Espa?a olvida las drogas
El consumo de estupefacientes est¨¢ en los ¨²ltimos lugares de la preocupaci¨®n de los espa?oles pese a que su presencia y da?os no han disminuido
El incremento de las incautaciones de drogas en Espa?a en 2013 (m¨¢s del 120% en anfetaminas, 28% coca¨ªna y el 3,2% hero¨ªna) ha vuelto a poner el foco sobre una vieja pesadilla: aunque el consumo est¨¢ estabilizado,el problema de la droga puede colarse de nuevo por la puerta trasera de nuestra sociedad. El olvido y la banalizaci¨®n de este estigma, que en Espa?a supuso un aut¨¦ntico drama en los a?os ochenta ¡ªcuando la hero¨ªna se convirti¨® en una epidemia¡ª estar¨ªa en la base del retorno a un escenario ¡°preocupante¡±, asegura el doctor Xavier F¨¤bregas. ¡°Es como si nos hubi¨¦ramos habituado, como si la sociedad lo hubiese asumido y ya no lo considerase un problema, a no ser, claro est¨¢, que le toque a un hijo tuyo¡±, opina este profesional con 30 a?os de experiencia en el tratamiento de drogodependencias.
Hoy en d¨ªa el consumo de hero¨ªna en Espa?a es residual (0,1% de la poblaci¨®n). Ya no existe alarma social por el caballo. Las drogas ahora se asocian mayoritariamente al ocio y a algo ¡°cultural¡±, pero no por ello los problemas han desaparecido ¡°ni son menos graves¡±, dice Xavier F¨¤bregas, director de Mas Ferriol, una peque?a comunidad terap¨¦utica donde se tratan pacientes de toda Espa?a con problemas de adicci¨®n.
All¨ª, en Falgons (Girona), a pocos kil¨®metros de Banyoles, EL PA?S ha compartido tres d¨ªas la experiencia de viejos yonquis, alcoh¨®licos de todas las edades y j¨®venes a los que el porro ha torcido la vida, un mosaico que refleja la diversidad y la complejidad del problema de las drogas.
¡°La sociedad parece haberse acostumbrado a las drogas¡±,
dice el terapeuta Xavier F¨¤bregas, director de la comunidad terape¨²tica de Mas Ferriol
¡°Yo empec¨¦ a beber y a fumar canutos a los 14 a?os¡±, dice C. R., de 30 a?os, que recibe asistencia por su adicci¨®n al alcohol. ¡°?ramos un grupito de 15 amigos. La mayor¨ªa de las veces nos pon¨ªamos a fumar a las puertas del instituto y ni entr¨¢bamos a clase. Si ¨ªbamos no entend¨ªamos nada porque est¨¢bamos atontados¡ Al final, ninguno terminamos la ESO¡±, confiesa. De su grupo, cuatro acabaron en tratamientos por coca¨ªna y ¨¦l est¨¢ actualmente en Mas Ferriol. Muchos se casaron, tuvieron hijos y, m¨¢s o menos lo dejaron. ¡°Aunque a ellos el porro tambi¨¦n les jodi¨® la vida y su desarrollo¡±. ¡°Lo peor de todo es eso, que no maduras¡±, reflexiona. ¡°Te quedas en la etapa de adolescente y no aprendes a controlar tus emociones ni a resolver los problemas como todo el mundo¡±.
Otro paciente de 17 a?os ha padecido dos brotes psic¨®ticos desencadenados por el consumo diario de grandes cantidades de marihuana. Ya ha perdido dos a?os de estudios y ha tenido varias crisis de ansiedad. ¡°Por desgracia, hoy vemos muchos casos de patolog¨ªa dual, es decir, de problemas mentales (depresiones, ansiedad, psicosis, etc) relacionados con el consumo de sustancias¡±, asegura Xavier F¨¤bregas.
Ciertamente, en la ¨¦poca de la hero¨ªna, el porro parec¨ªa una bober¨ªa. Pero hoy se sabe que ¡°el uso de cannabis, sobre todo en la adolescencia, puede tener consecuencias nefastas¡±, indica el terapeuta. ¡°Un tercio de las peticiones de tratamiento hoy son por consumo de cannabis, algo impensable hace dos d¨¦cadas¡±. Y da otro dato revelador: ¡°Uno de cada tres estudiantes de entre 14 y 18 a?os ha consumido hach¨ªs o marihuana alguna vez¡±. De ellos, un porcentaje considerable (el 16%) fuma de modo habitual y su consumo puede calificarse de problem¨¢tico, ¡°con la secuela que esto suele traer de fracaso escolar y de puente hacia otras drogas¡±.
