Oiga usted, se?or diputado

Est¨¢n cambiando las reglas del juego. La ciudadan¨ªa quiere comunicarse con los pol¨ªticos y las redes sociales ya no bastan. Dar su opini¨®n cada cuatro a?os ha dejado de parecerles suficiente. El PSOE lanz¨® en noviembre?MiPSOE, ¡°un lugar donde cualquier ciudadano puede apuntarse y participar¡±, explica Mar¨ªa Gonz¨¢lez Veracruz, secretaria de Participaci¨®n y Pol¨ªtica en Red del PSOE. ¡°Por un lado los ciudadanos podr¨¢n hacer sugerencias para los programas municipal, auton¨®mico y nacional que filtrar¨¢ la ejecutiva del partido. Pero tambi¨¦n supone establecer una relaci¨®n directa del ciudadano con el partido con mucho potencial¡±. El PP lanzar¨¢ a lo largo de enero una aplicaci¨®n de participaci¨®n ciudadana que se sumar¨¢ a la escucha que, al igual que el resto de partidos, viene haciendo desde las redes sociales, cuenta Pablo Casado, el diputado responsable de participaci¨®n en el partido. Izquierda Unida abri¨® en septiembre un canal de encuentro para recoger propuestas de la ciudadan¨ªa de cara a la elaboraci¨®n de su programa. ¡°La participaci¨®n siempre ha sido una de nuestras se?as de identidad¡±, dice un portavoz del partido. En febrero UPyD habilit¨® un canal para recibir preguntas para el Gobierno. Ciudadanos ha elaborado una herramienta interna para poder mandar propuestas de debates y Guanyem ha puesto a disposici¨®n de sus simpatizantes aplicaciones que facilitan su participaci¨®n en las decisiones del partido.

Podemos es quien ha puesto la participaci¨®n con may¨²sculas en el mapa. Ofreciendo a sus simpatizantes el uso de aplicaciones como Reddit, Loomio o Agora Voting pueden saber qu¨¦ opinan y desean sus simpatizantes, a pesar de que la c¨²pula de Iglesias ha primado mantener el control de la organizaci¨®n frente a una descentralizaci¨®n plena. En algunos de sus c¨ªrculos territoriales los utiliza el 50% de los integrantes, en otros no los usa nadie. Pero su uso sigue aumentando desde marzo pasado.

Fran Carrillo, de La F¨¢brica de Discursos, una empresa que asesora a partidos pol¨ªticos, dice que quedarse fuera de esta nueva tendencia supondr¨ªa para un partido ¡°perder un 40% de penetraci¨®n¡±. ¡°Lo que estamos viendo este a?o, se quedar¨¢ corto el curso que viene¡±, a?ade. ¡°La orientaci¨®n de los partidos ya no puede ser lo que sale en una encuesta, como era hasta ahora¡±, dice Juan Quesada, director de la consultora Mosaiq. ¡°La gente cada vez tiene m¨¢s necesidad de obtener respuesta a cuestiones que le preocupan. ?En qu¨¦ punto estamos? Pues depende de la provincia. Hay quien por necesidades electorales ha empezado a trabajar con propuestas concretas y en otras zonas, donde tienen m¨²sculo de votos, piensan que no va a ser necesario porque no van a cambiar sus resultados¡±.

Para Quesada estas herramientas son m¨¢s ¨²tiles para los partidos cuando est¨¢n en la oposici¨®n. ¡°Las plataformas de escucha indiscriminada son mucho m¨¢s ¨²tiles para los partidos que no est¨¢n en Gobierno¡±, coincide Pablo Casado, del PP. ¡°Si lo haces desde el Gobierno, creas unas expectativas mucho m¨¢s dif¨ªciles de cumplir. Si alguien dice que habr¨ªa que poner en todas las carreteras peaje, ?qu¨¦ haces?¡±, pregunta.

Desde su lanzamiento, a mediados de Noviembre, 4.000 personas se han apuntado a MiPSOE. Para Javier Toret, de Guanyem y del grupo de 'Redes, Movimientos y Tecnopol¨ªtica', de la Universidad Abierta de Catalu?a, la nueva ola participativa de algunos partidos no le convence. ¡°Muchos fomentan una participaci¨®n falsa. No basta con crear una plataforma y ya est¨¢, hay que tener en cuenta lo que se dice en ella¡±. ¡°El problema de PSOE, PP e IU es que pueden no tener tiempo suficiente para generar una comunidad activa de cara a las municipales¡±, dice David ?lvarez, analista y consultor de redes sociales. ¡°Capacidad y recursos tienen, pero tiempo no¡±.

Tres de diciembre. En Medialab, el espacio de difusi¨®n de proyectos culturales del Ayuntamiento de Madrid, Benjamin Knight (31 a?os) presenta Loomio, una aplicaci¨®n neozelandesa utilizada por los c¨ªrculos de Podemos. A la presentaci¨®n asisten varios moderadores de c¨ªrculos del partido, una estudiante universitaria y el coordinador de una ONG. La presentaci¨®n la organizan Yago Bermejo (33 a?os), Miguel Arana (32) y Carlos Barrag¨¢n (30), tres f¨ªsicos que estuvieron involucrados en el 15-M y hace dos a?os crearon Labodemo (laboratorio democr¨¢tico), que pone en contacto a programadores y posibles interesados en su uso. Primero presentaron a Equo los beneficios de estas aplicaciones, pero no acab¨® de arraigar. Despu¨¦s lo ofrecieron a Juventud Sin Futuro y m¨¢s tarde estos los pusieron en contacto con el equipo de Participaci¨®n de Podemos.

A pesar del repunte de iniciativas participativas, Espa?a va bastante atrasada comparada con otros pa¨ªses, seg¨²n cuenta Toret. Hay pocos casos pr¨¢cticos en marcha, aunque algunos empiezan a asomar. Sirva de ejemplo el caso de Oviedo, donde el PP ha impulsado el proyecto Oviedo Decide. El alcalde, Agust¨ªn Iglesias, est¨¢ fomentando la escucha directa a los ciudadanos. El torrente de propuestas es visible en su web, en la que hay desde peticiones para habilitar m¨¢s zonas donde los perros puedan hacer sus necesidades a otras que piden ser m¨¢s estrictos con el horario de cierre de las terrazas. Este mes el proyecto entra en su segunda fase y hasta febrero se podr¨¢ opinar y votar las m¨¢s interesantes. 11.000 personas han participado en el proyecto.

Han pasado 14 a?os desde que se popularizaron mundialmente los presupuestos participativos de Porto Alegre (Brasil). Desde hace tres a?os ha habido un repunte de iniciativas. En Islandia (con el proyecto Better Iceland), Ecuador (con el proyecto Flok Society), Brasil (en su Gabinete Digital), Argentina (con el Partido de la Red) o Finlandia (con la iniciativa Open Ministry) han funcionado proyectos participativos. Pia Mancini, portavoz del grupo argentino Democracia en Red, opina que hay que empezar a usar las nuevas tecnolog¨ªas para mejorar nuestras democracias ¡°o en el futuro va a haber un conflicto entre un sistema que solo nos invita a participar cada cuatro a?os y una ciudadan¨ªa que se est¨¢ acostumbrando a representarse¡±.