la muerte de su abuelo y sus expedientes, tanto en los archivos de Interior como en Exteriores, quedar¨¢n abiertos.
De las fichas policiales y de la documentaci¨®n que su nieta ha podido recomponer se deduce que Pedro Urraca fue un servidor del Estado hasta, por lo menos, 1982. Por las notas extra¨ªdas de Interior se puede documentar que accedi¨® al cargo de comisario principal sin necesidad de examinarse, recibi¨® condecoraciones tales como la encomienda de la orden del M¨¦rito Civil (1951) y la de la Orden de Isabel la Cat¨®lica (1961). Despu¨¦s de jubilarse como polic¨ªa sigui¨® trabajando para el Ministerio de Asuntos Exteriores en un extra?o puesto calificado como "comisario de estad¨ªstica afecto al Alto Estado Mayor", una cobertura para investigar a emigrantes espa?oles. Fue nombrado vicecanciller en 1980. Percibi¨® dos pensiones, regres¨® a Espa?a en 1986 y muri¨® el 14 de septiembre de 1989.
Loreto todav¨ªa es capaz de recordar la primera imagen que tiene de su abuelo: "El d¨ªa que cumpl¨ª 18 a?os, mi padre llam¨® desde Francia. Propon¨ªa conocernos y tambi¨¦n presentarme a sus padres. Me cost¨® aceptar. El encuentro fue muy tenso. La primera impresi¨®n que me llev¨¦ de mis abuelos fue repugnante. ?l estaba completamente ciego y ella apenas ve¨ªa. Se me acercaron mucho, me inspeccionaban, me palpaban, me tocaban y yo retroced¨ªa con la carne de gallina". De su abuela tampoco guarda un buen recuerdo: "Mi abuela H¨¦l¨¨ne, o Elena como prefer¨ªa hacerse llamar, era mala persona. Indiferente al sufrimiento ajeno y volcada en su inter¨¦s personal y en su bienestar. Hizo todo lo posible para destrozar la relaci¨®n de mis padres hasta que lo consigui¨®. Manipuladora, se aprovech¨® de la posici¨®n de su marido para conseguir sus fines".
Loreto ha vivido seis a?os destapando un pasado que lleva su apellido. "Me sent¨ªa sola, perdida y muy peque?a ante la rotundidad de lo que desvelan los documentos". Desde hoy ese pasado est¨¢ abierto a otros investigadores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.