Las estad¨ªsticas en el caso del alcohol son todav¨ªa m¨¢s alarmantes: ¡°el 81% de los estudiantes espa?oles de esa franja de edad dice haber consumido alcohol en el ¨²ltimo a?o, y la mitad se ha emborrachado alguna vez¡±, asegura el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre la Drogas, Francisco Babin, que est¨¢ de acuerdo con Xavier F¨¤bregas en que en los ¨²ltimos a?os se ha producido un ¡°aletargamiento social¡± muy peligroso con el problema de la droga.
El imponente pico del Canig¨®, en los Pirineos, marca el horizonte en M¨¢s Ferriol. Todos los d¨ªas hay sesiones de terapia individual y tambi¨¦n se trabaja en grupo, adem¨¢s de los paseos por la monta?a en compa?¨ªa de Rex, un pastor alem¨¢n que da paz y casi es parte del tratamiento. P. T. tiene 58 a?os y su caso dibuja otro aspecto de los posibles modos de entrar en las drogas. Cuando la crisis asom¨® en 2008, este arquitecto empez¨® a tener problemas econ¨®micos y a temer por su futuro. El refugio fue el alcohol, que le serv¨ªa al principio para poder conciliar el sue?o, pero que acab¨® ocupando todas las horas de su tiempo. Era su modo de no pensar, pero le cost¨® el divorcio y una depresi¨®n.
Hoy en d¨ªa el consumo de hero¨ªna en Espa?a es residual (0,1% de la poblaci¨®n). Las drogas ahora se asocian mayoritariamente al ocio y a algo ¡°cultural¡±, pero no por ello los problemas han desaparecido
Cuando Xavier F¨¤bregas empez¨® a trabajar en 1984, casi el 100% ped¨ªa ayuda por su enganche al caballo. ¡°La hero¨ªna estaba haciendo estragos en Espa?a: todos los meses mor¨ªan decenas de personas por sobredosis, hab¨ªa atracos a bancos y farmacias a diario, y encima en 1986 empez¨® el sida¡±. La sociedad estaba sobrecogida por lo que suced¨ªa. F¨¤bregas recuerda una vieja encuesta del CIS en la que la mitad de los entrevistados situaba la droga como ¡°el segundo problema m¨¢s importante de los espa?oles¡±. El bar¨®metro al que se refiere es de octubre de 1988: el paro era considerado entonces el primer problema y el tercero era la inseguridad ciudadana (asociada tambi¨¦n al consumo de drogas). Buscamos los resultados de la ¨²ltima encuesta del CIS: es de hace un mes, y dice que la primera preocupaci¨®n sigue siendo el paro, la segunda la corrupci¨®n y la tercera la pol¨ªtica y los pol¨ªticos. La droga aparece casi al final de una lista de 50 asuntos. S¨®lo es un problema para el 0,3% de los encuestados.
¡°La gente ha olvidado lo que sucedi¨® y eso es muy peligroso¡±, asegura R. O., un exyonqui de 61 a?os que en estos momentos se trata en Mas Ferriol de su adicci¨®n a los porros y al alcohol (¡°yonqui mal curado, alcoh¨®lico asegurado¡±, bromea). R. O. es un superviviente. Su historia es la historia de las drogas en Espa?a. Hijo de buena familia, en los a?os setenta empez¨® a consumir porros y enseguida pas¨® a la hero¨ªna. ¡°La droga era entonces algo elitista, casi una filosof¨ªa de vida. Hab¨ªa que viajar a India, escuchar a Lou Reed, leer a la generaci¨®n beat, William Burroughs, Kerouac¡¡±. En los ochenta la hero¨ªna se masific¨®, una verdadera epidemia, ¡°y con la cultura del pelotazo y el boom del ladrillo, en los noventa, apareci¨® la coca¨ªna¡±, recuerda Xavier F¨¤bregas.
Despu¨¦s de abandonar el caballo, R. O. se enganch¨® a la coca. Lleg¨® a meterse cinco gramos al d¨ªa, incluso m¨¢s. ¡°La hero¨ªna te met¨ªa para adentro, la coca era extrovertida, la droga del ¨¦xito, hab¨ªa que tener dinero, pas¨¢rselo bien y estar de juerga toda la noche, estaba a tono con aquel momento de excesos¡¡±. Pero result¨® que la coca¨ªna era una trampa. Y cuando la gente vino a darse cuenta, ya era tarde.
