Acontecimientos

No s¨¦ si la Diada del pasado jueves fue la manifestaci¨®n m¨¢s importante de toda Europa, como alardean sus promotores. Pero desde luego s¨ª result¨® espectacular, en tanto que gran acontecimiento medi¨¢tico (media event) producido y escenificado con arreglo a como man-dan los c¨¢nones. Puro teatro, se dir¨¢, en un claro montaje de pol¨ªtica-espect¨¢culo. Pero en todo caso una performance reivindicativa organizada con gran eficacia, a juzgar por su masiva participaci¨®n. Otra cosa es que haya sido capaz de producir resultados pol¨ªticos, imprimiendo alg¨²n cambio significativo. Y aqu¨ª es donde cabe ser esc¨¦pticos, pues la Diada no parece haber servido de mucho, dado que las cosas siguen estando exactamente igual. En este sentido, ha sido un espect¨¢culo de masas demasiado previsible y redundante, sin aut¨¦ntico suspense ni por tanto expectaci¨®n, por lo que tampoco ha generado verdadera catarsis. Comp¨¢rese en cambio con lo que suceder¨¢ en Escocia este jueves 18, donde est¨¢ en juego el futuro de todos los brit¨¢nicos. A su lado, la pasada Diada s¨®lo ha resultado un reiterativo ritual.

Y es que el suspense se centra no en lo que pueda decidir el pueblo catal¨¢n sino en lo que vayan a decidir a partir de aqu¨ª las ¨¦lites dirigentes, y en particular Junqueras, Rajoy y Mas. Este ¨²ltimo cumplir¨¢ su promesa y convocar¨¢ la consulta soberanista del 9-N. Inmediatamente el TC la anular¨¢ por encargo de Rajoy, y entonces se abrir¨¢ una encrucijada ante Junqueras y Mas: ?acatamiento o insumisi¨®n legal? Como es l¨®gico, el president tendr¨¢ que respetar el principio de legalidad, como autoridad p¨²blica que es. Pero en cambio Junqueras, al estar fuera del poder formal, se sentir¨¢ tentado de encabezar la desobediencia civil, exigiendo "sacar las urnas a la calle". Ese ser¨¢ el momento en que se geste o no el aut¨¦ntico acontecimiento hist¨®rico.

Ante lo cual se acusa a Rajoy de inmovilismo y falta de inteligencia pol¨ªtica, por no haber sido capaz de negociar para impedir que las cosas llegasen a este punto. Pero es que la estrategia de Rajoy buscaba tres objetivos distintos. El primero era parar y prohibir el referendo a cualquier precio, erigiendo un muro legal contra ¨¦l para no caer en el error de Cameron, que ahora est¨¢ a expensas del capricho de los escoceses indecisos. El segundo objetivo era aplazar el problema todo lo que fuera posible para ganar tiempo, a la espera de que se cierre esa ventana de oportunidad que al independentismo catal¨¢n le ha brindado la fortuita coincidencia de una crisis econ¨®mica con otra simult¨¢nea crisis pol¨ªtica e institucional: cuando aquella se cierre se podr¨¢ renegociar esta otra m¨¢s favorablemente. Y el tercer objetivo de la estrategia de Rajoy era dividir la coalici¨®n pol¨ªtica que de facto han formado CDC, en representaci¨®n de la burgues¨ªa catalana, y ERC, actual representante de la peque?a burgues¨ªa y el precariado. Pues bien, Rajoy ha alcanzado los tres objetivos: no habr¨¢ consulta, la crisis se aplaza y Junqueras y Mas est¨¢n a punto de dividirse, dejando de ser aliados para convertirse en adversarios. Ahora todo depende de lo que haga Mas, cuando anuncie su renuncia a celebrar una consulta ilegal: ?convocar¨¢ elecciones anticipadas para el 9-N, cerrando as¨ª el m¨¢gico aniversario de 1714 con otro crucial acontecimiento hist¨®rico?