As¨ª ¡®gobierna¡¯ Podemos en Bruselas
La formaci¨®n se ha pronunciado durante sus cuatro primeros meses en el Parlamento Europeo contra la mayor¨ªa de mociones de los tres grandes grupos
Pablo Iglesias se propone ¡°salir a ganar¡± y ¡°ocupar la centralidad del tablero¡± pol¨ªtico. Apenas ocho meses despu¨¦s de la constituci¨®n de Podemos y sin representaci¨®n en el ¨¢mbito nacional, la formaci¨®n se ha centrado en su proceso constituyente y en perfilar una estrategia electoral que ahonde en las l¨ªneas maestras de su proyecto. Iglesias y la primera l¨ªnea del partido aseguran que pretenden convertirlo en una organizaci¨®n transversal y gobernar para ¡°la gente decente¡± frente a ¡°la casta¡±. Pero, ?c¨®mo gobiernaPodemos??
En cuatro meses de andadura en la Euroc¨¢mara, la formaci¨®n se ha pronunciado, con car¨¢cter general, en contra de las mociones propuestas por los tres grandes grupos (populares, liberales y socialdem¨®cratas). Se ha empleado a fondo, junto con Los Verdes, en una oposici¨®n frontal a la elecci¨®n del conservador Miguel Arias Ca?ete como comisario de Energ¨ªa y Clima por sus intereses en dos empresas petroleras y ha seguido las directrices del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GUE), en el que se integran los cinco eurodiputados que obtuvo en las elecciones del 25 de mayo. Su escasa sinton¨ªa pol¨ªtica con populares, liberales y socialdem¨®cratas se reduce a contadas votaciones sobre pol¨ªtica exterior ¡ªla ¨²ltima, en defensa de los derechos humanos en Uzbekist¨¢n y anteriormente contra el grupo armado Boko Haram en Nigeria¡ª y sobre la asignaci¨®n de fondos europeos para paliar los efectos de la globalizaci¨®n en varias regiones europeas, entre ellas Castilla y Le¨®n, Arag¨®n y la Comunidad Valenciana. Y lograron que todas las fuerzas pol¨ªticas nacionales en Bruselas, con las ¨²nicas excepciones del PP y de UPyD, se sumaran a una petici¨®n propia para que jueces y Gobierno espa?oles aplicasen una sentencia de la justicia europea que consideraba abusiva la ley hipotecaria. En todo lo dem¨¢s, su postura choca con la defendida por los grandes bloques pol¨ªticos.
En sus primeras semanas, los eurodiputados de Podemos votaron contra la entrada de Lituania en el euro en 2015; contra la sustituci¨®n de varios comisarios conservadores por otros de corte socialdem¨®crata o popular, entre ellos el exprimer ministro finland¨¦s Jyrki Katainen, uno de los ac¨¦rrimos defensores de la ortodoxia econ¨®mica y hoy vicepresidente del Ejecutivo comunitario, y contra una resoluci¨®n sobre la violencia en Palestina. En este ¨²ltimo caso, se adhirieron a una moci¨®n alternativa que condenaba la agresi¨®n de Israel y ped¨ªa el fin del asedio de Gaza, as¨ª como el acceso inmediato y sin obst¨¢culos a la ayuda humanitaria. Junto a ello, plantearon que la UE reconociese al Estado palestino.
Tambi¨¦n en septiembre, siguieron la disciplina del GUE al abstenerse en una dura condena a la actuaci¨®n de Mosc¨² en el conflicto ucranio. En contraposici¨®n, el grupo llam¨® a la UE, EE?UU y Rusia a frenar la escalada del conflicto y al cese inmediato de la violencia por todas las partes. Repitieron abstenci¨®n en la sesi¨®n sobre los Presupuestos de la UE para 2015 y en la propuesta de reducir o eliminar los aranceles sobre productos ucranios. En todos los casos anteriores, las mociones originales salieron adelante gracias al citado pacto de conservadores, socialdem¨®cratas y liberales.
En las ¨²ltimas semanas, los cinco han votado no en dos cuestiones clave para la arquitectura comunitaria: el equipo de trabajo de Jean-Claude Juncker al frente de la Comisi¨®n y las prioridades econ¨®micas del semestre europeo, que el GUE considera contrarias a los intereses de los ciudadanos del sur de la Uni¨®n.
En Bruselas y Estrasburgo se dan cita los cinco eurodiputados de la joven formaci¨®n: su l¨ªder, Pablo Iglesias; Pablo Echenique, Teresa Rodr¨ªguez, Tania Gonz¨¢lez y Lola S¨¢nchez. Conscientes de que sus actos se examinan al detalle ¡ªcomo ellos mismos reconocieron cuando anunciaron que donar¨ªan el 75% de su salario, unos 8.000 euros¡ª, su hoja de servicios es intachable en participaci¨®n. Iglesias y Gonz¨¢lez han asistido al 100% de las votaciones, algo de lo que solo pueden presumir cuatro de los 54 parlamentarios espa?oles; Rodr¨ªguez, al 99% y Echenique, al 98%. S¨¢nchez es la nota discordante, con una ausencia cada cuatro plenos. La fidelidad de Podemos a su familia pol¨ªtica en la Euroc¨¢mara tambi¨¦n supera la media: el voto de los cinco coincidi¨® en el 91% de las ocasiones con la posici¨®n de la Izquierda Unitaria, al igual que IU; por debajo del 98% del PP y por encima del 81% del PSOE.
¡°Nos oponemos a todo lo que proponen conservadores y socialistas, que desarrollan una pol¨ªtica de pactos en contra de los intereses de la ciudadan¨ªa¡±, subraya Gonz¨¢lez, que lleg¨® a la Euroc¨¢mara en septiembre para reemplazar al exfiscal anticorrupci¨®n Jim¨¦nez Villarejo y que tilda a la instituci¨®n de ¡°inmensa m¨¢quina burocr¨¢tica alejada de las demandas de los ciudadanos¡±. Frente a esta realidad, ¡°Podemos intenta defender los derechos del ciudadano¡± mientras conservadores y socialdem¨®cratas ¡°responden al inter¨¦s de los poderes econ¨®micos¡±. Este discurso es el que m¨¢s irrita a los socialdem¨®cratas. ¡°Compartimos muchos valores, pero dudamos de si su posici¨®n antiestablishment ser¨¢ compatible con una pol¨ªtica de compromisos¡±, dice Kathleen Van Brempt, voz de peso entre los socialdem¨®cratas europeos. La eurodiputada belga admite ¡°simpat¨ªa¡± por esta ¡°izquierda cl¨¢sica¡±, pero les insta a reconsiderar su postura contraria a pactar con otros grupos: ¡°En Europa, para sacar adelante tus propuestas, hay que llegar a acuerdos con el resto de fuerzas¡±.
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