Uno de cada tres tratamientos por adicci¨®n son por consumo de hach¨ªs o marihuana
¡°Unas 100.000 personas reciben tratamiento para combatir una adicci¨®n anualmente en Espa?a, y de ellas, un tercio lo hace por problemas con la coca¨ªna¡±, comenta Bab¨ªn ¡ªotro tercio por cannabis y el resto por alcohol y otras drogas¡ª.
Giovanna Valls ¡ªla hermana del primer ministro franc¨¦s, Manuel Valls¡ª acaba de publicar en espa?ol Aferrada a la vida, un testimonio en el que cuenta el infierno de su adicci¨®n a la hero¨ªna. El libro comienza con una carta de agradecimiento a Xavier F¨¤bregas por haberle ayudado a salir de la pesadilla de la droga, y en las entrevistas que ha dado para promocionarlo ha alertado sobre ¡°el olvido¡± de lo que pas¨® en los a?os ochenta. Un peligro en la presente situaci¨®n de crisis y de falta de horizontes, cuando evadirse puede ser una tentaci¨®n.
¡°La mitad de los j¨®venes no tienen trabajo, muchos tampoco estudian, son ninis, y desde la televisi¨®n te est¨¢n bombardeando constantemente con cosas que nunca vas a poder tener. Si le sumas la resignaci¨®n, porque no hay esperanzas de que nada cambie, el escenario es una bomba¡±, opina R. O. Casualidad o no, durante 72 horas de estancia en Mas Ferriol, una de las peticiones de ingreso a la cl¨ªnica fue por consumo de hero¨ªna.
Las estad¨ªsticas en el caso del alcohol son? alarmantes: ¡°el 81% de los estudiantes espa?oles de entre 14 y 18 a?os dice haber consumido alcohol en el ¨²ltimo a?o, y la mitad se ha emborrachado alguna vez¡±, asegura Francisco Babin, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre la Droga
Sin duda, la crisis es un factor de riesgo. Pero Eusebio Meg¨ªas, director t¨¦cnico de la Fundaci¨®n de Ayuda contra la Droga (FAD), no ve ninguna posibilidad de que el caballo vuelva a cabalgar en Espa?a como antes. Los problemas, a su juicio, vienen de otro lado. El modelo de consumo desde hace tiempo est¨¢ ¡°asociado al ocio¡±. ¡°El consumo de drogas se ha convertido en un fen¨®meno cultural, la gente consume como si se tratara de un producto de ocio m¨¢s. Se toman drogas para tener buen rollo con los amigos, para aguantar todo la noche de fiesta¡±. Meg¨ªas est¨¢ de acuerdo en que la ¡°frivolizaci¨®n¡± de la droga es general y que esta se aprecia claramente en muchos programas y series de televisi¨®n, pero no piensa que la sociedad cierre los ojos ante el problema. Ofrece un dato de una reciente encuesta de la FAD: ¡°Si t¨² preguntas a la gente en qu¨¦ medida las drogas son un grave problema y nunca deber¨ªan probarse, el 60% lo apoya¡±.
No es que la gente infravalore el problema. Es que la sociedad se ha acostumbrado a convivir con la droga. ¡°Ha pasado de ser un problema visible, a convertirse en un problema personal¡±, afirma Paco Recio, director general de Proyecto Hombre en Espa?a, asociaci¨®n que ha atendido a 250.000 personas en sus 25 a?os de existencia. No va a existir una sociedad sin drogas, eso es seguro, por eso ¡°la educaci¨®n y la prevenci¨®n son vitales¡±, sentencia.
Si en los ochenta el reto era detener la epidemia de hero¨ªna, y en los noventa lo importante era generar una conciencia en la gente sobre los perjuicios de la coca¨ªna, hoy lo importante es luchar por erradicar ¡°las drogas de consumo habitual (sobre todo el alcohol y el cannabis) y que la sociedad entienda que es mejor una vida saludable¡±, opina Recio.
Cae la noche en Mas Ferriol. En tres d¨¦cadas, los tratamientos y la terap¨¦utica ha cambiado de modo considerable. ¡°Antes los ingresos eran mucho m¨¢s largos, hab¨ªa gente que ten¨ªa casi un carn¨¦ plastificado de enfermo; ahora tratamos de que los pacientes se reintegren lo antes posible a la sociedad, en nuestro caso, los ingresos m¨¢s prolongados son de seis semanas¡±, explica Xavier F¨¤bregas, para qui¨¦n la ¡°banalizaci¨®n¡± de la droga es un problema serio.
En su despacho no est¨¢n los grandes estudios sociol¨®gicos ni las estad¨ªsticas de la droga, pero s¨ª los problemas concretos de la gente y la experiencia de lo que ocurre cuando una sociedad olvida.
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